Antes de comenzar, al César lo que es del César: llegué a este libro a través de una conversación en algo que quizás ya has visto), sin pensármelo dos veces me dirigí al mostrador y me lo traje a casa.
Como comprobarás, sobran los motivos para agradecer la recomendación…
Planteamiento
Henri Cartier-Bresson no solía dedicar mucho tiempo a hablar de sus imágenes, aunque sí mantuvo una correspondencia con el personal de la agencia Magnum y les hizo llegar profusas anotaciones para complementarlas, no abundan los textos en los que explique su forma y filosofía de trabajo.
Este libro de apenas 130 páginas viene a llenar ese hueco mediante doce entrevistas/conversaciones que el fotógrafo mantuvo entre 1951 y 1998. No se trata de textos escritos de forma pausada y con tiempo, sino reflexiones a bote pronto realizadas en distintos momentos a lo largo de más de cuarenta años, con todo lo que eso implica: algunos puntos de vista se mantienen intactos y otros cambian sensiblemente. Eso no debería tomarse como algo negativo, sino más bien como la consecuencia del aprendizaje de quien, para muchos, fue el gran maestro de la Fotografía del siglo XX.
En realidad, de entre todas esas reflexiones en voz alta que alguien transcribió, emana un mensaje plenamente vigente a pesar de los profundos cambios (también tecnológicos) que ha sufrido el mundo; lo que convierte a esta obra en casi una pequeña Master Class.
El libro
Doce conversaciones con alguien como Henri Cartier-Bresson dan para mucho…
En él encontrarás su concepción de la Fotografía, su búsqueda permanente para encontrar un orden dentro del caos y la prevalencia que daba al instinto (muy) por encima de lo académico, de hecho Cartier-Bresson desconfiaba de las escuelas de Fotografía y sus etiquetas y categorizaciones.
Todo el mundo es artista en potencia; todo ser humano es sensible, la dificultad radica en llegar a expresar la propia sensibilidad, y eso se alcanza trabajando. Henri Cartier-Bresson (1974)
Para el francés, la Fotografía debía ser, ante todo, subjetividad, una mirada personal sobre el mundo como consecuencia de una reflexión previa y posterior al disparo, pero nunca en el momento de la toma; la idea de que tendemos a reflexionar demasiado en lugar de mirar y de aprender a ver es una de las que más se repiten a lo largo del libro. Según Cartier-Bresson, para aprender a evocar en lugar de limitarse a levantar acta, es necesario vivir la vida de forma consciente y experimentarla en toda su dimensión, a la vez cultivarse (leyendo, contemplando arte) es requisito indispensable para encontrar una voz propia en Fotografía.
No leerás demasiado sobre técnica, aunque hay apuntes sobre todo en las primeras páginas, quizás la conclusión más clara en este aspecto es su preferencia por ir ligero.
Lo importante es que, para lograr el máximo, se necesita disponer de unos medios muy limitados. Henri Cartier-Bresson (1979)
Y sin embargo abundan las explicaciones de cómo se movía en el terreno, de cómo buscaba activamente un resultado inesperado pero que reconocía cuando, en una fracción de segundo, los elementos se organizaban en el encuadre y todo encajaba. Seguramente estás pensando en el famoso “instante decisivo” con el que siempre se asocia el trabajo de Cartier-Bresson; sí, de eso se trata y de hecho es un concepto que se desarrolla extensamente en el libro, aunque quizás te sorprendería conocer que esa expresión de la que casi acabó renegando en realidad no es suya, sino parte de las memorias del cardenal de Retz.
Debemos librar una batalla constante con el tiempo: lo que se desaparece ha desaparecido para siempre. Se trata de captar lo inmediato, el gesto fugaz, la sonrisa imposible de recuperar.(…), sólo una tensión permamente permite aferrar la realidad. Henri Cartier-Bresson (1961)
De entre las muchas líneas dedicadas a su forma de trabajar en las que el mito da consejos impagables, emana una ética, una forma de entender la vida y de relacionarse con ella a través de la Fotografía, que en ocasiones deriva en reflexiones sobre su futuro y las amenazas a las que está expuesta, y aquí sorprende una vez más la vigencia de las palabras del francés, a pesar del tiempo que ha pasado desde alguna de ellas.
Mientras los seres humanos sigan viviendo y sigan existiendo problemas verdaderos, vitales, importantes, y alguien tenga ganas de expresarlos con simplicidad, con sinceridad, o con alegría y sentido del humor, habrá un lugar para los fotógrafos, igual que para los poetas y novelistas. Henri Cartier-Bresson (1957)
Difícilmente podría caber más en un libro tan pequeño: hay espacio para conocer de primera mano la experiencia vital del fotógrafo más famoso del siglo XX, la influencia de la pintura y el surrealismo, sus primeros trabajos y sus viajes, los fotógrafos que más le atraían, la creación de la agencia Magnum e incluso cómo construyó algunas de sus imágenes más conocidas. Pero por encima de todo, de este pequeño volumen se desprende su pasión por la vida, y cómo se servía de la Fotografía para saborearla de una forma más intensa, lo que explica por qué en realidad le importaba tan poco lo que sucedía con la toma después de apretar el botón…
En definitiva, si El Siglo Moderno es probablemente la obra definitiva para abarcar la vida y obra de Cartier-Bresson desde afuera, este es lo más parecido a escuchar de primera mano sus reflexiones compartiendo un aprendizaje a lo largo de los años mientras sentaba, de forma consciente o no, las bases de la Fotografía tal y como la entendemos ahora. Un libro de esos para subrayar y llenar de notas, y para volver a él de tanto en tanto, porque ¿quién se cansaría de asistir a clases con el mejor maestro?
Para saber más
Título: Ver es un todo. Entrevistas y conversaciones 1951-1998.
Autor: Henri Cartier-Bresson / Varios entrevistadores.
Editorial: Editorial Gustavo Gili.
Año de publicación: 2014 (edición en lengua española).
En una frase: Aprende con una de las referencias indiscutibles de la Fotografía mientras reflexiona acerca de la vida y la Fotografía.
Dónde conseguirlo: Puedes hacerte conseguir tu ejemplar en el siguiente enlace, con sólo un par de clicks Ver es un todo: Entrevistas y conversaciones 1951-1998
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Sin duda el más grande. Aún así me pregunto ¿que seria de Martín Chambi si en lugar de haber nacido pobre y campesino en Perú, hubiese nacido rico en Europa?.
Hola Santy!
Algo así decía Juan Manuel Castro Prieto en una Master Class a la que asistí hace un par de años: para él Chambí era “El Fotógrafo”, a pesar de los medios humildes y lo limitado de su ámbito. Aquel día aprendí a apreciar el trabajo del peruano, me alegra comprobar que también a ti te gusta. :)
Abrazo!
Jota.
Si hubiese nacido rico en Europa, no sabría nada de nada pero estaria en un yate por el caribe importandole un carajo la fotografia , así es la vida.
Hola Julio. ¿Qué tal?
De hecho Cartier-Bresson es un caso extraño, nació en una de las familias más ricas y acomodadas de Francia, fue su espíritu rebelde el que se sirvió de la Fotografía para vivir una vida a la que no parecía destinado y que lo llevó por todo el mundo, lejos de las obligaciones familiares y a su aire. :)
Un saludo! Gracias por comentar.
Jota.
Joer que casualidad, ayer le dediqué yo unas lineas al mismo libro…
Pues sí que es casualidad! Jajajaja.
Veo que también para ti es uno de esos libros que hay que leer con lápiz y papel cerca… Me gusta!
Abrazo Roberto.
Jota.
Hola Rubixe, agradecerte a tí por el post tan bueno sobre el libro y que así más gente pueda tener acceso a él y a la obra de Henri Cartier-Bresson.
Muy buen blog siempre encuentro algo interesante cuando lo visito. Un fuerte abrazo desde Gran Canaria.
Qué enorme placer contar con tu visita por aquí Agustín. Así tengo la oportunidad de agradecerte “personalmente” la recomendación; tenías razón, me encantó y aprendí muchas cosas con esa pequeña obra.
Gracias por tus amables palabras. Abrazo!
Jota.