
Su carrera empezó a despegar cuando – tras documentar la guerra de Afganistán vestido como un local y viviendo entre los Mujahideen – logró sacar los carretes cosidos a su ropa. Esas fotografías llegaron a publicarse en las páginas de The New York Times, Paris Match y TIME y le valieron la Robert Capa Gold Medal al mejor reportaje.
Desde entonces ha estado en todos los lugares en los que un fotoperiodista sueña con estar. Además de viajar por todo el mundo capturando lo mejor y lo peor del ser humano (siguió documentando conflictos como los de Irán e Irak y la Guerra del Golfo), es parte de Magnum Photos y ha firmado la que, sin lugar a dudas, es la portada más famosa de la historia de la Fotografía: el retrato de Sharbat Gula, la niña afgana del número de junio de 1985 de National Geographic.
Pero aunque McCurry fue uno de los primeros fotógrafos que me atraparon con sus imágenes ya no me emociona. Y no, no tiene nada que ver con que lo pillasen haciendo “trampas”.
La polémica

Fíjate en la señal de la derecha. Su base desaparece y reaparece un poco más a la izquierda, justo bajo el hombre que camina hacia ella (cuyos pies también parecen desvanecerse).
En abril de 2016 Paolo Viglione fue a visitar una exposición de McCurry, al acercarse a una de las 250 imágenes se fijó en una pequeña parte de una captura en Cuba (la que ves ahí arriba) y descubrió que había sido manipulada. Escribió un artículo en su blog sorprendido por haber detectado algo así en una exposición tan cuidada y, sin pretenderlo, encendió la mecha de una polémica que iba a poner en entredicho a uno de los fotógrafos más importantes y respetados de la historia.
Porque aquella solo fue la primera de muchas imágenes en las que se detectaron modificaciones importantes (en esta entrada de PetaPixel puedes ver algunas más). Personas eliminadas para mejorar la composición, bolsas de plástico que desaparecen para no distraer la atención del sujeto principal… Poco a poco fueron sucediéndose los descubrimientos (¿debería decir las decepciones?).
En un primer intento de defenderse McCurry argumentó que nunca se había definido como un fotoperiodista sino como un “contador de historias”, pero hubo todavía respuestas más desconcertantes, como que algunas modificaciones habían sido realizadas en el laboratorio sin su consentimiento y que la persona responsable había sido despedida.
Puedo aceptar que no se considere fotoperiodista (aunque yo sí lo tuviese por uno), pero que un colaborador de alguien tan prestigioso pueda hacer modificaciones tan radicales por su cuenta y riesgo sin supervisión final del autor… Lo siento Steve, eso no me entra en la cabeza.
Aún con esto, el trabajo de McCurry no dejó de impresionarme, porque más allá de la cantidad de Photoshop que contienen algunas de sus imágenes (cabe preguntarse cuántas) el tipo es bueno.
Muy bueno.
La composición de Steve McCurry
A menudo hablamos de leyes o normas de composición fotográfica. Esos términos no me encantan porque dan a entender que para que una imagen funcione tiene que atenerse necesariamente a ellas.
Lo que está claro es que muchos fotógrafos, entre ellos el norteamericano, han llegado a dominar determinados recursos a base de aplicarlos magistralmente en sus imágenes, convirtiéndose en verdaderos maestros de nuestra mirada.
Ahí están la “regla” de los tercios.


La recreación de profundidad al combinar el contenido de diferentes planos de la imagen con elementos que no colisionan entre sí.


Un sujeto perfectamente nítido frente a un fondo más o menos desenfocado que ocupa dos tercios de la imagen, generando separación y a la vez centrando la atención en el personaje principal.


O el a menudo esquivo “instante decisivo”…


Podría seguir hasta el infinito: el dominio del color, la expresividad de sus retratos, esos paisajes de ensueño que parecen postales…
McCurry cuida tanto, tanto, la estética de sus fotografías que se me ocurren pocos fotógrafos tan precisos. De hecho me parece uno de los mejores para empezar a aprender composición.
Pero…
Con el paso del tiempo las fotos de Steve McCurry han dejado de emocionarme precisamente como consecuencia de tanto cuidado y tanta exactitud.
Todo está exactamente donde debe estar. Como si al imaginar la mejor foto que se puede hacer en un determinado lugar y con un determinado personaje el resultado fuese precisamente ese.
Las fotos de McCurry son perfectas, mucho más que el mundo que nos enseñan. No tengo nada en contra de mostrar belleza (al contrario), y no resto mérito a su trabajo – aunque pueda parecer lo contrario sigo quitándome el sombrero ante su trayectoria – pero creo que en cierta medida se ha vuelto esclavo de un estilo preciosista y de la necesidad de mantener un elevadísimo nivel de producción.

Supongo que eso explica que en muchas de sus imágenes la gente aparezca posando y que haya llegado a permitir cambios sustanciales en algunas de ellas. No me siento autorizado para reprochárselo, ni siquiera cuando para mí una captura completamente espontánea supone un disfrute incomparable a lograr resultados a posteriori.
Sin embargo admito que hay cierta rebeldía en lo que escribo, porque ahora sé que durante mucho tiempo he fotografiado con las imágenes de McCurry en la cabeza, influido por su estilo de una manera sobre todo inconsciente.

Al ver algunas de mis fotografías – sobre todo de hace años – puedo reconocer patrones y “fórmulas” como las que repite el norteamericano (y muchos otros, claro).
Ahora peleo conscientemente contra esos hábitos, tratando de fotografiar de una manera más espontánea y libre. Aunque la sombra de McCurry es alargada hace tiempo que siento la necesidad de encontrar otras formas de mostrar el mundo.
Quizás antes pensaba que la vida debía ser perfecta y me sentía obligado a mostrarla así. Ahora sé que no lo es y supongo que en cierta forma mis fotos hablan de ese descubrimiento.
Y lo prefiero.
En cualquier caso, gracias por las enseñanzas Steve.
¿Qué piensas tú? ¿Qué te parecen las fotos de McCurry? ¿Qué opinas de la polémica causada por esas modificaciones tan evidentes en algunas de sus capturas? ¿Te ha influido o te influye su estilo?
Cuéntame a través de los comentarios.
Gracias por estar ahí, al otro lado, y por compartir esta entrada.
Hasta pronto.
Jota.
Hola Jota,
Pues si, me pasó parecido, aprendí viendo fotos de el hace años, luego me enteré de lo pasado de rosca de sus ediciones y pues… me llego una especie de dilema moral, como fotógrafo de calle quiero que sea “real”, si incluso lo manipulase y nadie lo supiera me quedaría con la espina en el pecho…
Supongo son mundos distintos, puedes darte vuelta la chaqueta 100 veces sin dejar de ser tu, porque finalmente sigues siendo lo que eres. Por otra parte la obligación de volver con resultados puede corromperte.
Mas allá de la crítica el tipo es una influencia gigante para muchos fotógrafos, miras una fotos de el sin necesidad de que tenga su nombre abajo ya sabes a quien pertenece. Es parte de la historia.
Un abrazo
Hola Nicolás!
Muchas gracias por sumarte a la conversación. Estoy contigo en que ha sido (y por tanto va a seguir siendo) un grande, pero quizás, como dices, esa presión de seguir aumentando la cosecha puede haberle condicionado. En cualquier caso también estoy de acuerdo en que ha definido un estilo propio, y eso es muy muy difícil. Aunque algunos nos hayamos distanciado de él por nuestra propia evolución.
Gracias!
Jota.
Para mi no se trata de edición ni de composición, se trata de repertorio, en cierto modo te vuelve a contar lo que ya te contó magistralmente en el pasado, ademas de notarse cierta distancia con el tema, llega, fotografía y se va. En los tiempos de Life, donde esas eran las únicas pinceladas de países exóticos que podía vislumbrar un lector era una apuesta segura, a día de hoy con la cantidad de vídeos, información, fotografías (muchísimas influidas por el) necesitas algo más de sentimiento para llegar al observador.
Hola Lord.
Muy interesante eso que dices: quizás está haciendo fotos que ya ha hecho, con otros personajes y en otros sitios. Quizás ha alimentado a un monstruo generando una necesidad de sus fotografías (porque no lo neguemos, una foto de McCurry se reconoce como suya) y eso le ha llevado a repetir fórmula. Puede ser eso?
Buena aportación, también esa de que ahora hacen falta más cosas para llegar.
Abrazo!
Jota.
Hola, muchas gracias por este artículo. Al leerlo pienso en dos sentidos, el primero es que creo que la estética como construcción social (porque “quién dice que es estético o no”), si responde a una serie de parámetros, y por otro lado, dejas un gran consejo en el ambiente y es que las reglas están hechas para romperse; la fotografía desde mi punto de vista es un constante aprendizaje y ser tan riguroso y psicorrigido con la técnica no permite la exploración. Un saludo desde Colombia y de nuevo gracias por este artículo.
Hola Gerson!
Gracias por tu aportación. Sin duda la estética es una construcción cultural y quizás el propio McCurry ha contribuido a definir qué es bello o no, al menos en un determinado tipo de fotografía. Yo le estoy muy agradecido por todo lo que me ha enseñado pero hace tiempo que siento que necesito explorar otras aproximaciones.
Gracias a ti por conversar. Saludos!
Jota.
Guardando mucho la distancia, yo me quejo de lo “limpias” que son mis fotos, pero Steve es un genio con o sin photoshop
Hola Sergio! Eso no puede negarlo nadie, y de hecho lo de Photoshop es lo de menos. :) Me deja más frío su exactitud y preciosismo pero, insisto, es buenísimo. :)
Saludos y gracias!
Jota.
Hola Jota!
Hace poco tuve la ocasión de asistir a una charla suya y, por mucho que se le haya criticado por las ediciones con PS, creo que sigue siendo un crack!
Para mi es uno de los maestros de la fotografía actual, donde es tan difícil hacer fotos que destaquen entre las demás (por poner un ejemplo, hay gente que dice que Madoz hace siempre lo mismo, pero creo que sí hiciera otra cosa dejaría de ser Madoz)
Hola Miguel Ángel! Cómo estás?
Sigo pensando que McCurry es y será siempre uno de los grandes, es solo que mis intereses hace tiempo que no sintonizan con su forma de mirar y fotografiar, un tanto preciosista. En cualquier caso, me quito el sombrero ante él. :)
Un abrazo y gracia por pasarte y comentar!
Jota.
En mi opinión es un problema de repetición, las imágenes son excesivamente bellas, algo que hoy en día vemos con demasiada frecuencia, cada vez me gustan más autores del tipo mark cohen
Hola Daniel!
Gracias por tu comentario, sí, puede que sea una cuestión de saturación en cuanto al tratamiento de las escenas y a una estética demasiado preciosista. Yo también prefiero una realidad menos idealizada. :)
Saludos!
Jota.
¡Hola Jota!
Estando de acuerdo con lo que comentas, al final mi conclusión, es que tiene su público, igual que por ejemplo Salgado o Madoz. En mi caso, no ansío que me sorprendan, simplemente cuando publican, sé lo que me voy a encontrar y que muy probablemente, me va a gustar… Aunque si le encuentro una sorpresa agradable, ¡mejor que mejor!
Buen post, sr!
Un abrazo.
Hola Miguel! Muchísimas gracias! Me alegra que te haya gustado aunque veamos al Sr. McCurry de formas muy distintas, al final todos aprendemos. Y además tienes razón: no hay sorpresas con McCurry, tampoco en calidad, su trabajo siempre es de un nivel altísimo. :)
Jota.
McCurry hace “mccurrys” como Madoz hace “madoces” y Salgado hace “salgados”… Han encontrado una fórmula que les funciona, gusta y en la que probablemente se encuentren la mar de cómodos. ¿Cuál es la contrapartida de esto? Que pueden llegar a aburrir, o por lo menos a dejar de sorprender, lo cuál no es intrínsecamente malo (no espero de todas las fotos que me sorprendan), pero sí puede serlo en aquellos fotógrafos en los que su éxito inicial se ha basado de manera importante en lo sorpresivo de su propuesta (bien por la forma, bien por el concepto, bien por llegar a sitios donde otros no llegaban…).
Casi todo fotógrafo ansía tener un estilo reconocible, ¿puede ese estilo, una vez alcanzado, ser una prisión para el propio fotógrafo? Si McCurry dejara de hacer McCurrys e hiciera otra cosa, ¿le estaríamos reprochando lo contrario?
Entiendo el punto del post. Cierto es también, que corren tiempos donde la capacidad de “reproducción/copia” es factible y sin conocimientos profundos previos.
Me explico mejor. Hoy las herramientas y recursos son relativamente fáciles de alcanzar y de lograr una curva de aprendizaje bastante rápida. Con esto quiero decir, que la posibilidad de reproducir un resultado de otro, es por lo pronto, bastante factible por muchos.
Lo que no es factible -sin un proceso propio, interno de aprendizaje-, es el poder crear, innovar un lenguaje, estilo, etc
Entendiendo esto último como un fenómeno de nuestro tiempo, donde las herramientas están y son cada vez más fáciles de usar. Donde el mundo se achica y lo que era una -zona inaccesible para la mayoría- hoy son vacaciones de mochila con amigos, es probable que la presión por seguir en la línea de la creación, innovación sea una tarea titánica y ciertamente frustrante ya que en un ratito, en el post de “Tito” se verán mis caras, con mis montañas, con mis colores y mis encuadres! Dios que difícil es hoy ser el -yo- de ayer!
Hola Sergio!
Me ha encantado tu razonamiento, es verdad que parte de la atracción de las fotos de McCurry se debe a lo exótico del contenido, sin obviar su capacidad técnica y compositiva. Es verdad que ahora eso cada vez es menos argumento para valorar algo – y me parece bueno – pero además de eso hay una cierta “fórmula” en sus fotos que tiene mucho que ver con el preciosismo, eso es lo que más me ha acabado alejando de su estilo. :)
Gracias por tu aportación!
Jota.
Yo llevo bastantes años siguiendo el trabajo de McCurry, he ido presencialmente a varias de sus charlas y presentaciones de libros, aparte de verle en conferencias en vídeo. Incluso le entregué en persona una copia de mi libro ETHIOPIA. Digamos que su trabajo me ha influido de forma muy marcada y durante bastantes años. Ahora busco inspiración en otros fotógrafos con otros estilos, pero siento un gran respeto por McCurry y su aportación al arte fotográfico.
En el post se abordan varios temas, si es fotoperiodista o no, la polémica sobre la edición de sus fotografías, la composición, y finalmente, si su trabajo es emotivo o aburrido.
Intentaré comentar cada punto en la medida de mis posibilidades.
Fotoperiodismo. McCurry, como ha dicho en ya numerosas ocasiones, no se declara fotoperiodista, sino “storyteller”, tan de moda esa palabra ahora. En cada conferencia/charla le preguntan y responde lo mismo. Él no es otra cosa que narrador de historias con la fotografía como canal de comunicación. Como podría ser cualquier artista en su disciplina. Quiere contar algo. Fue fotoperiodista en sus trabajos de los 80 y 90, pero lleva ya bastantes años simplemente buscando fotos individuales, cuadros, no reportajes. Sus últimos libros (salvo Untold) son todos compendios de fotografías individuales, ni siquiera series en el mismo contexto y con el mismo sujeto (On Reading, Animals, etc). No creo que se pueda llamar fotoperiodista a un fotógrafo con ese enfoque y desarrollo de su trabajo en las dos últimas décadas. Esto, en cualquier caso, supongo que es cuestión de opiniones personales, y tampoco aporta mucho al punto clave de la cuestión (la emotividad). (Como otro ejemplo del mismo estilo de fotografía, aunque mucho más preparada, diría Jimmy Nelson)
Sobre la edición en sus fotografías, yo sí creo que él era conocedor de esos cambios en ellas, pero también creo que el no estar sujeto a la ética periodística le permite hacerlos con cierta libertad. No los justifico, pero no me escandalizan. Aunque sea famoso y exitoso no tiene por qué estar atado a las normas que el público cree convenientes con respecto a su trabajo. Obviamente, habría sido mejor admitir el “error” que cargarlo sobre uno de sus empleados. En cualquier caso, creo que la entrada del post es algo “tramposa” con respecto a este tema porque si bien comienza diciendo que la polémica sobre estas ediciones no marca la opinión sobre él y su trabajo, el post sí se detiene de forma importante en ello. Supongo que al final sí que sirve para apoyar el resto de la argumentación que se plantea.
La Composición. Aquí está el punto fuerte del post. Es demasiado “preciosista”. ¿Eso qué significa exactamente? A mí entender, por la exposición realizada, es algo ¿negativo o a evitar?. No sabría decirlo. La estética no tiene por qué estar reñida con el contenido, ambos deberían tener su peso en el producto final. En mi opinión criticar la belleza de la imagen derivada de la disposición de los elementos, el uso del color, y claro, el instante decisivo no hacen que las imágenes pierdan valor, sino muy al contrario, las hacen sublimes. Y no se trata ya de lo “difícil” o “fácil” de la toma, que para mí nunca ha justificado que una fotografía sea buena o no, sino del conjunto de elementos que la componen, estéticos, técnicos y narrativos. En la fotografía de las mujeres en un pequeño corro en mitad de una tormenta de arena en India, McCurry cuenta que utilizó un carrete entero, solo para ese motivo. Otro quizá habría usado 4-5 intentos. En la fotografía de las monjas budistas con paragüas en fila india cuenta que estuvo una semana siguiéndolas todas las mañanas por la misma ruta, localizando el muro en el que coinciden los paraguas con la línea de la pared, y resulta que uno de los días llovió, haciendo la fotografía mejor si cabe gracias al reflejo en el suelo y el contraste de los pies y el pavimento mojado. Las imágenes son como son por dos motivos, primero porque trabaja sobre sus sujetos de forma obsesiva, y segundo porque la edición que hay detrás (léase selección y secuenciación de las imágenes si se da el caso) también lo es.
Las suposiciones de posados o imágenes montadas pueden existir, pero la realidad es que detrás hay un trabajo que muy pocos están dispuestos a llevar a cabo, en tiempo, forma y lugar. Por eso es una super estrella -reciente fichaje de Leica, por cierto-. Y por eso sus fotografías son “perfectas”, porque donde otros desistirían, él ha perseverado de forma notable. Lógicamente, para el resto de los mortales, nos es más fácil quedarnos en la foto más mundana, donde estamos más cómodos y también somos más reconocidos. La mediocridad es mucho más fácil de lograr, y como la mayoría también está ahí, no tenemos pegas en instalarnos en ella.
Finalmente, se comenta si su trabajo es emotivo o no. Lo que ocurre es que en el contexto actual, donde cualquiera tiene a mano la posibilidad de hacer una fotografía en un sitio remoto, las imágenes de McCurry no destacan como antaño. A mí personalmente sus últimos trabajos me resultan inferiores (sobre todo el de China que ha hecho con Leica, se nota que ha cambiado de sistema y de marca), pero aún así, muchas de sus fotografías siguen siendo verdaderas obras de arte que hay que saber contextualizar con respecto a la situación actual de la Fotografía. Pero ni aún pudiendo viajar con relativa facilidad a sitios remotos y exóticos es sencillo conseguir las imágenes que consigue él. La expresividad de los rostros que se comenta en el post, la inclusión de forma magistral del color como factor en la composición, cómo comprende la luz (un ejemplo son los retratos en las puertas de las casas, él sabe “iluminar” la mirada de cierta forma, cuántas fotos de retratos hay por ahí con los ojos “apagados”), y el llamado “instante decisivo” que no es más que perseverar sobre el sujeto como comentaba previamente, añadido a una cuidada edición de las hojas de contacto. Todo eso además junto con una personalidad que facilite acceder al sujeto como lo hace él es lo que definen su Fotografía y la convierten en extraordinaria.
Personalmente creo que el post arroja algunas preguntas que resulta incómodo responder. Si McCurry es perfecto, o mejor diría excelente, ¿por qué no aspirar a ello, aunque nuestro estilo sea otro, o la disciplina que trabajamos es diferente? La respuesta que se da aquí a mí no me convence. Es como si decir que las esculturas clásicas de Grecia son tan perfectas y “preciosistas” que entonces prefiero no intentarlas o tenerlas como referencia y tirar por las del escultor de mi barrio que es bueno, pero más mundano, más cercano a lo que yo puedo conseguir. Quizá no es un símil acertado, pero para mí la sensación al leer el post es esa.
En cualquier caso, como todo, esto es mi opinión.
Saludos, y gracias por el post.
Hola Yago. :)
En primer lugar muchísimas gracias por tu comentario, me siento muy halagado porque te hayas tomado el tiempo para exponer tus impresiones sobre cada uno de los puntos tratados en el post.
Leyendo tus palabras tengo la sensación de que mi post se interpreta como una crítica y en realidad no era mi intención enfocarlo así (seguramente la ejecución no está en la línea del planteamiento). Entiendo que la fotografía de McCurry guste (y que de hecho encante) a muchísima gente entre la que me incluía hace un tiempo. No trato de quitar ningún mérito a su trayectoria, más bien y a pesar de detenerme en capítulos concretos como los de la manipulación, trato de insistir en que pese a que mi grado de emoción al ver sus imágenes es mucho menor que ante sigo pensando que es un de los grandes de la historia. Es solo que, a pesar de su excelencia técnica y compositiva (fuera de duda), no siento con sus fotografías lo que sí me hacen sentir otras, menos bellas quizás, pero que en este momento me resultan mucho más interesantes no por mediocres, sino por motivos muy diferentes a los que podemos dar para alabar el trabajo de McCurry. :)
En cualquier caso, como bien dices, esta es solo mi opinión también. Un saludo y de nuevo muchísimas gracias!
Jota.
Hola Jota. Me ha encantado esta entrada. Yo, en cierta manera, estoy un poco contigo con respecto a este autor. Sus fotos son tan tan tan perfectas, cuidadas y bonitas que resultan un poco.. cómo decirlo.. poco instantáneas y espontáneas, muy prefabricado todo.. Sobre todo las de las dos últimas décadas. Me quedo con el Mccrurry de los ’80-’90 quizás era mas puro y quizás también su fotografía nos sorprendía mas que ahora que, como bien han apuntado otros comentarios, ya hay mucha gente que viaja a esos países, tiene buen hacer y nos han saturado de tanta imagen de lugares exóticos y sorprendentes.
Aún así es un autor maravilloso que, probablemente tenga la foto, o una de las fotos, mas conocidas de la historia. El retrato de esa chica afgana de ojos azules profundos…
Saludos.
Hola Jesús! :)
Veo que coincidimos, como a ti, me gusta “el primer McCurry”, quizás también en parte porque el mundo y la fotografía han cambiado muchísimo. :) Es curioso, porque también me sucede con Salgado, cuyos trabajos en analógico también me gustan mucho más que los últimos, en digital y “demasiado” exactos. :)
Un abrazo y gracias por compartir tu visión. :)
Jota.