Garry Winogrand sacudió la Fotografía de calle con sus imágenes. Pocos fotógrafos han tenido un impacto tan grande en un género como él, sobre todo si consideramos lo breve de su carrera (truncada por una enfermedad a los cincuenta y seis años).
En ese tiempo Winogrand logró exponer dos veces en el MoMA (una con Diane Arbus y Lee Friedlander) y en el George Eastman House de Rochester con Duane Michals, Bruce Davidson y Danny Lyon. También recibió tres becas Guggenheim y fue profesor en algunas de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos.
Pero sobre todo hizo miles de fotografías rebosantes de vida en las calles de su país (que recorrió desde su Nueva York natal a la costa oeste siguiendo la estela de Robert Frank y su obra maestra The Americans).
Podría decir que soy un estudiante de la fotografía, es cierto; pero, en realidad, soy un estudiante de Norteamérica.
Garry Winogrand
Su capacidad de creación era tal que en el momento de su muerte dejó unos doce mil rollos de película sin ver (entre carretes no revelados y rollos con y sin hojas de contacto). Algunas de esas fotos acabaron junto a las de esta entrada en la exposición en Madrid que tuve la suerte de ver en dos mil quince.
A través de sus imágenes Garry Winogrand hablaba de algo que va mucho más allá de la calle, su hábitat natural como fotógrafo. Por algo para solicitar su primera beca Guggenheim escribió que había «estado fotografiando Estados Unidos para intentar […] averiguar quiénes somos y cómo nos sentimos, observando nuestra apariencia mientras la historia se producía y se sigue produciendo a nuestro alrededor en este mundo».
No hay duda: tenemos muchísimo que aprender de alguien con una mirada así, y por eso Winogrand se une a la lista de fotógrafos con los que mejorar nuestra Fotografía de calle:
- Mejora tu Fotografía de calle con Alex Webb
- Mejora tu Fotografía de calle con Lee Friedlander
- Mejora tu Fotografía de calle con Saul Leiter
Qué podemos aprender de las fotografías de Garry Winogrand
1. El momento lo es todo
En todas las fotografías de Winogrand suceden cosas. Más allá de la composición y de lo que deja dentro y fuera del encuadre, en el espacio contenido en él hay siempre algo en lo que vale la pena fijarse, a menudo son los detalles más sutiles los que dotan de un nuevo significado a la fotografía.
Ahí van unos cuantos ejemplos.
Una mujer tendida en el suelo con señales de haber sido atacada o golpeada por algo o alguien. A su alrededor todo un catálogo de gestos que van desde la curiosidad a la absoluta indiferencia.

En lo que parece una reunión de veteranos de guerra un hombre sin piernas se gira hacia el fotógrafo ocupando un espacio en medio de los demás, que no le prestan atención alguna. La mirada a cámara y la postura como si saliese de un hoyo dotan a esta imagen de mucha fuerza.

Esa pareja mezclada con el resto de la gente no nos llamaría la atención si no estuviesen rodeados de otros pero sin tocarse (como sí hacen los demás) y vestidos de forma diferente, más elegante.
Como si la distancia no fuese únicamente física.

Una de las imágenes más conocidas de Winogrand, el momento en que se pulsó el botón de disparo congela al hombre girado boca abajo mientras sus compañeros lo miran desde el borde del trampolín riendo.

A la derecha un hombre adulto vestido como un niño, a la izquierda un enano con la estatura de un niño vestido como un adulto le dirige una mirada que parece llena de rencor. Como si lo que nos puede hacer gracia a los demás supusiese una burla para él.

Apuesto a que se trata de un deportista famoso rodeado de fans que le piden autógrafos. Su paso enérgico no se detiene ni para firmar y acaba arrollando (y tirando las gafas) al chaval de la izquierda con el que comparte peinado (quizás en su día el grandullón fue el gafotas de la clase).

No es solo el grupo de niños que parece que acaban de entrar de la calle interrumpiendo sus juegos para ver la tele, es sobre todo la cara de la niña como exclamando con admiración y preguntando “¿Has visto?”.

Dos mujeres vestidas de manera idéntica (¿empleadas de la misma tienda? ¿azafatas de algún evento?) y con la falta corta. La miradas de toda la gente sentada en el banco. El gesto de la chica de la izquierda y la sonrisa de la de la derecha. Todo en la misma fracción de segundo.

Oportunidad
Mantén los ojos abiertos. Escudriña constantemente tu entorno y mantente preparado en todo momento para encuadrar y disparar. Hay cosas que solo tú vas a descubrir y que si no las atrapas en una foto nadie más va a ver.
Por cierto, ajustar tu cámara en la hiperfocal puede ahorrarte un tiempo muy valioso al disparar ya que no vas a tener que pensar dónde y cómo enfocar. El propio Garry fotografiaba con la cámara preenfocada a una determinada distancia.
2. Llena el encuadre
Aunque en esta entrada vas a ver fotos de Winogrand con abundante espacio negativo en sus imágenes abundan los encuadres rebosantes de información de arriba a abajo y de derecha a izquierda.
A veces son como varias fotos dentro de la misma foto, en otras ocasiones todo contribuye a la misma historia. En cualquiera de los dos casos con cada minuto que dedicamos a mirar descubrimos cosas nuevas.
Hace unos días analizaba en detalle esta instantánea de unas chicas en minifalda atravesando una calle en Los Ángeles. Es un buen ejemplo de este punto, pero hay más.

Cuatro personajes de derecha a izquierda y a diferentes distancias, en torno a la silla que enmarca al caballero del traje claro. Seguro que esta escena solo duró la centésima de segundo del clic.

Los personajes se disponen a lo largo de una diagonal que recorre toda la foto, también a diferentes distancias pero sin solaparse. Ojo al detalle de la mano sujetando la correa del bolso en la esquina inferior derecha.

Otra de las imágenes más conocidas del neoyorquino. En ella una mujer joven y rubia vestida de blanco se contonea mientras baila entre hombres de negro que llenan por completo el encuadre; es el claro centro de atención aunque nadie parece mirarla.

Ocho personas sentadas en el mismo banco y al menos cuatro historias diferentes sucediendo a la vez en un espacio tan pequeño.

Oportunidad
Ten presente que llenar el encuadre es una de las formas más efectivas de conseguir una imagen con fuerza. Puedes hacerlo acercándote lo suficiente a un único sujeto o tratando de meter varios elementos a la vez (lo sé, también puedes disparar con un teleobjetivo desde la distancia, pero en ese caso el efecto no es exactamente el mismo).
3. Atrapa el gesto
En el primer punto de la entrada te decía que en las fotos de Winogrand siempre sucede algo. A veces es un pequeño acontecimiento en la calle y las reacciones que suscita, otras veces se trata de algo tan sencillo (y tan difícil de atrapar) como un gesto que nos hace conectar con otro ser humano.
Ahí la tienes, tan aparentemente frágil, con el vestido, la flor en el pelo y los calcetines hasta las rodillas. Esperando al bus pero con sus mente a saber dónde.

Sé que se está riendo, pero lo hace de una manera tan siniestra, exagerando tanto el gesto y clavando la mirada como si quisiese acaparar la atención del hombre que está con ella que esta imagen siempre me ha dado un poco de miedo.
Las uñas sobre el hombro no consiguen precisamente que se me pase.

Basta una mirada (en la dirección que prohiben las señales y en la que se mueve el coche del fondo) y el pelo y el vestido movidos por el viento para que esta imagen me parezca la definición gráfica de elegancia natural.

Absolutamente imposible no tratar de imaginar en qué piensa la chica dentro de la cabina telefónica. ¿Con quién habla? ¿Qué acaba de oír? ¿Está triste, resignada o solo distraída?

Oportunidad
A veces no hace falta nada más que el gesto de alguien para que conectemos con una fotografía. Y todos los hacemos todo el tiempo, de manera inadvertida la mayoría de las veces. Solo hay que estar atento y superar la incomodidad de fotografiar a otra persona.
Quizás quieras echar un vistazo a la entrada con mi postura ética en Fotografía de calle.
4. Busca la mirada
En nuestra relación con el resto de personas buscamos consciente e inconscientemente la mirada del otro. Nos comunicamos tanto con los ojos como con el resto del cuerpo, por eso las fotos en las que una mirada se impone a todo lo demás resultan tan atrayentes. Y Winogrand tiene muchas de ese estilo.
Una acera atestada de gente que camina en medio del tráfico de Nueva York. En el centro del encuadre, aparentemente inmóvil, una chica que aguanta la mirada de la cámara.

Al principio creí que esta foto solo iba del hombre con la cámara colgada del cuello que dirige sus ojos hacia nosotros, pero entonces descubrí a la mujer con la venda sobre la nariz y que también mira a cámara. Y no pude evitar mirar al hombre de nuevo, como si en él fuese a encontrar la explicación a aquello.
Mirada e incomodidad, otro punto para más adelante.

Todo el mundo mirando en la misma dirección y el caballero del centro del encuadre dirigiendo su vista en una diagonal hacia la esquina superior derecha. ¿Cómo no preguntarse qué o a quién mira? ¿Acaso a ese sombrero que se parece al suyo?

Con esta me sucedió algo parecido a lo que te contaba de la foto del hombre con la cámara colgada del cuello. Primero me fijé en la niña del centro del encuadre que clava los ojos en los míos como preguntándome “qué miras”. Cuando me detuve en la pareja besándose fue la mirada de ella la que me sorprendió.

No hace falta que la mirada sea humana para empatizar. Baste ver esta ballena mirando a través del cristal al empleado que lo limpia.

Y claro, cuando fotografías a personas en la calle puede suceder que alguien te mire de forma agresiva o que incluso te increpe. Y puedes bajar la cámara o hacer como el del Bronx y disparar de todos modos.


Oportunidad
Aprovecha la fuerza de la mirada para construir fotografías potentes. No hace falta que se dirijan hacia quien las ve (aunque debes saber que eso las dota de todavía más fuerza).
5. Haznos sonreír
Si sabes mirar en la calle puedes presenciar muchas situaciones cómicas. Cosas a las que quizás no prestamos atención y que sin embargo, sacadas de contexto e inmortalizadas en una imagen pueden resultar divertidas, surrealistas o ambas cosas a la vez.
He visto unos cuantos retratos de Garry Winogrand y me gusta pensar que su sonrisa se debía en parte a esa capacidad para ver la cara cómica del mundo.
Una familia se asoma a través de la barandilla para ver mejor a la morsa y esta nos mira a nosotros. Admito que a la vez que simpática esta fotografía de un animal en cautiverio también me resulta incómoda porque me recuerda a Zoocosis, el proyecto de Estela de Castro.

Al privarnos de la explicación sobre lo que está pasando estos dos hombres de gesto serio subidos sobre dos hidrantes (seguramente para ver algo por encima de otras personas) resultan un tanto ridículos.

Esta foto, incluida por Edward Steichen en la famosa exposición The Family of Man recogida en este libro, juega con el hombre entre las dos estatuas a las que les falta la boca y bajo el cartel de un dentista.

Oportunidad
Cuando no damos las cosas por sentado o cuando las miramos como quien las ve por primera vez (sin ese extra de información que puede explicarlas) podemos descubrir situaciones extrañas e incluso hilarantes. Trata de aislarlas y conseguirás que quien ve tus imágenes sonría contigo.
6. Incomódanos
Me gusta que las fotos me incomoden y que me hagan mirar dos veces. Me atraen ese tipo de imágenes que Meyerowitz describió como difíciles: “difícil que gusten, difíciles de ver, difíciles de hacer, lo más difícil de hacer se convierte en lo más hermoso”. Algo que aprendí en el blog de Alberte Pereira.
Aquí hay otra vez, como en la foto de la pareja bailando, una mirada exagerada y siniestra, al seguirla nos topamos con la única persona en foco que también está haciendo un gesto hacia alguien que no vemos.

Desenfocada, movida y sin embargo tremendamente potente (por enigmática), esta imagen de un hombre con la nariz rota mirando a la mujer que lo acompaña en coche fue la portada del catálogo de la exposición de la que te hablaba antes (tienes un enlace al final).

Mira esta imagen en la playa con la cabeza cortada y entenderás por qué te decía que en Fotografía de calle saltarse las normas está bien.

El lobo tras los barrotes del zoo parece acechar a la pareja apoyada sobre la barandilla. ¿Por qué la mirada y el lenguaje corporal del hombre y de la mujer me hacen pensar que es él quien la acecha a ella?

Si esta fotografía no te incomoda lo suficiente piensa en que los matrimonios interraciales habían dejado de ser ilegales en Estados Unidos poco tiempo antes.

Oportunidad
Haz que miremos el mundo como tú quieras que lo hagamos. No siempre es un sitio cómodo o agradable, así que tus fotos tampoco tienen por qué serlo.
7. Elige protagonistas
Con solo dirigir su cámara hacia ellos Winogrand convirtió a personas anónimas en iconos de la Fotografía de calle.




Oportunidad
Por el mero hecho de dirigir tu cámara hacia alguien estás reclamando nuestra atención sobre esa persona. Cuando lo hagas intenta que el protagonista de tu imagen nos sugiera una historia o nos plantee preguntas para que no sea fácil de olvidar.
8. Establece conexiones
Una mujer rolliza que parece esperar a que la fotografíen delante de dos hipopótamos, una chica en una caseta de feria apoyada sobre el mostrador y sonriendo en la misma postura que los peluches de premio a su lado, un niño y una oveja con la misma expresión.
Winogrand nos agarra del brazo y nos dice “eh, mira lo que he descubierto”.



Oportunidad
Una vez más, mira las cosas y las personas con ojos nuevos, no veas en ellos lo que son sino el aspecto que tienen y empezarás a descubrir oportunidades allí donde antes solo veías rutina. Y conseguirás que miremos y veamos lo que tú quieres.
9. Ordena y simplifica
Aunque una gran parte de las imágenes de Winogrand son en apariencia confusas y tienen un montón de elementos y pequeñas historias sucediendo a la vez, también puedes encontrarte capturas pasmosamente inmediatas y “fáciles de leer”, al menos visualmente.
Justo en medio del encuadre y separados del resto de personas de la sala, una madre y sus hijos (vestidos en los mismos tonos) parecen perdidos.

La tripulación de un avión en un banco sin nadie alrededor. De un lado ellas charlando animadamente y rodeadas de maletas, al otro, callados, con la mirada al frente y sentados como en la cabina, piloto y copiloto.

La línea dibujada por la trompa y la mano que la alimenta recorre el encuadre de izquierda a derecha. No nos hace falta ver nada más para imaginar a los protagonistas.

Un triángulo creado por tres centros de interés (¿has leído la entrada dedicada a componer con puntos?). Uno: cabeza con sombrero. Dos: cabeza sin sombrero. Tres: ¿el sombrero que falta en la segunda cabeza?

Oportunidad
Si la situación se presta prueba a buscar un orden dentro del encuadre, algo que nos de una pista sobre cómo explorarlo o en qué tenemos que fijarnos cuando veamos la foto. Por descontado intenta que además de orden y simplicidad haya interés o la imagen no permanecerá en nuestra memoria.
10. Sepárate (mucho) tiempo de tus fotos
Winogrand almacenaba los carretes una vez expuestos durante meses e incluso años, para que el recuerdo del momento no empañase su juicio a la hora de decidir qué fotografías valía la pena conservar y cuáles no. Se desvinculaba emocionalmente de ellas para ver únicamente lo que vería cualquier persona con el ojo entrenado.
Oportunidad
Te hablaba de la importancia (y dificultad) de alejarte de tus fotos, si siempre he tenido claro que es una buena manera de facilitar la selección tras leer cuánto reposaban las imágenes de Winogrand ahora sé que es un paso prácticamente imprescindible y que nunca pasa demasiado tiempo.
Así que insisto en mi consejo: deja que tus imágenes reposen antes de decidir si vale la pena conservarlas.
Recursos sobre Garry Winogrand
Libros de Garry Winogrand
- Catálogo de la Exposición de Garry Winogrand en Mapfre.
- Garry Winogrand + San Francisco Museum of Modern Art.
- The Street Philosophy of Garry Winogrand.
Enlaces
- En otros medios:
Hasta aquí mi entrada dedicada a todo lo que he aprendido de Garry Winogrand, uno de los fotógrafos más importantes y prolíficos de la Fotografía de calle. Espero que hayas disfrutado tanto de ella como yo estudiando el estilo del neoyorquino y redactando el texto…
Seguro que te habrás fijado en que muchas imágenes combinan varios de los diez puntos. Apuesto a que también se apoyan en recursos que no he sabido ver; cuento contigo para seguir aprendiendo de ellas a través de los comentarios, dime qué ves tú y qué te parecen.
Gracias por leerme y por compartir esta entrada para que llegue a más gente.
Jota.
¡Que buen análisis Jota!
Son este tipo de posts lo que hacen que cada día me acerque a la fotografía de calle con un poco más de interés :)
Gracias por compartirlo.
Un abrazo.
Hei Nahuai! Me encanta tener “la culpa” de algo así. Gracias a ti por leerme! Un abrazo.
Jota.
He disfrutado mucho leyendo este ( y muchos otros) post. Muchas gracias por tu trabajo. Me ayuda a inspirarme y a aprender.
Hola Esther. Me alegra muchísimo que mi trabajo te inspire y que aprendas con él, no podría pedir nada más.
Un saludo y muchas gracias por tu comentario.
Jota.
Moi boa entrada!! Winogrand é un dos meus referentes, e fas un percorrido pola súa obra, moi minucioso.
Grazas pola referencia tamén ;)
Apertas!!
Epa Alberte. Grazas a ti! :) Vémonos cedo.
Jota.
Impresionante entrada. Pocos análisis tan didacticos y concretos como este he podido ver en castellano. Enhorabuena y gracias por un contenido de tantísima calidad!
Hola José. :) Te agradezco muchísimo ese comentario, quería hacer una entrada a la altura de mi admiración por Winogrand, como antes había hecho con Leiter, Webb y Friedlander. Me alegra muchísimo que te haya gustado!
Un saludo.
Jota.