
De un tiempo a esta parte trato de incorporar a mi biblioteca trabajos que no tienen que ver con la imagen, simplemente por el hecho de disfrutar y de aprender otras cosas. Y no dejo de comprobar una y otra vez que todo me ayuda a cultivar una forma de ver y por tanto de fotografiar.
Cuando voy con la cámara en la mano me fijo y veo cosas distintas porque ya no consumo únicamente imágenes (acompañadas o no de palabras). Un ensayo sobre sociología o un libro sobre música pueden abrir tanto mi mente como esos libros de Fotografía imprescindibles que todos tenemos en la cabeza.
Hoy te cuento qué he aprendido de Fotografía de calle en el lugar (libro) más insospechado.
El libro
Una de mis lecturas en marcha (tengo la costumbre de tener varios trabajos empezados para ir saltando de uno a otro según el momento y mi humor) es Cómo escuchar jazz, de Ted Gioia. Me hice con él porque siempre he oído jazz pero carezco de la base y el conocimiento para disfrutarlo en toda su dimensión. Quería escucharlo y no solo oírlo.
Será que soy de la vieja escuela, pero cuando de verdad quiero profundizar en algo busco un buen libro y me sumerjo en él en lugar de consultar un montón de fuentes dispersas. Me gusta empezar de cero y aprender de la mano de alguien que sabe y que ha definido una estructura y unos contenidos basados en su experiencia. Después de eso hay tiempo para explorar otras fuentes.
Este libro me permite acercarme al jazz sin necesidad de conocimientos musicales para aprender a saborearlo más y mejor, así que te lo recomiendo si sientes curiosidad por ese tipo de música. En él vas a encontrar información muy rigurosa (con un estilo ameno) y escuchas recomendadas.
El caso es que el jazz y la Fotografía de calle siempre han sido relacionados de una manera u otra. En los dos hay mucho de improvisación dentro de una estructura y unas normas que hay que conocer y dominar para saber cuándo y cómo saltárselas. Y para sentirse cómodo haciéndolo.
El jazz, como la Foto de calle, tiene una gran dosis de libertad y de innovación que nacen del conocimiento y de un profundo respeto por lo que hicieron los grandes del género. Lo que se hace hoy en día en el jazz parte (aunque sea para cambiarlo por completo) de lo que antes hicieron grandes como Miles Davis o John Coltrane, de la misma manera que lo que se hace en Fotografía urbana bebe de las imágenes de Saul Leiter, Henri Cartier-Bresson y tantos otros.
Sin embargo y a pesar de todas las conexiones no me imaginaba que en las páginas del libro de Gioia iba a encontrar una anécdota que podía enseñarme tanto de Street Photography.
Te cuento.
La historia
Charles Mingus fue un músico norteamericano (contrabajista, director de big band, compositor y pianista) de enorme talento. Según parece su genio musical venía acompañado de un temperamento explosivo; su biografía llena de éxitos y reconocimientos artísticos también está repleta de capítulos que hablan de un carácter complicado.
Hay una anécdota en concreto que podemos llevar a nuestro terreno. Aparece en la página 60 de Cómo escuchar jazz y te la transcribo a continuación.
Se cuenta un episodio revelador del contrabajista Charles Mingus, que dirigió varios de los grupos más creativos del jazz de los años 50 a los 70. Cuando uno de los miembros de su grupo lograba tocar un solo especialmente emocionante que provocaba muchos aplausos del público, Mingus le gritaba: “No lo hagas más!”. El desconcertado músico podía pensar, primero, que el líder estaba celoso del reconocimiento. ¿Se enfadaba Charles Mingus al ser eclipsado por un músico contratado? Quizá. Pero, al final, el perspicaz músico entendería la profundidad oculta de la advertencia de su jefe: cuando tocas un solo que encandila al público, la tentación es recrear las mismas frases en la siguiente actuación, y en la de después, y así. Pero al jazz le entra una especie de rigor mortis cuando los que improvisan empiezan a bajar por ese camino tentador. En vez de captar el ardor del momento, se quedan intentando reavivar las brasas de conciertos que ya fueron. “No lo hagas más” puede que sea el mantra más potente del jazz, una guía para el músico que busca las expresiones, una guía para el músico que busca las expresiones más puras de la trascendencia artística.
Ted Gioia. Cómo escuchar jazz.
La lección de Charles Mingus
Apuesto a que sospechas por qué creo que la historia de Mingus puede ayudarnos con la Fotografía de calle.
Cada vez que demos con la tecla, con cada imagen que nos emociona y de la que nos sintamos orgullosos tenemos que decirnos lo que Mingus decía a sus acompañantes: “No lo hagas más”.
Lo sé. Llegar a una gran imagen es muy difícil. Con el tiempo nuestro nivel de autoexigencia es cada vez mayor y todo se vuelve todavía más arduo. Además hoy exponemos nuestras fotografías a un montón de gente que expresa su reconocimiento con solo pulsar un icono en una pantalla (ya te he contado qué opino de estar tan pendiente de los likes).
Todo eso hace que la tentación de repetir algo que ha funcionado en el pasado sea casi imposible de resistir. Sabes de antemano el resultado y… ¿A quién no le gusta recibir un aplauso (propio o ajeno) de vez en cuando?
Estoy seguro de que repito fórmulas que he usado antes (quiero pensar que lo hago de forma inconsciente, lo que no es una excusa). Lo sé porque también conozco grandes fotógrafos de calle que lo hacen al explotar una y otra vez el mismo recurso que les ha llevado a sus mejores imágenes con variaciones mínimas.
También es tentador (y relativamente sencillo) imitar lo que han hecho otros. Ir a los mismos sitios, hacer la misma foto cambiando únicamente lo imprescindible (una persona diferente en el mismo lugar, con la misma luz), buscar el mismo efecto en una localización diferente… En definitiva, tratar de reproducir la misma pieza que alguien ha tocado antes, nota por nota.
Pero cuando dejas de arriesgar reduces al máximo el margen para la sorpresa. Y la Fotografía de calle, como el jazz, va precisamente de buscar los límites y llevarlos un poco más allá. Por eso no podemos conformarnos con hacer una y otra vez lo que ha funcionado antes.
No lo hagamos más.
¿Qué piensas tú? ¿Crees que es sencillo salir ahí fuera a hacer fotos sin imitar, aunque sea inconscientemente, lo que hemos hecho antes? ¿Y qué hay de las grandes fotos de los demás? Me encantará saber qué opinas.
Si te ha gustalo la entrada, no dejes de compartirla en tus redes.
Gracias por leer.
Jota.
Muy bien traída la anécdota Jota.
Es difícil no caer en la tentación de repetir lo que funciona, pero si quieres seguir avanzando hay que explorar nuevos caminos.
Por cierto, me alegra ver que ya tienes el tocho de texto que requiere la RGPD. No porque quede bonito (es la parte que más me duele del reglamento), sino porque te has puesto al día a tiempo, jeje!
Un abrazo.
Hola Nahuai! Como te dije estoy siguiendo tu post punto por punto. Ayer contraré Lexblogger y los textos están ya al día. Ahora falta la integración con Mailchimp, que creí que iba a ser más sencilla.
Gracias por ese trabajo!
Un abrazo.
Jota.
¡Que bueno!
Me alegro mucho de que el post te esté sirviendo de ayuda :)
Lo más complicado es cuando te topas con un plugin o servicio que no lo han adaptado todavía. Y los de Mailchimp lo han hecho a última hora y la parte de integración es bastante farragosa.
¡Ánimo con el último empujón!
Un abrazo.
Nahuai
Ha costado pero creo que ya está todo… Gracias! Un abrazo!
Jota.
Otra gran reflexión! como amante del jazz y de la foto de calle…un placer leerte y gracias por el aporte, voy a por ese libro!
Me alegra mucho que te haya gustado, Esther. Ya me contarás qué te parece el libro.
Saludos y gracias!
Jota.
Absolutamente de acuerdo. He llegado a esa conclusión hace poco, “no hacerlo más”, y no por los demás si no por uno mismo. No es digno de orgullo repetirse; más bien es un reto no hacerlo (cuando has conseguido un éxito por pequeño que sea y en el ámbito que sea), e intentar algo nuevo, sin perder el nivel alcanzado, y que a la vez te llene de satisfacción. Porque el listón se va elevando y lo que uno pretende es no perderlo.
El mejor y más duro de los críticos debe ser uno mismo, anticiparse y no esperar que nadie tenga que decirte “no lo hagas más”.
Un saludo
Hola Ana. Qué tal.
Estoy de acuerdo contigo: no hay que hacerlo más por uno mismo, y menos aún hacer más veces lo mismo porque a los demás le haya gustado algo.
Gracias por tu comentario, es muy interesante. Saludos!
Jota.
Buen artículo Jota, Saludos.
Gracias Ricard!
Jota.
Pienso que no sé si algún día haré una buena fotografía ( me encantaría), lo que casi es adictivo es leer tus publicaciones…. de todas aprendo y es lo de menos, lo más es como vuela mi imaginación
Gracias
Pilar
Hola Pilar. :) Me alegra muchísimo que mis textos te inspiren. Sigue haciendo fotos y te aseguro que poco a poco estarás más cerca de las imágenes que quieres conseguir.
Gracias a ti por leerme. Un saludo.
Jota
Buen articulo,
es facil caer en esa trampa, por pereza muchas veces, es mas facil y rapido seguir haciendo lo mismo en lugar de intentar cosas nuevas … que de eso va la fotografia.
A veces cuando voy hacer una foto, pienso … “eso esta muy visto” o “esa foto ya la has hecho”.
hay que sacarse la pereza …
EStoy contigo, Ra. Hay que sacudirse la pereza, es una receta segura para seguir haciendo lo mismo (que otros y que nosotros mismos).
Gracias!
Jota.
muy buena reflexión. me ha gustado la conexión con el jazz . No lo hagas más, como mantra. bien
Hola Isa. Muchísimas gracias por tus palabras, me alegra que te haya gustado!
Jota.
Muy interesante la entrada Jota. Al menos intentemoslo!
Hola Jesús! Me alegra que te haya gustado, en cuanto leí esa frase supe que tenía que escribir sobre ella!
Un abrazo!
Jota.
Ciertamente …es contar siempre el mismo chiste …y por ahi se dice : “chiste repetido sale podrido” .
Hola Magso! Así lo pensaba hace unos días. :)
Gracias por pasarte, leer y comentar!
Jota.