¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra Fotografía? Hay un montón de pequeñas y grandes cosas que podemos poner en práctica para llevarla poco a poco y cada vez un poco más arriba, tantas que a veces es relativamente sencillo perderse o dispersarse.
En realidad mejorar cualquier cosa es un proceso (esto ya de por sí es lo suficientemente importante como para leerlo una vez más: mejorar es un proceso) que no acaba nunca y que requiere pasar por una serie de pasos. Sé que no te digo nada nuevo si te cuento que para crecer (en Fotografía y en lo que sea, en realidad) no hay más remedio que estudiar, hacer y valorar para aprender (sobre todo de los errores).
Y vuelta a empezar.
El problema aquí es que demasiado a menudo acabamos cambiando el orden o, lo que es aún peor, mezclando las etapas. Yo lo hago más veces de las que me gustaría y me he dado cuenta de que es algo que tengo que cambiar.
Deja que me explique, quizás conocer mis errores te ayude a evitar los tuyos.
Haciéndolo mal
No tengo problemas con la fase de estudio. Siempre tengo algún libro de Fotografía a mano; tanto los que leo para incorporar a la sección de recomendaciones del blog como aquellos a los que vuelvo para disfrutar una vez más (los mejores siempre ganan con cada relectura), y aunque me encantaría dedicarles todavía más tiempo siento que con cada trabajo que pasa por mis manos mi amor por la Fotografía aumenta. Otra cosa es que sea capaz de interiorizar todas las enseñanzas que encierran, por supuesto.
Claro que acabo consumiendo imágenes de muchas otras maneras (aunque mantengo que los libros son una de las mejores formas de ver buenas fotos) y de esa manera voy ampliando mi lista de fotógrafos de referencia, para investigarlos poco a poco y descubrir miradas distintas.
Mi problema viene en la fase de creación. Si el orden adecuado es estudiar, hacer y aprender de lo que has hecho, demasiado a menudo confundo los pasos dos y tres y me encuentro juzgándome en los momentos en los que todos mis sentidos (y mi mente) deberían estar concentrados única y exclusivamente en crear de la manera más intuitiva posible y sin crítica (por el momento).
Esas dos fases deberían ser estancas. O al menos en mi caso dan mejores resultados cuando no se mezclan en absoluto: primero crear y sólo después (y ese después debe ser un momento lo suficientemente alejado en el tiempo) valorar lo que he hecho para aprender y volver a empezar.
Y es que lo que nos decimos mientras hacemos influye en el resultado que obtenemos. Estar pensando en que no somos capaces o que no vamos a conseguir un resultado a la altura de lo que anhelamos (e incluso decirnos “ya lo tengo”) nos resta atención y con ella posibilidades de lograr una foto mejor.
No es algo que me suceda sólo cuando estoy ahí fuera haciendo fotos, también me pasa, por ejemplo, cuando escribo en el blog; todo es mucho más sencillo cuando en un primer momento escribo del tirón sin pararme a valorar cada palabra y cada coma, para después una vez que el texto está casi terminado, repasar y corregir.
Mejora bien (hazlo por orden y sin confundir las etapas)
Mi consejo es que hagas una cosa cada vez: que cuando estés estudiando pongas toda tu atención en absorber lo que tienes frente a tus ojos, que cuando estés creando no te juzgues para que todos tus sentidos estén enfocados en lo que estás haciendo y que cuando revises lo que has hecho lo hagas con la sana intención de aprender.
Estudia, practica, valora y aprende. Por este orden y una cosa cada vez.
Estudia
Hazte con buenos libros de Fotografía y léelos una y otra vez, toma notas, haz esquemas, pregúntate por qué te gusta lo que ves; una buena biblioteca es una de las mejores cosas de las que te puedes rodear.
Ve creando poco a poco una lista de autores con los que, por un motivo u otro, conectas. Pueden ser figuras reconocidas o personas relativamente anónimas. Mira su trabajo como quien trata de encontrar la solución a una adivinanza. ¿Por qué esto funciona? ¿Qué me hace sentir? ¿Cómo puedo conseguir algo parecido desde mi propia forma de ver el mundo?
Practica
Cuando llegue el momento de hacer fotos dedícate única y exclusivamente a eso. No te juzgues, pon todos tus sentidos en lo que sucede frente a ti y en cómo puedes convertirlo en imágenes interesantes.
Evita el bloqueo. Desconecta esa voz que (quizás) te está diciendo que no eres tan bueno como te gustaría, o que nunca llegarás a hacer fotos a la altura de las que admiras. Fotografía de la manera más libre e intuitiva posible y sacúdete la presión de hacer siempre una imagen memorable para estar cada vez más cerca de ella.
Valora y aprende
Ahora sí: en el momento de la selección tienes que ser tu crítico más duro. Ese y no antes es el momento de juzgarte.
Pero hazlo bien: ante los intentos fallidos no te quedes en la crítica y esfuérzate en sacar conclusiones que puedas aprovechar para mejorar tu trabajo. No digas “esta no funciona”, di “esta no funciona porque…”. En lo que va en lugar de esos puntos suspensivos está la clave para que tu Fotografía no deje de crecer.
Y vuelve a empezar
Eso no acaba aquí ni siquiera cuando has logrado una buena imagen (o una buena serie). Mejorar es un proceso que no acaba nunca. ¿Recuerdas?
Dime, ¿cómo te planteas tu crecimiento como fotógrafo? ¿Lo haces de una forma estructurada y planificada o vas sobre la marcha? ¿Cuáles son tus sensaciones cuando estás fotografiando? ¿Consigues centrarte al cien por cien en las imágenes o de vez en cuando también oyes esa dichosa voz? ¿Cómo la haces callar? Cuéntame tus experiencias a través de los comentarios, me encantará conocerlas. Si esta entrada te ha gustado, compártela en tus redes. Gracias!
Coincido plenamente con tu comentario y más claro imposible.
“Mejorar es un proceso que no acaba nunca”.
Me quedo con esta frase, que lo dice todo.
Un saludo Jota.
Néstor
Mil gracias Néstor, siempre aportando! Un saludo!
Jota.