
No será porque no se lo he oído a mucha gente (entre otros a la genial Cristina García Rodero de la que he aprendido muchas y valiosas lecciones), pero a menudo cuando estoy haciendo Fotografía de calle desoigo el consejo de mirar en todas direcciones y en lugar de eso me empeño en construir las imágenes de la manera más “lógica”.
Por eso dedicar suficiente a construir una fotografía, además de ser un pequeño lujo, nos permite “pensar fuera de la caja” y empezar a ver otras posibilidades, lo que muchas veces acaba transformando por completo el resultado inicial y dando lugar a imágenes mucho más interesantes o, como poco, distintas.
Sé que te lo he dicho muchas veces, pero me veo obligado a insistir ya que viene al caso: ver es un esfuerzo consciente que requiere concentración. Cuando no estamos al 100% metidos en construir imágenes se nos pasan muchas cosas por alto y, al menos en mi caso, en ese estado tiendo a lo obvio.
Así empieza la historia de la foto que te traigo hoy. Es mi último día en Berlín y, aunque la ciudad rebosa actividad en sus calles empiezo a notar el cansancio tras varias jornadas pateándola. Hoy han tocado Schöneberg y Kreuzberg, lo que en la práctica significa que he empezado a caminar en la parte oeste de la ciudad (a la altura del extremo occidental de Tiergarten) para acabar en el oeste, muy cerca East Side Gallery (el tramo más largo de muro que todavía se mantiene en pie). Todo esto para decirte que estoy cansado. Muy cansado.
Tomo un metro en Schlesisches Tor y salgo sólo una estación más al norte, la idea es cambiar a un tren en Warschauer Strasse. Al salir de la estación ahí está este músico callejero haciendo las delicias de un público que empieza a congregarse alrededor. En Berlín hay música en todas partes, otra gran excusa para visitarla.
La imagen
Composición
Salgo por la puerta de la estación como si la música me arrastrase. Hace mucho que sé que para mí es casi como el oxígeno y me gusta disfrutar de ella como quien disfruta de una bocanada de aire fresco, de esas que llenan hasta el último alveolo de los pulmones.
Es un chaval joven pero domina el improvisado (seguro que no tanto) escenario en que ha convertido la explanada. Durante un rato ni siquiera pienso en hacer fotos. Pero claro, la cabra tira al monte. Hace un momento, en el vagón del metro, he guardado la cámara en la mochila así que decido emplear el móvil (¿te he dicho que estaba cansado?).
Hago un par de fotos y vídeos de recuerdo sin pensar demasiado en ello, mientras disfruto del talento del chaval. Cuando me doy cuenta me he puesto de cuclillas y he empezado a buscar una luz más interesante. Es última hora de la tarde, el sol se pone a mi izquierda y lo baña todo con tonos cálidos.
El fondo es demasiado complejo: una barandilla y detrás las escaleras que descenderé dentro de un rato para tomar el tren que me llevará al hotel. Se me ocurre probar con un contraluz, de modo que me muevo hacia la derecha, para que el sol quede por detrás del músico. Tras un par de intentos más sin mucho éxito el tiempo que he pasado ahí empieza a dar sus frutos: al valorar una de las últimas fotos en la pantalla del móvil las sombras de los peatones que pasan por la acera llaman mi atención. ¿Y si me olvido de mostrar el cielo y en lugar de eso fotografío en dirección al suelo?
Encuadro dejando al músico callejero en la parte superior del encuadre. Casi inmediatamente éste se pone de cuclillas. Magnífico; ahora puedo cazar las sombras sin que apenas se vea a la gente.
La luz reflejada en el suelo enmarca al chico cada vez que se abre un hueco entre los peatones. Espero a que eso suceda una vez más…
Clic.
Ajustes de cámara y técnica
Cuando empleo la cámara suelo tirar de unos ajustes por defecto con los que me siento cómodo y con los que puedo olvidarme casi por completo de la parte técnica para pensar sólo en la composición. Esta vez es todavía más sencillo, no en vano estoy usando el móvil (fuera complejos, un teléfono es una herramienta más a la que puedes sacar mucho partido), lo único que tengo que hacer es ajustar ligeramente la exposición seleccionando una parte de la pantalla con un brillo medio para que la luz se mida justo ahí.
Mi teléfono hace el resto: 1/390 f/2,2 e ISO 25.
Revelado del negativo digital
Este es el archivo antes de pasar por Adobe Lightroom (en la sección de apuntes del blog encontrarás entradas y videotutoriales dedicados a este software). Es bastante blando y un poco plano a pesar de tratarse de un archivo jpeg:
Los ajustes que efectúo persiguen recrear la atmósfera cálida de las últimas horas de la tarde (la luz era dorada y las sombras mucho más contrastadas), para eso:
- Ajustes globales (panel “Básicos”): temperatura +5, contraste +15, negros -3, claridad +15, intensidad +10
- Curva de tonos: contraste medio
- Un ligero viñeteado (panel “Efectos”): cantidad -12, resto por defecto (punto medio 50, redondez y altas luces 0, desvanecer 50)
Para destacar ligeramente al músico aplico sobre él un pincel de ajuste con los siguientes valores: exposición +0.10, contraste +14, sombras +25. Antes de tocar nada había efectuado un ligero recorte para eliminar casi por completo los pies de la gente al fondo, la idea es reducir al máximo la presencia de otras personas para que el músico y las sombras se lleven todo el protagonismo (tal y como te había contado en su día uno de los primeros pasos del revelado digital debería ser eliminar las distracciones).
¿Y tú? ¿Tiendes a buscar fotografías no obvias desde el principio o, como yo, necesitas tiempo para que surjan? Déjanos tus reflexiones a través de los comentarios. :-) Si te ha gustado la entrada, compártela en tus redes (tienes enlaces para hacerlo al final de la entrada). Gracias! Y recuerda que hay muchas más como esta en la correspondiente categoría del blog…
Hola Jota
Muy interesante tu post y la reflexión a la que te lleva. Puede dar para mucho.
Personalmente, creo que antes de nada hay que tener ojo fotográfico aunque sea un poco(Si tienes poco ojo fotográfico como yo, ya te cuesta de por si hacer una foto interesante) a partir de ahí se pueden dar las opciones que comentas.
Algunos tendrán claro lo que van hacer, otros el concepto y a partir de hay intentan desarrollar la foto. A mi me gusta ir a intentar expresar lo máximo con lo mínimo. Algo muy difícil y que no me da salido. Otro problema es cuando ves la imagen que quieres en tu cabeza, pero cuando sacas la foto y la ves en la pantalla y no se parece en nada :).
En fin creo que para llegar a una buena foto, hay varios caminos. Pero creo que para llegar a esos caminos, solo hay uno. Practica, practicar, practicar y educar el ojo.
Saludos.
Hola Jorge. Cómo estás? Me alegra leerte.
Aunque como bien dices hay muchas formas de perseguir una buena foto (y que además hay que saber idearla o al menos ver el potencial de una determinada situación), también coincido contigo en que la práctica, que no es otra cosa que insistir y, sobre todo, ser crítico con uno mismo, son la mejor forma de aumentar nuestras probabilidades. :)
Saludos y gracias!
Jota.
Hola Jota
Estoy bien, gracias por el interés.
Con tu respuesta acabas de dar otra clave para mejorar. Ser critico con uno mismo, sin autoflagelarse, pero si saber tus propias fotos, para descarta, ver lo que se puede mejorar, etc. Lo veo muy importante también esta parte.
Gracias por el apunte, a mi se me escapo.
Saludos.
:) Saludos!
Jota.