El Libro de Fotografía, según Henri Cartier-Bresson
¿Qué se puede decir de la obra maestra del fotógrafo más emblemático de la historia? Sostener en las manos un libro que ha influido a tantas generaciones y contribuido definitivamente a lo que entendemos por Fotografía causa una cierta sensación de vértigo. No, espera, vértigo no es la palabra adecuada, más bien se trata de respeto.
Presientes que podrías estar a punto de abrir una puerta a una fuente inagotable de conocimientos e inspiración. Sólo te adelantaré que no defrauda, que supera incluso las más altas expectativas.
Confieso que esperaba ansioso el momento en que esta joya que siempre había estado en lo más alto de mi lista de deseos volviese a salir a la venta. Aún recuerdo cuando un día pedí a mi librería favorita que me consiguiese un ejemplar, de eso hace al menos un par de años y no tenía ni idea de que no se había reeditado. Lógicamente cuando me dijeron que las copias disponibles (de segunda mano) rondaban los 2000 € pospuse mi empeño.
Hasta ahora. Porque felizmente Steidl, la prestigiosa editorial alemana, ha rescatado esta obra maestra para traérnosla tal y como salió hace mas de sesenta años, en una edición facsímil idéntica a la original. Mismos tamaño, aspecto y contenido (con el extra de un folleto escrito por Clement Chéroux, conservador del Departamento de Fotografía del Centro Pompidou, que aporta información valiosísima).
La obra
Lo primero que llama la atención de The Decisive Moment (Images à la Sauvette en su edición francesa) es el tamaño. Es grande, muy grande. Tanto que a primera vista parece excesivo (¿de verdad hace falta recurrir a esa talla en un libro de Fotografía?). Para que te hagas una idea, son casi 40 centímetros de alto por 30 de ancho… Afortunadamente no pesa tanto como esperarías de una obra de esas dimensiones, de forma que sostenerlo en las manos no supone un esfuerzo más allá de acostumbrarse a sus dimensiones.
Por cierto, la primera vez que llegas a una imagen a doble página cada centímetro cobra sentido.
Dentro de la caja de cartón se encuentra el folleto del que te hablaba antes y el libro. Resiste la tentación de saltarte el panfleto, aunque sepas que te esperan las palabras y las imágenes de Henri Cartier-Bresson, no puedes dejar atrás un texto que te enseñará infinidad de cosas, consiguiendo algo que parece imposible: que aprecies todavía más lo que viene después.
Vayamos por partes.
Matisse en la portada
Matisse ya había elaborado otras portadas para distintas publicaciones, aunque esta, que hoy cuelga en las paredes del Musée Matisse en Le Cateau-Cambresis, se convertiría probablemente en la más famosa de todas. Está repleta de elementos simbólicos: arriba a la derecha un sol brilla frente a las montañas que dibujan el horizonte, en medio, un pájaro que sujeta con el pico una rama sobrevuela formas vegetales y un rombo azul. Abajo, en una caligrafía bellísima de puño y letra del pintor, se leen el título y el nombre del fotógrafo, sin el guión en Cartier-Bresson. La parte de atrás, llena de espirales (y que puedes ver parcialmente en la siguiente imagen), simboliza el paso del tiempo.
Minor White se referiría a ella en estos términos:
La portada diseñada por Matisse es tan completamente deliciosa como inapropiada para un libro de fotografías.
M. White.
Y sin embargo no cabe duda de que con el paso de los años ese diseño ha acabado por convertirse en un auténtico icono, hasta el punto de que es imposible imaginar el libro con otra imagen.
Una biblia para fotógrafos
Así titula Clement Chéroux el cuaderno que acompaña al libro; la frase es de Robert Capa, colega de Henri Cartier-Bresson en la fundación de Magnum Photos y auténtico mentor de su faceta de reportero que lo llevó a prácticamente todos los rincones del planeta. No es excesivo: la obra a la que complementa contiene todo lo que un amante de la Fotografía podría necesitar, no sólo están las imágenes del francés, sino también un verdadero tratado sobre su filosofía de trabajo.
La cantidad de información que contienen esas 48 páginas es sencillamente apabullante. Abarcan el proceso que dio lugar a The Decisive Moment de principio a fin, antes incluso de su comienzo: Cartier-Bresson, amante de los libros y ávido lector, había intentado publicar con anterioridad, sin éxito, así que esta acabó siendo su primera obra y las más importante, a la que sólo precedieron el catálogo de su exposición en el MoMA de 1947 y un folleto titulado Beautifil Jaipur que vio la luz un año más tarde.
En el cuaderno se repasa la relación que unía al fotógrafo con los editores, Tériade en Francia y Richard L. Simon en Estados Unidos (la obra salió simultáneamente en 1952 en ambos países, con algunas diferencias más allá del idioma), y cómo los tres colaboraron estrechamente para dar forma al libro. También se mencionan las más de quince personas que de una manera u otra estuvieron involucradas en el proceso de creación; no sólo trabajadores de ambas editoriales, sino también colaboradores de Magnum Photos y gente del (enorme e influyente) círculo de contactos de Cartier-Bresson.
Para que puedas hacerte una idea del nivel de detalle de este folleto: en él se desglosan no sólo la cronología detallada del proyecto, sino también los costes de fabricación, el proceso de impresión y el papel empleado, los detalles legales de su publicación, cómo se gestionaron los derechos del autor y cuánto recibió a cambio de la tirada inicial (3000 unidades en Francia y 7000 en Estados Unidos) que no llegó a venderse como se esperaba, cerrando así las puertas a su reedición. Sí, este libro aclamado durante décadas y orgullo de sus editores, no cumplió las expectativas al ver la luz a pesar de haber cosechado magníficas críticas a ambos lados del Atlántico (Brodovitch, Joan Miró, Jean Cocteau…), algo que no ha impedido que fotógrafos de la talla de Eggleston o Larry Fink se refieran a él como una obra de enorme influencia sobre su trabajo.
Se profundiza, cómo no, en cómo surgió el título, o los títulos, debería decir. Porque en Europa se le llamó Images à la Sauvette mientras que en Estados Unidos se recurrió a una cita que Cartier-Bresson había extraído de las memorias del Cardenal de Retz para, por sugerencia de Simon, emplear The Decisive Moment; una expresión que, a pesar de no haber sido ideada por el fotógrafo le acompañaría ya hasta el final de sus días, como te contaba hace unas semanas. Las ediciones a cada lado del Atlántico no diferían únicamente en el nombre, ambos editores abrazaron la vertiente de la personalidad de Cartier-Bresson que mejor se ajustaba a su enfoque sobre el libro: en Francia se inclinó hacia la parte artística mientras que en América se potenció la documental y de reportaje. Incluso la introducción escrita por el fotógrafo fue distinta para cada país.
Este cuaderno nos introduce en la personalidad y el temperamento del francés y su cambio de enfoque a lo largo de los años, nos enseña hasta el mínimo detalle cómo se gestó su gran obra (la información técnica que leerás a partir de este punto ha sido extraída por completo de sus páginas), y a la vez permite saborearla de una manera mucho más consciente, como si se tratase un vino cuidadosamente escogido para acompañar un menú delicioso.
Tamaño, secuencia, disposición
¿Por qué un libro tan grande? Hay un buen motivo más allá del consiguiente tamaño de las imágenes en sus páginas. Sus medidas exactas, 37 centímetros de alto por 27.4 de ancho, permiten respetar las proporciones de la película de 24 x 36 milímetros usada por monsieur Cartier-Bresson en su Leica (todas las imágenes del libro menos una fueron hechas con esa cámara, que el francés consideraba una extensión de su cuerpo). Además, y a esto me refería arriba cuando te decía que cada centímetro está justificado, esas dimensiones permiten mostrar completamente una sola imagen horizontal o dos verticales a doble página. Te puedo asegurar que la primera vez que llegas a una parte así resulta imposible pensar en una versión más pequeña.
El libro se divide en seis partes que alternan palabra e imagen, :
- texto escrito por Henri Cartier-Bresson
- fotografías de 1932 a 1947 (año de fundación de Magnum Photos) con sólo un par de excepciones, tomadas en Francia y el resto de Europa, Estados Unidos y México
- páginas con leyendas de las imágenes previas
- fotografías de 1947 a 1952, obtenidas en India, Indonesia, China y Oriente Próximo
- leyendas correspondientes al segundo bloque de imágenes
- A Technical Report to Photographers, por Richard L. Simon (esta es una reproducción de la versión americana e incluye unas palabras del editor en Estados Unidos que, sobre todo, ahonda en los aspectos técnicos de la impresión)
En las secuencias de fotografías éstas se rodean de espacio en blanco hasta llenar por completo las páginas, sólo les acompaña un número que permite localizar el texto correspondiente en las leyendas que siguen a cada bloque.
La disposición más habitual son dos imágenes en vertical a doble página, y la segunda más empleada es una única imagen en horizontal llenando ambas páginas, lo que siempre coincide allí donde es posible abrir por completo el libro; un detalle brillante. También hay, en menor cantidad, dobles páginas con 3 imágenes (una vertical y dos horizontales) y con 4 (todas en horizontal). Llama la atención la ausencia de tres de sus capturas más conocidas, que habrían correspondido al bloque más antiguo y que se mencionan en el cuaderno de Chéroux. Ya habrás visto por aquí una de ellas.
El maestro según el maestro
Al abrir el libro te da la bienvenida un texto escrito por el propio Henri Cartier-Bresson, el ensayo más inteligente y lúcido dedicado a la Fotografía hasta la fecha, en palabras de un tal Philippe Halsman.
Tras repasar sus comienzos y sus primeras experiencias con cámaras no portátiles, Cartier-Bresson profundiza en la práctica del arte fotográfico que desarrolló tras el descubrimiento de la que se convertiría para siempre en una compañera inseparable, la Leica, y relata su evolución desde la búsqueda de imágenes individuales a la elaboración de una historia mediante el reportaje extenso y detallado, como los que hacía llegar a la oficina de Magnum Photos desde los confines del mundo.
Al elaborar un reportaje fotográfico debemos contar los puntos y los asaltos, como un árbitro de boxeo.
Henri Cartier-Bresson
Las enseñanzas de esta parte abarcan todo el proceso de creación: la elección del punto de vista en el momento de la toma para construir una imagen equilibrada, la (siempre difícil) selección posterior de las capturas, la elaboración de un reportaje para una revista… Está repleta de consejos perfectamente vigentes a pesar del tiempo que ha pasado y los cambios que se han producido desde entonces.
Composición, consejos para hacer retratos, técnica, todo está ahí, esas páginas contienen la esencia de la Fotografía tal y como el autor la concebía.
Es esencial evitar disparar como una ametralladora y cargarse con registros inútiles que embarullan tu recuerdo y echan a perder la exactitud del reportaje como un todo.
Henri Cartier-Bresson
Incluso cuando habla del color, algo a lo que él francés renunció principalmente por la inexistencia de la tecnología necesaria para aprovecharlo al máximo y porque suponía un factor más a sumar a todas las variables implicadas en la creación de una fotografía, demuestra un conocimiento muy profundo de sus reglas y relaciones, consecuencia de la sólida formación en pintura que había recibido muy joven.
Probablemente la enseñanza más valiosa que puedes extraer de este capítulo se refiera a la técnica, a la que Cartier-Bresson daba una importancia relativa, en tanto que debe ser sólo una herramienta al servicio de la visión del fotógrafo.
La gente piensa demasiado sobre técnica y no lo suficiente acerca de la visión.
Henri Cartier-Bresson
Por descontado, su párrafo más conocido, ese que comienza con la siguiente frase, cierra esta parte del libro:
Para mí, la fotografía es el reconocimiento simultáneo, en una fracción de segundo, del significado de un evento y de la organización de las formas que le dan una expresión propia.
Henri Cartier-Bresson
Las imágenes
Todo lo anterior, aunque valioso e informativo, no es más que un preámbulo para las fotografías que se presentan repartidas en dos bloques, antes y después de la fundación de Magnum Photos, la cooperativa para la que cubriría algunos de los acontecimientos más relevantes del siglo XX. No es una división casual: algo cambió a partir de ese momento y las imágenes lo evidencian.
Pero antes, hay algo más que merece nuestra atención.
No es de extrañar que en varias partes del folleto que acompaña al libro, e incluso en los textos de las solapas en el original, se destaque el trabajo de impresión de las fotografías: el nivel de detalle es sencillamente inmejorable. No hay zonas sin información en las sombras o en los blancos, y a cambio, sí infinitos grises entre los dos extremos.
Contemplar las imágenes de Cartier-Bresson con ese nivel de acabado es algo magnífico, espectacular. Trata de imaginar una fotografía a doble página de más de 50 centímetros de ancho. No, mejor no te lo imagines, tienes que verlo por ti mismo.
El artista y el reportero
Las capturas de la primera parte del libro son artísticas y evocadoras, rezuman poesía, atrevimiento, en ocasiones incluso sentido del humor. Su significado más allá de la forma no siempre es obvio, al igual que la razón para el emparejamiento de unas con otras, pero resultan irresistiblemente atractivas y siempre sugerentes.
Son sus imágenes más memorables, las que lo auparon al Olimpo de la Fotografía.
Las del segundo bloque están también exquisitamente compuestas, pero son las de un reportero que documenta, a miles de kilómetros, una forma de vida muy distinta a la occidental, se trata de fotografías bellas que destacan por el (exótico) contenido y por la forma, pero que en general resultan mucho más obvias y previsibles; aunque de tanto en tanto alguna emerge de entre las demás con fuerza, como quien recita súbitamente un verso de algún poema.
La mayoría de estas capturas, aún habiendo sido tomadas por un extranjero proveniente de un mundo completamente distinto, parecen hechas con el mismo sigilo que en las calles de cualquier ciudad occidental, en las que Cartier-Bresson se acercaba a los sujetos “a hurtadillas” (à la sauvette) para inmortalizar gestos y momentos irrepetibles.
El talento se mantenía intacto, sólo había cambiado la intención. Sin duda, en parte como consecuencia del consejo de Capa de que se guardase para sí mismo la etiqueta de surrealista.
Aunque siento predilección por las fotografías de la primera parte, más creativas y sugerentes, ¿diría que la segunda le resta atractivo al libro? En absoluto, esa vertiente del reportero a la búsqueda de imágenes que documentan otras formas de vida y acontecimientos históricos (como la muerte de Gandhi) es sólo otra faceta que vale la pena conocer de un genio al que todavía le quedaban muchos años de creación tras publicar esta obra.
En definitiva
A veces, conseguir algo que deseas desde hace mucho tiempo conlleva el peligro de que no esté a la altura de lo que esperas, además el riesgo es mayor cuanto más se hace esperar, porque tiendes a idealizarlo. No obstante, cuando sale bien, todo parece encajar de repente, como si no hubiese podido ser de otra forma.
Eso es lo que me ha sucedido con The Decisive Moment, el libro de Fotografía que siempre había querido tener; a pesar de lo que sabía de él, no imaginaba hasta qué punto la experiencia de pasar las hojas y contemplar sus imágenes iba a superar todas mis expectativas. Ya no se trata sólo de la forma o el contenido, hay algo de ritual en adentrarse en un libro que guarda sorpresas cada vez que lo abres, aunque hayas visto algunas de las fotografías que contiene cientos de veces. Un libro, y sobre todo si está tan impecablemente facturado como este, es otra cosa.
Y la recompensa no ha sido únicamente plástica, sino también en forma de valiosas reflexiones del maestro. Si bien Henri Cartier-Bresson no era muy partidario de escribir sobre Fotografía, sí tenía la capacidad de explicar y transmitir su relación con ella cuando se lo proponía, aunque para eso fuese necesaria la intervención de un editor (Simons) convencido de que sus imágenes merecían ir acompañadas de un texto escrito de su puño y letra. No se equivocaba.
Antes creía que The Decisive Moment era una obra imprescindible, ahora lo sé sin lugar a dudas. Si tienes la oportunidad hazte con él, no te decepcionará.
Para saber más
Título: The Decisive Moment (también disponible en francés bajo el título Images á la Sauvette)
Autor: Henri Cartier-Bresson, Clément Chéroux.
Editorial: Steidl.
Año de publicación: 2014 (edición facsímil de la original americana, publicada en 1952).
En una frase: Una obra cumbre de la historia de la Fotografía, sin lugar a dudas uno de los libros fundamentales para comprenderla.
Dónde conseguirlo: Puedes hacerte con un ejemplar en este enlace Henri Cartier-Bresson: The Decisive Moment, en sólo un par de clics.
Bonus: Todas las imágenes del libro pueden contemplarse en la web de la Agencia Magnum.
Otros libros que no deberías perderte:
- The Americans, de Robert Frank
- Henri Cartier-Bresson El Siglo Moderno
- Koudelka
- Early Color, de Saul Leiter
- Life´s a Beach, Martin Parr
Todos los libros que han pasado por el blog están aquí.
¿Qué te parece el libro? ¿Lo conocías? ¿Te gusta el trabajo de Henri Cartier-Bresson? Comparte tus impresiones en los comentarios. Y no dejes de compartir la entrada en tus redes si te ha gustado. Gracias!
Buenas. Me podrias recomendar un libro, acabo de empezar en esto de la fotografia.
Muchas gracias Jota
Hola Josep. :)
Te contesté en tu anterior comentario (en la entrada sobre The Americans). Te envío la respuesta por correo electrónico.
Un saludo!
Jota.
Gracias por enlazar, Iván. Abrazo.
Jota.
Hola
Una pregunta, si no sé inglés, aun así merece la pena comprar el libro?
Hola Juan! Yo te diría que sí dado que las imágenes se ven a un buen tamaño y el libro es un objeto muy bello aún sin los textos. Si se te da bien el francés también tienes la versión en ese idioma pero te diría que solo por las fotos ya compensa. :)
Un saludo y gracias!
jota.