Fotografía de lo cotidiano

La irresistible atracción de lo distinto

Hay fotografías que nos llevan a rincones recónditos del planeta. Imágenes capturadas en sitios a los que no todos podemos acceder por fotógrafos que desarrollan su trabajo a miles de kilómetros de sus (de nuestras) casas. Sus trabajos nos enseñan realidades que no tienen nada que ver con la nuestra, distintos rasgos, costumbres, ropajes… Esas diferencias nos predisponen a disfrutar de lo que vemos; aunque últimamente (y sobre todo gracias a internet) nos hemos acostumbrado a tener acceso a otros “mundos” la posibilidad de evadirnos del nuestro nos atrae de una forma irresistible, y contemplamos esas fotografías estableciendo inconscientemente una comparación con el lugar en el que vivimos: con los rasgos que vemos a diario, con nuestras costumbres y vestimenta.

Mas allá de la calidad de las imágenes de genios como Steve McCurry parte de su encanto es consecuencia de lo exótico de sus sujetos y localizaciones. Todo es distinto, todo es atractivo.

¿Puede ser interesante lo común?

Pero hay otro tipo de fotógrafos y otro tipo de Fotografía: la que se hace justo donde estamos, a la vuelta de la esquina, en las calles por las que caminamos a diario y en los sitios que frecuentamos. Una Fotografía que, superando el hábito de ver siempre lo mismo, saca a la luz una realidad a la que no prestamos atención porque ya estamos tan acostumbrados a ella que no nos deja ninguna marca.

¿Nunca te ha sucedido que alguien a quien has invitado a tu ciudad te descubre cosas en las que no habías reparado? Mirar a través de los ojos de quien es extraño en un lugar permite ver cosas que los habitantes habituales no perciben a causa de verlas una y otra vez. Hay fotógrafos que son capaces de mirar la realidad que viven como si fuese la primera vez que la presencian. Como si alguien los hubiese llevado allí con los ojos vendados para que no recuerden el camino y para que no tengan ninguna referencia de dónde están o de qué van a ver. Cuando dirigen su cámara hacia lo que tanto ellos como nosotros presenciamos a diario son capaces de capturar instantes que a los demás se nos pasan desapercibidos; momentos mágicos a pequeña escala que sólo ellos reconocen aunque todos los vemos; unos con los ojos de la costumbre, ellos con los de un niño curioso para el que todo es un juguete, un experimento.

Admiro a esos fotógrafos que nos muestran la magia del mundo a la que otros no somos sensibles. Cuando veo sus fotos me maravilla cómo consiguen enfocar la realidad y demostrar que (casi) todo puede transmitir un mensaje diferente al que descodificamos por defecto de forma superficial, si se mira de la forma y desde el punto de vista adecuados.

No es sólo cuestión de técnica. Es, sobre todo, una cuestión de saber leer la realidad de una manera distinta, entre líneas, como si pasases una película a una velocidad mucho menor para poder ver los fotogramas que de otra manera pasan desapercibidos; como quien ve un álbum de fotos y se fija no sólo en el primer plano sino también en el fondo de las fotos, en lo que pasa lejos del centro de atención más evidente.

Conseguir una imagen o construir un mensaje interesante a partir de algo que aparentemente no tiene encanto o profundidad no es fácil. Hay que ser capaz de encontrar algo que valga la pena contar, por qué contarlo y cómo enseñar algo más que lo evidente.

Una lista incompleta (y abierta)

Ahí va una pequeña (y muy personal) lista de esos fotógrafos que, en mi opinión, fueron y son capaces de aislar lo interesante de entre lo común: Robert Frank, Cristóbal Hara, Ricardo Cases, Antonio Xoubanova, Gustavo Alemán, Ernst Haas, Harry Gruyaert

Una relación siempre es algo demasiado restrictivo, tanto por lo que incluye (que automáticamente se iguala, en cierta manera) como por aquello que deja fuera. Lo bueno es que puede, y debe, ampliarse con el tiempo y las aportaciones de los demás… Te invito a que dejes tu grano de arena. :-)

 

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8 comentarios en «Fotografía de lo cotidiano»

  1. A mí me cuesta darme cuenta de ese encanto de lo cotidiano. A veces lo fotografío, una escena familiar, una bicleta, pero cuando lo miro dudo si ello es interesante. Me pregunto si esta foto del triciclo de William Eggleston hubiera sido destacada si no viniera de su cámara y de su firma lo que es lo mismo que de su prestigio. Tengo mis dudas sobre si esta foto ofrece interés. La composición es perfecta, pero el objeto fotografíado es tan trivial que cuesta mucho que surja la sorpresa. El fotógrafo va buscando lo extraordinario, lo no trivial… pero en muchas ocasiones la idea genial está en lo más simple, solo que en un visionado de las fotos cuesta que sobresalga. Por eso pido a mis hijas y a mi mujer que vean mis fotos para que sean más ojos los que las consideren. Sin duda el motivo es lo de menos y lo esencial es el tratamiento y es cierto que convertir lo trivial en algo sobresaliente es una tarea digna de un buen fotógrafo. Me temo que yo dudo en ese terreno. Se hacen tantas fotos y hay tan pocas que sean algo significativas… 

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    • Es un tema muy complicado, sin duda.

      Hay fotógrafos que consiguen construir una obra interesante (a fuerza de muchas fotografías, no sólo una que analizada por separado y fuera del contexto creado por el conjunto puede resultar incluso anodina) a partir de un mundo que todos tenemos a la vista pero que pocos ven como ellos. Esa es la parte que me llama la atención, porque carezco del talento para convertir lo ordinario en extraordinario.

      Gracias por tus palabras, siempre me hacen pensar y replantear mis pensamientos, Joselu.

      Jota.

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  2. Y  a veces  lo que uno cree que ha visto de forma diferente a los demás, para el resto de la gente no tiene interés alguno.  No es fácil hacer ver el aura de las cosas cotidianas con una fotografía. Seguiré intentándolo.

    “En el mirar está el sentir, está el interrogar, el profundizar. Una cosa es ver y otra es mirar. Cuando salgo a la calle no veo nada; sin embargo, cuando cojo la cámara suceden muchas cosas porque hay una voluntad de ver, de mirar. Y si miras, suceden cosas. Fotografiar es querer ver. Querer ver con sentimiento.” Cristina Garcia Rodero.

    Aperta.

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    • Supongo que encontrar un lenguaje propio puede llevar a momentos en los que nadie lo comprende, pero quizás aún así valga la pena explorarlo (y disfrutar del proceso).

      Gracias por traer hasta aquí tus palabras y las de la gran Cristina, que es la debilidad de ambos!

      Aperta.

      Jota.

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  3. El triciclo de William Eggleston es una fotografía con una fuerza inmesa. Desde mi punto de vista no sólo la composición es perfecta, sino que ofrece un encuadre diferente, que nos traslada al punto de vista que tendría un niño al caerse… , pero después inquieta, porque el juguete está oxidado y parece en deshuso, como un tesoro que ha estado guardado en algún lugar hasta que ese niño crece y lo re-descubre. En fin, imagino que la fotografía puede tener múltiples lecturas y eso es lo que la hace maravillosa.

    Y quizá es eso, el re-descubrimiento diario de cosas que son imperceptibles, trabajando una mirada limpia, como la de un niño, que descubre el mundo a veces desde lo más alto y otras… comiendo asfalto! Un placer leerte siempre, Jota.
    Eli

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    • Esa apariencia de imagen ligera y sin pretensiones esconde sin duda mucho más de lo que se diría a simple vista. Y me gusta lo que tú ves en ella, Ely.

      Mi admiración por gente como Eggleston viene también de donde dices: de esa capacidad de sorpresa para descubrir cosas (y juguetes, en todos los sentidos) donde los demás sólo vemos hastío.

      Gracias por pasarte y hablar, también a mi me gusta leerte.

      Jota.

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  4. Me he estado preguntando lo mismo estos últimos días, ¿qué hace interesante una fotografía cotidiana? Claramente aún no llega la respuesta, pero lo prefiero así, quedarme con la pregunta para que siga siendo una constante búsqueda. Sí me parece que las pistas van por tres conceptos que me han quedado muy grabados en tu publicación del desafío 007: Localización, luz e instante. A mí al menos me ha fundido la cabeza el leer estos simples conceptos a los que no había prestado la debida atención. Puede que la respuesta primera vaya por ahí, simpleza y honestidad, darnos la oportunidad de mirar como si nunca lo hubiésemos hecho.
    Muchas gracias por tus fantásticas entradas que nos hacen reflexionar. Siempre un placer leerte Jota.

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    • Hola Denisse! :)

      Muchas gracias por tu comentario, eso antes de nada! Ese tipo de preguntas es lo que nos hace crecer, puede que no haya una única respuesta, que esta sea diferente para cada uno de nosotros, pero como dices, lo más importante no es tanto encontrarla, como buscarla. ;)

      Me alegra que aquella frase te haya ayudado en tu búsqueda, no dejes de contarme cómo te va en ella, Denisse. :) Saludos!

      Jota.

      Responder

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