Esta entrada no va acerca de mover las cosas que te encuentras cuando haces Fotografía de calle, aunque tengo mi propia opinión acerca de “si vale” o no modificar su posición para conseguir una imagen interesante… ;-)
Este post va acerca del respeto que todo el mundo merece. Hacia nosotros, los apasionados de la Street Photography, pero también y sobre todo hacia la gente a la que colamos en nuestras capturas.
No voy a entrar en la normativa que nos afecta (ya tienes una entrada dedicada a los aspectos legales de la Fotografía de calle), ni siquiera en mi enfoque ético, sobre el que también escribí hace un tiempo. Voy a darme un consejo en “voz alta” que podría facilitarme las cosas.
Todo el mundo tiene una historia
A menudo fotografiamos gente en la calle, cuando surge la pregunta de qué van a pensar de nosotros muchas veces contestamos que no tienen de qué preocuparse, al fin y al cabo les apuntamos con nuestras cámaras con una intención artística o documental. ¿Por qué deberían inquietarse? No estamos haciendo nada malo, sólo buscamos la belleza, la magia, llámalo “X”…
Cuando veo que alguien va a disparar su cámara en la dirección en la que me encuentro inevitablemente suceden dos cosas: la primera es que me pregunto qué foto puede estar viendo que yo no he visto, inmediatamente después me alegro de formar parte, de ser cómplice en el resultado (aunque sus pretensiones podrían diferir de las mías). Pero claro, a mi me entusiasma hacer fotos en la calle, y eso inevitablemente condiciona mi reacción.
Pero eh, no todo el mundo ve la Fotografía de la misma manera. ¿Qué sabemos de ese desconocido a quien queremos fotografiar? ¿Qué significa para él que le hagamos una foto? ¿Qué experiencia previa ha tenido con otros fotógrafos?
Si reacciona de forma desagradable podría ser su actitud por defecto, pero también cabe la posibilidad de que su reacción se deba a una experiencia negativa anterior, a desconocimiento, a miedo… Piensa, ¿qué sabe él de nosotros y de lo que buscamos? ¿Por qué, por defecto, debería inclinarse por el mejor escenario posible, aunque sea precisamente el que nos planteamos?
Al fotografiar a otros sin su permiso expreso no podemos limitarnos a pensar en lo que buscamos; tenemos que ser conscientes de su parte en todo esto.
Déjalo todo como estaba, o un poco mejor
Si buscas fotografiar sin ser visto y puedes hacerlo, hazlo. La sensación que tendrá quien vea esa imagen será la de quien presencia algo de forma inadvertida, como un testigo que no se expone.
Ahora bien, si quieres que en tus fotos haya miradas a cámara, o si no lo buscas pero te descubren y aún así decides fotografiar, adelante. Eso sí, asume que quizás sea necesario dar alguna explicación, si ese es el caso tienes algo parecido a una obligación con los demás fotógrafos callejeros: piensa en los que pueden (podemos) venir después.
Siempre que sea posible, no justifiques una mala reacción ante una foto tuya enfrentándote al otro. Si tienes ocasión y se muestra receptivo, explícale qué haces y por qué lo haces. Cuéntale que algunos fotografiamos la calle buscando la belleza en el día a día y que en ocasiones eso significa meter a personas en el encuadre. Demuéstrale que no tienen por qué preocuparse, enséñale tus fotos. Pregúntale si le gustan, cuéntale qué te gusta a ti de ellas…
¿No te encanta patear las calles con tu cámara? ¿Qué hay de malo en “vender” un poco lo que haces? ¿No crees que podría ser una buena forma de allanar el camino para todos?
A veces ni siquiera hacen falta palabras y una sonrisa dirigida a quien te ha visto fotografiarle es más que suficiente. De hecho, a menudo será mucho más efectiva que el más preparado de los discursos.
Puedes verlo así: incluso en el caso de que te veas obligado a borrar una foto en la que aparece una persona, tomarte la molestia de contarle qué buscabas o por qué la hiciste puede ayudarle a entender lo que hacemos. Quizás el próximo fotógrafo que se cruce con esa persona consiga la imagen de su vida, si él muestra el mismo respeto por quienes aparecen en sus fotos también estará allanándote el camino hacia tu mejor imagen…
¿Y bien? ¿Cómo es tu experiencia al fotografiar en la calle? ¿Has tenido episodios incómodos? ¿Cómo los has manejado? ¿Eres de los que se toman tiempo para explicar lo que hace cuando los demás se inquietan o eludes esas situaciones? Cuéntanos tus impresiones a través de los comentarios. Si esta entrada te ha gustado, compártela en tus redes… Gracias!
Bueno, ustedes sin dudas lo dejan mejor.
Muchas gracias, Juan José! ^_^
Saludos.
Jota.
Muy buena reflexión. En mi caso particular nunca he tenido que explicarle a nadie nada, hasta ahora he logrado pasar inadvertido en todos los casos, pero si llegaran a darse cuenta ya tengo ista una sonrisa “de emergencia” o una buena y amable explicación y, pues sí, si hay que borrar la foto estoy dispuesto a hacerlo. Saludos.
Hola Ernesto!
Hasta ahora tampoco he tenido malas experiencias, pero sí creo haber comprobado que mostrar la mejor actitud de partida ayuda a que todo fluya. Bien por esa sonrisa de “emergencia” preparada.
Saludos y gracias por aportar!
Jota.