Cuando Bruce Davidson se adentró en el metro de Nueva York a principios de los ochenta, cargado con su pesado (y caro) equipo fotográfico y empleando el flash para fotografiar la vida y los personajes que habitaban ese territorio, sabía a lo que se arriesgaba. Pero a la vez tenía la convicción de que en aquel mundo oscuro y atestado había mucho que mostrar; así que se propuso expandir la percepción de ese lugar a toda costa.
El resultado de su empeño es uno de los libros más espectaculares que he tenido la fortuna de disfrutar.
El libro
Objeto
Subway tiene una de las sobrecubiertas más impresionantes que recuerdo. En ella, un joven de torso desnudo mira en nuestra dirección, tan de cerca que sólo distinguimos parte de su cara y un pecho amplio, brillante y cubierto con cadenas de oro en el que se aprecia cada poro. Esa imagen nos pone en antecedentes, es directa y próxima, exactamente igual que el resto del libro. El título sólo es visible en el lomo.
Bajo la sobrecubierta, una portada negra con una textura sutil, sobria y elegante en la que se lee SUBWAY en grandes letras color plata.
Dentro, 135 páginas de un papel de tacto exquisito alojan un par de textos breves y las imágenes a todo color de Davidson, dispuestas dos a dos y enfrentadas en cada doble página. No hay pies de foto, ni títulos, sólo las fotografías perfectamente centradas, el espacio en blanco que las rodea y el número de página. Sin interferencias o distracciones, nos dejan solos en medio de los vagones y las estaciones, para mirar y ver por nosotros mismos.
Contenido
Fred Braithwaite, pionero del hip hop y más conocido como Fab 5 Freddy, firma un texto en el que relata la aparición de los primeros graffiti en los muros de Nueva York y su salto al metro. En él repasa la carrera de Bruce Davidson y explica cómo acabó fotografiando el metro al no conseguir financiación para una película, permite conocer el contexto del trabajo y entender el alcance de la obra por su capacidad para capturar fielmente la vida el submundo inhóspito en el que se había convertido el metro de la ciudad en los años 80, un lugar en el que se sucedían crímenes y situaciones peligrosas a diario, como demuestran algunas anécdotas recogidas en estas líneas.
Bruce Davidson es un fotógrafo con corazón de documentalista y ojo de cineasta, a veces se parece a Caravaggio en la forma en que juega con la luz y los efectos del claroscuro. Fred Braithwaite a.k.a. Fab 5 Freddy
Resulta interesante conocer la opinión de alguien que vivió aquellos días desde el otro lado y que, como miembro de The Fabulous 5 contribuyó a llenar por completo los laterales de los vagones con sus pintadas. Su última frase da una medida de lo conseguido por el fotógrafo.
Gracias Bruce Davidson. Tus fotos me devuelven a un viaje en el metro de Nueva York que nunca volveré a hacer, pero tan real como si me apease del tren A en la estación de Utica, de camino a casa. Fred Braithwaite a.k.a. Fab 5 Freddy
El último texto antes de las imágenes se titula Train of Thought y está escrito por el propio Bruce Davidson. Nos explica cómo, mientras fotografiaba distintas partes de la ciudad para un proyecto emprendido tras la imposibilidad de llevar a cabo su película, se dio cuenta de que el metro en el que se desplazaba de un punto a otro era algo más que un medio de transporte, que se había convertido en la (única?) conexión existente entre partes de Nueva York tan distintas como Harlem y Broadway, y que de ahí surgió la idea para el trabajo.
Davidson se preparó a fondo mental y físicamente (hasta el punto de seguir un entrenamiento militar y una dieta específica) para adentrarse en un territorio peligroso que comenzó a fotografiar durante la primavera de 1980. La minuciosidad de su trabajo queda patente en la rutina diaria que seguía antes de adentrarse en el subsuelo durante horas (preparando y distribuyendo en sus bolsillos equipo fotográfico y de primeros auxilios, dinero suelto, una navaja, documentación…) y en su forma de aproximarse a los sujetos, encerrados tras muros defensivos en medio de ese entorno hostil, cuando decidía pedir permiso.
“Discúlpeme, estoy haciendo un libro sobre el metro y me gustaría hacerle una fotografía. Le enviaré una copia.” Si dudaban les enseñaba mi portfolio con el trabajo, si decían que “no”, era “no” para siempre. Subway, Bruce Davidson
Se describe el proceso, que comenzó en blanco y negro y cambió a color al ser consciente de que el tema requería un tratamiento distinto, la exploración inicial y sin rumbo de las distintas líneas apuntando lugares a los que volver. Se relatan interminables jornadas desde el amanecer hasta bien entrada la noche, prácticamente sin salir a la superficie, la cuidadosa planificación de determinadas imágenes y se suceden las anécdotas. Algunas simpáticas, otras angustiosas.
Pero Bruce Davison no se limita a contar cómo se movía y fotografiaba, también nos hace partícipes de un miedo del que no llegó a librarse en ningún momento durante la realización del proyecto, y eso a pesar de haber tomado la decisión de actuar a la ofensiva, consciente de que el entorno en el que se movía era todo menos adecuado para comportarse como una víctima. De hecho, fue atacado, resultó herido e incluso pudo fotografiar a escasos centímetros la detención, pistola en mano, de un ratero (en la que es una de las imágenes más espectaculares del libro). Obviamente el hecho de emplear asiduamente el flash no contribuía a pasar desapercibido, y le obligaba a cambiar constantemente de tren después de disparar para no ser atacado, algo que a la vez da una medida de su compromiso con un trabajo que llevó hasta el final a pesar del constante riesgo físico.
El metro
Contemplar las imágenes de Subway es como hacer un viaje a un mundo desconocido que comienza desde un andén.
Entramos, nos observan, nos ignoran. A veces mantenemos la mirada, otras sólo dirigimos un vistazo rápido e inadvertido. Establecemos relaciones que sólo duran milésimas de segundo, y que sin embargo están llenas de matices. Atravesamos la oscuridad dentro de un vagón. Se oye el traqueteo de las ruedas sobre los raíles. Sentimos el calor proveniente de otros cuerpos transpirando al lado del nuestro, la humedad y la sensación de estar encerrados en una jaula. Identificamos a los depredadores y creemos reconocer a las presas. Una mirada amenazante dirigida desde las sombras nos convierte en la presa.
A ratos el tren se asoma a la superficie y contemplamos la ciudad a lo lejos. Escudriñamos el perfil de Nueva York a través de las ventanas y comprobamos cómo cambia el paisaje a lo largo del año. Nos apeamos en una estación y damos una vuelta, sin un propósito claro. Los andenes son esos lugares en los que parece que el tiempo se ha detenido.Volvemos a subir. Los días y las noches se suceden y nosotros permanecemos en ese lugar de tránsito.
Somos testigos de acontecimientos bellos, surrealistas, trágicos, angustiosos, esperanzadores… Se suceden la indiferencia, el amor, el miedo, el orgullo, la curiosidad, el desafío y tantos otros sentimientos y sensaciones. Como si en ese lugar de paso tuviesen cabida todas las historias, protagonizadas por los personajes más dispares.
De nuevo se acerca la noche, una pareja joven se dirige al baile, tres pasajeros duermen con sus cabezas colgando sobre las rodillas, mientras vemos cómo se oculta el sol a través de la ventana. A lo lejos se acerca otro tren y todo vuelve a empezar. Como la vida misma.
En definitiva
Cuando cierras Subway tienes la sensación de que acabas de salir de un mundo que ya no existe. Un lugar que, a pesar de la distancia y el tiempo que te separa de él se revela, a través de las imágenes de Bruce Davidson, inhóspito y duro pero a la vez complejo y lleno de matices. Un territorio al que afortunadamente puedes volver siempre que quieras a través de estas páginas, para sumergirte una y otra vez en los vagones del metro de Nueva York y reencontrarte con sus habitantes.
Para saber más
Título: Subway.
Autor: Bruce Davidson.
Editorial: Steidl.
Año de publicación: 2014, reedición ampliada en 2003 con 42 imágenes adicionales no incluidas en la primera, de 1983.
En una frase: Sumérgete en el mundo desconocido, intenso y peligroso del metro de Nueva York durante los años ochenta de la mano de un fotógrafo legendario.
Dónde conseguirlo: Puedes hacerte con tu ejemplar en este enlace Bruce Davidson: Subway, en sólo un par de clics.
Bonus: contempla todas las imágenes en la página de Magnum Photos dedicada al libro.
Otras obras que no deberías perderte:
- The Decisive Moment, Henri Cartier-Bresson
- The Americans, de Robert Frank
- Trinity, de Carl de Keyzer
- Koudelka
- Early Color, de Saul Leiter
- Life´s a Beach, Martin Parr
Y aquí, todos los libros que han pasado por el blog.
Ya sabes que siempre estoy encantado de conocer tus recomendaciones, deja tus pensamientos en los comentarios, ahí abajo. Y comparte la entrada si te ha gustado. Gracias!
Muy interesante, sin duda. Vaya arrojo tuvo el tío.
Hola Manuel.
Desde luego hay que tener valor para hacer algo así cuando lo hizo, creo que a mi me costaría intentarlo hoy mismo, no puedo imaginarme lo duro que debió ser desarrollar un trabajo como ese bajo unas condiciones durísimas y peligrosas. Desde luego el resultado valió mucho la pena.
Gracias por pasarte y aportar. Saludos!
Jota.
Hola Jota, tiene una pinta increible el libro pero te hago una pregunta. Me fije en este libro porque lo incluiste en tu lista del ibros sobre como leer una fotografia pero no hablas sobre esto en tu resumen..
Gracias.
Hola Nai. Gracias por tu comentario! En aquella entrada te recomiendo algunos trabajos aunque no están relacionados con el de “Cómo leer una fotografía”, creo que por eso lo has visto. :)
Un saludo!
Jota.