Cómo (y por qué) no dejar de aprender nunca

Tengo la inmensa suerte de dedicarme a lo que más me gusta, practicar y enseñar Fotografía callejera. Celebrar mis cursos en ciudades dentro y fuera del país me permite conocer continuamente a otros apasionados de la street photography, viajar y no dejar de crecer como consecuencia de las experiencias que vivo.

No ha sido fácil llegar (aquí te cuento cómo y por qué he acabado haciendo lo que hago), pero al fin puedo decir que estoy en ese punto en el que la responsabilidad que siento al ponerme frente a un grupo está en equilibrio perfecto con el disfrute que acompaña a esos dos o tres días de Fotografía callejera, convivencia y aprendizaje en ambas direcciones.

Pero…

No puedes enseñar si no sigues aprendiendo

Estoy leyendo un libro titulado Ego is the Enemy y me ha inspirado a escribir esta entrada. En él hay un capítulo dedicado a convertirnos en estudiantes (que yo interpreto como que, en realidad, nunca debemos dejar de serlo).

He encontrado tantas conexiones con la necesidad de seguir creciendo en esto de la Fotografía callejera que no me resisto a compartir contigo mis reflexiones a partir de los extractos que he subrayado.

El poder de ser un estudiante no reside únicamente en que es un periodo extendido de aprendizaje, también coloca el ego y la ambición en las manos de otra persona.

Ego is the Enemy, Ryan Holiday.

Quizás lo más importante sea aceptar que independientemente del punto en el que estés siempre habrá alguien del que puedes (y por tanto debes) aprender.

Por no mencionar que la certeza de que aún quedan cosas por probar, descubrir y asimilar es mucho más divertida que la sensación de que no queda nada nuevo por incorporar a nuestro proceso creativo.

Por cierto: sí, creo que a veces fallar también puede ser divertido. No hagamos del error un drama, al fin y al cabo es tan necesario como inevitable.

La pretensión de conocimiento es nuestro vicio más peligroso, porque nos impide mejorar. La autoevaluación y el estudio son el antídoto.

Ego is the Enemy, Ryan Holiday.

Esto empieza aceptando que otros saben más que tú y que puedes beneficiarte de su conocimiento, para después buscarlos y derribar las ilusiones que te has hecho respecto a ti mismo.

Ego is the Enemy, Ryan Holiday.

Seguro que no vas diciendo a los cuatro vientos que ya lo sabes todo – es una actitud políticamente incorrecta por la que nos tildarían de prepotentes – pero hay que atender también a la voz que no llega a salir de nuestra cabeza. Esa vocecilla nos susurra tan bajo que casi ni la oímos, actuando bajo el radar de nuestra percepción consciente, pero cerrando puertas y ventanas por las que podrían entrar cosas nuevas.

¿No estará haciéndonos creer que ya hemos llegado a algún lado? ¿Hay algún sitio al que llegar en todo esto? ¿Tiene sentido vanagloriarse? ¿Estamos acaso compitiendo con alguien que no sea nosotros mismos?

Esa voz no te dice claramente “eres mejor que los demás”, pero a lo mejor sí consigue que mires con cierta displicencia a quienes acaban de empezar, o que creas que tus fotos sí tienen mérito y las de los demás no tanto.

Un estudiante es autocrítico y se motiva a sí mismo, trata de mejorar su comprensión para avanzar hacia el siguiente tema, el siguiente desafío. Un verdadero estudiante es también su propio profesor y su propio crítico. Ahí no hay espacio para el ego.

Ego is the Enemy, Ryan Holiday.

No concibo la enseñanza si no consiste en transmitir conocimientos y a la vez motivar a quien los recibe, como mínimo en la misma proporción (¿he dicho como mínimo?). De hecho, si tras uno de mis cursos no sientes la irresistible necesidad de hacer más y más fotos sentiré que he fracasado como maestro.

Pero el curso acaba (para ti y para mí) y cada uno vuelve a su casa, a sus rutinas y al escaso tiempo que todos tenemos para hacer eso que tanto nos gusta. Ahí es donde el estudiante tiene que hacer los deberes, encontrar la motivación por sí mismo y proseguir con la enseñanza. Ahí (al igual que durante el curso, no lo dudes) los dos seguimos siendo estudiantes.

Convertirnos en quienes queremos ser implica largos periodos de oscuridad, de sentarse y pelear con aspectos o paradojas. La humildad nos mantiene allí (…) el ego se apresura hacia el final, argumenta que la paciencia es para los perdedores (la ve, erróneamente, como una debilidad) y asume que somos lo suficientemente buenos para mostrarlo al mundo.

Ego is the Enemy, Ryan Holiday.

Hemos comprado la necesidad de exponer constantemente nuestro trabajo, que no es otra cosa que la necesidad de que otros lo validen y aprueben. Las redes sociales nos han entrenado para trabajar por y para ellas (cuanto más tiempo pasamos en ellas más dinero ingresan) a base del refuerzo positivo que acompaña a los likes.

Pero, como dice Holiday, hacer algo significativo y avanzar (sin que importe demasiado si hacia dónde vamos interesa a alguien más que a nosotros mismo) requiere trabajar en la sombra y en soledad en el mejor sentido del término. Se beneficia de la introspección y de someter lo que hacemos a baremos propios o, en todo caso, de personas en las que confiamos y cuyo compromiso va mucho más allá de pulsar un par de veces sobre la pantalla o en el icono de una mano con el pulgar elevado.

Cómo no dejar de aprender nunca

Así a botepronto se me ocurren una serie de hábitos que podrían derribar las barreras que todos, quien más y quien menos, levantamos en torno a lo que ya sabemos, como si exponerlo a nueva información no fuese a afianzarlo y mejorarlo.

1. Asume que siempre (siempre) puedes mejorar. Los mejores en cualquier disciplina se caracterizan porque trabajan mucho, muchísimo, solo hay un motivo que lo explique: saben que siempre pueden exigirse un poco más.

No dejes de formarte nunca (por mucho que sepas). Los grandes también son lo suficientemente humildes para saber que pueden y deben seguir aprendiendo.

2. No des por hecho que alguien no puede enseñarte nada. No sabría decirte cuántas veces, ante preguntas de alumnos, he descubierto cosas que nunca me había planteado. Y no deja de sucederme, también con quienes acaban de empezar en esto.

3. Consume (sobre todo) trabajo que sean mejores que el tuyo. Tenemos a nuestro alcance más fuentes que nunca, y dado que el tiempo que podemos dedicar a lo que nos gusta sigue siendo tan limitado como antes (si no lo es más), lo mejor es no agotarlo viendo exclusivamente aquellos trabajos que nos reafirman en que ya hemos pasado esa fase.

4. Búscate a un mentor. Al igual que el punto anterior, esta es otra gran ventaja de las redes sociales: ahí fuera hay muchísima gente de la que aprender directa e indirectamente. Si no tienes a nadie en tu entorno más próximo a quien “pegarte” búscalo en internet y absorbe lo que puedas respetando el espacio que os separa.

5. Pide retroalimentación sincera (y encájala). Dar un like no cuesta nada y recibirlo implica satisfacción y una pequeña descarga de dopamina (puedes ampliar este tema en Irresistible, el libro de Adam Alter que explica nuestra adicción a los móviles y las redes sociales). Ese es el premio que podría hacer que lo siguiente que mostremos solo busque más reconocimiento (una nueva dosis). Pedir una crítica sincera, que podría ser dura, significa exponerse a todo lo contrario al placer. Puede obligarnos a reconocer que lo que hacemos necesita ser pulido o rehecho por completo, que no somos tan buenos como dice la masa – formada en su mayoría por gente anónima – con la que solo nos une un algoritmo.

Precisamente por eso hay que atreverse a pedir opinión a quien podría ser duro con nosotros. Recibir únicamente palmadas en la espalda no va a hacernos mejores aunque resulte muy agradable y sea muy fácil de cuantificar.

Ahora que ya no somos niños, nos toca encontrar nuevos profesores tan exigentes como aquellos de la escuela y el instituto que, precisamente por eso, nunca van a borrarse de nuestra memoria.


¿Qué haces para seguir aprendiendo constantemente? ¿Cómo buscas orientación y crítica sincera? ¿Cómo te replanteas lo que has aprendido hasta ahora? ¿Recurres a los mejores libros de Fotografía, asistes a clases en alguna escuela, ambas cosas, alguna más?

Cuéntame tus impresiones y tu experiencia a través de los comentarios, me encantaría seguir aprendiendo de ti.

Gracias por leerme y por compartir esta entrada entre tus contactos.

Hasta pronto.

Jota.

10 comentarios en «Cómo (y por qué) no dejar de aprender nunca»

  1. Totalmente de acuerdo Jota! En cuanto al punto nº 5, el cual comparto al 100%, no es fácil encontrar un sitio donde los “maestros” critiquen nuestros trabajos para seguir mejorando. Así que, aprovecho para hacerte una sugerencia: ¿has pensado en hacer una sección en tu blog, donde los socios del club podamos enviarte material para que tú nos hagas una crítica constructiva de nuestras fotografías? Tendrías que pensar en acotar o limitar para no exceder en demasía tu tiempo, por ejemplo: analizar y comentar 3 fotografías semanales que tú podrías seleccionar de lo que te enviemos. Podrías, por ejemplo, admitir 1 fotografía semanal por socio.
    Es sólo una idea, ¿qué opinas? : )
    Saludos!

    Responder
    • Hola Óscar! Muchas gracias por tu comentario! Y por la sugerencia, llevo tiempo dándole vueltas a algo así, que quizás oriente a través de un grupo privado en FB ya que eso me ahorrará mucho trabajo en el blog. Te suena la #misionrubixephoto? Pues algo así pero orientado a vosotros, los socios de El Club.

      Abrazo y gracias de nuevo!

      Jota.

      Responder
  2. Hola. Algo que no dejo de hacer es ver los videos de los fotógrafos que sigo, incluido tú, aunque hablen de algo que se supone que ya sé. Es posible que descubra una nueva forma de ver un tema y me ayude a entenderlo mejor o a ir más allá o, incluso, me doy cuenta de que lo estaba interpretando mal. Cuántos videos he visto sobre el triángulo de la exposición y no paro de descubrir detalles nuevos.
    SALUDOS.

    Responder

Deja un comentario

Los datos de carácter personal que me proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por JOSE MIGUEL BARROS DOMINGUEZ (RUBIXEPHOTO) como responsable de esta web. La finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales que te solicito es para gestionar los comentarios que realizas en este blog.

Legitimación: Consentimiento del interesado.

  • Como usuario e interesado te informo que los datos que me facilitas estarán ubicados en los servidores de DREAMHOST (proveedor de hosting de RUBIXEPHOTO) fuera de la UE en EEUU. DREAMHOST no está acogido al convenio de seguridad entre UE y EEUU (Privacy Shield), por lo que no garantiza unos niveles de seguridad adecuados en la transferencia internacional de tus datos. Al cumplimentar este formulario consientes expresamente dicha transferencia internacional de datos.

El hecho de que no introduzcas los datos de carácter personal que aparecen en el formulario como obligatorios podrá tener como consecuencia que no pueda atender tu solicitud. Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en hola@jotabarros.com así como el derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control. Puedes consultar la información adicional y detallada sobre Protección de Datos en mi página web así como consultar mi Política de privacidad.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

error: Content is protected !!