No hay comparación posible. Las pantallas son tan prácticas… En apenas unos milímetros de espesor, algunos centímetros de superficie y sólo unos cientos de gramos caben toda una discoteca y más libros de los que podríamos leer en toda una vida. Las imágenes acompañadas de la música y las palabras adecuadas crean un hechizo irresistible. A través de pantallas accedemos a millones de recursos y podemos saber de ideas de personas a miles de kilómetros, con las que de otra forma no contactaríamos nunca. Su luz nos hipnotiza.
Un libro de Fotografías es todo menos práctico. Pesa, ocupa, una vez visto ya no hay sorpresas (o al menos, no hay muchas más sorpresas). No se impone reclamando tu atención más allá de sus páginas. Lo que ves es lo que hay. Casi siempre.
Y sin embargo dame un buen libro de Fotografía. Uno que se contemple como quien lee un cuento con la secuencia que alguien ha decido, o uno que me permita inventarme una historia. Uno que contenga palabras que me ayuden a comprender las imágenes, o uno que me deje completamente sólo ante ellas, para que no tenga más remedio que hacerme preguntas.
Permíteme decidir el ritmo de la aventura.
Déjame oler sus hojas cuando lo abra por primera vez, las pasaré una a una para sentir el papel. Las imágenes se irán desvelando, solas o en compañía de otras.
A la vista y al olfato les acompañan el tacto y el oído. Un libro se ve, se huele, se toca, se oye. Un libro sí que se siente.
Inspiración (a posteriori):
“A mi no me gusta ver imágenes en pantalla. No tengo ordenador, no tengo televisión. Tener que estar sentado delante de una pantalla me parece una tortura pero hay gente que lo hace voluntariamente y se divierte. (…) Los libros son diversos y sensuales; los soportes electrónicos son fríos y uniformes.” Cristóbal Hara.
“Si la fotografía se complace bien con un soporte, es con los libros.” José Manuel Navia.
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Gracias por pasarte. Nos leemos!
Yo he cambiado ciertos hábitos. Antes era de los que prefería sin dudarlo una novela en papel, tiene algo. Pero al final he sucumbido al soporte electrónico (ebook) por cuestión de espacio en mi casa y por la portabilidad, me permite llevar varias lecturas sin problema y disponibles en todo momento (sinceramente, es una maravilla la tinta electrónica). También ha cambiado mi opinión sobre las tabletas. La inmediatez, portabilidad y agilidad para ciertas cosas es fabulosa. Pero en lo referente a la fotografía, el papel no se puede sustituir por el soporte digital. Sigo imprimiendo fotos que cuelgo en las paredes de mi casa, y de la misma manera creo que un libro de fotografía en papel no es sustituible por el soporte digital. Para mí, el fin de la fotografía es verla impresa, como la pintura en un lienzo.
Aperta.
Claro, tienes toda la razón, hay una distinción importante aquí: los libros que lees y no quieres conservar (para lo que algo como un ebook es sin duda lo mejor y más práctico) y los libros que vemos una y otra vez y que nos interesan y atraen más allá de por lo que tienen en las páginas, y en esa categoría entran de lleno los de Fotografía.
Me gusta tu comparación: las fotos en papel ya sea en las paredes o en los libros. Como dice Navia, el libro se lleva especialmente bien con las fotos.
Aperta, Marcos. Gracias por comentar.
Jota.