A Life Alone from Maisie Crow on Vimeo.
La grabación es obra de Maisie Crow, una artista multimedia que reside en Brooklyn, en él se mezclan de forma magistral fotografía, sonido y video. Es la historia de Tom Rose quien, tras 63 años de matrimonio, se enfrenta a sus días completamente solo. Mientras los recuerdos, aunque felices, le atormentan al recordarle una vida que no volverá a vivir, trata de conectarse de nuevo a la comunidad y al mundo. Y de paso se convierte en un símbolo de la vejez solitaria a la que parece abocarnos la sociedad occidental.
Maisie Crow nació en Texas en 1982. Tras su paso por la Universidad en Austin, el Instituto Salt de Estudios Documentales y de nuevo la universidad, esta vez en la Escuela de Comunicación Visual de Ohio, hizo prácticas en MediaStorm y en The Boston Globe. A partir de ahí se centró en desarrollar trabajos con un fuerte componente documental (la única clínica abortista de Mississippi, la vida actual de los trabajadores de Chernobyl…) que la han hecho merecedora de premios y nominaciones en convocatorias de prestigio. Crow ha vuelto en alguna ocasión a la universidad, pero ahora para compartir sus conocimientos y experiencia con los que, como ella, quieren contarnos el mundo armados con sus cámaras.
Para conocer un poco mejor a Maisie y adentrarse en su trabajo:
- Web de Maisie Crow. Currículum, galerías con sus reportajes fotográficos y vídeos.
- Página sobre M. Crow en World Press Photo. Incluye una breve entrevista.
- @maisiecrow
- Sus vídeos en Vimeo.
Fuentes:
Web de Maisie Crow.
Me interesan este tipo de indagaciones en el campo de la vida y la fotografía o el vídeo. Amo el arte problemático, el que se introduce en terrenos complejos, dolorosos, en penumbra. En este caso, es escalofriante el sufrimiento de este hombre en soledad, cuando toda su vida ha estado en familia y acompañado. Esa vejez sin calor, en la gelidez de la soledad, es un territorio incómodo pues afecta a muchísima gente, y tal vez algún día seamos nosotros. He conocido residencias de ancianos y los he visto en su abandono, en su desoladora fragilidad. Es una realidad poco placentera reflejar esos momentos de llanto, de desesperación, pero a mí personalmente me estimula como observador y como presunto usuario de una máquina de fotos, para contener mi llanto y disparar. Entiendo que exista la fotografía que nos presenta una realidad hermosa, equilibrada y perfecta, pero a mí no me atrae. Me cautivan las últimas fronteras aunque de sobras sé que no son del gusto general que prefiere que le engañen con imágenes trucadas o fabulosamente embellecidas.
La fotografía llega a todos lados si nos atrevemos a apuntar nuestras cámaras en la dirección adecuada. Nosotros decidimos qué queremos mostrar y con qué nivel de profundidad, ella nos lleva hasta allí y está dispuesta a acompañarnos un poco más adentro. Siempre depende más de nosotros y de nuestro compromiso que de ella, la herramienta.
Echa un vistazo a esto, creo que te gustará el trabajo de Pep…
https://jotabarros.com/2014/07/08/conoce-a-pep-bonet/
Un abrazo.
Jota.
Fabuloso y desgarrador. Gracias.
Una vez más la fotografía nos descubre su poder para arrancar emociones.
A mí también me ha encantado, Marcos. Me alegra que te haya llegado.
Abrazo, de nada. Es un placer.
Jota.