
Contexto
El edificio Sony está en pleno barrio de Ginza, el distrito más lujoso de Tokyo. Es justo como te imaginas, un despliegue impresionante de tecnología con los últimos juguetes sobre los estantes de las diferentes salas. Todo está pensado para que lo toques, lo pruebes y… lo compres, claro! Es complicado resistirse a la oferta y a la exquisita atención de los dependientes (algo que, por cierto, es extensivo a todo el país nipón).
Justo a la entrada había un enorme acuario. Las familias y los grupos de escolares ser arremolinaban a su alrededor, disfrutando del espectáculo y tratando de llamar la atención de sus habitantes. Al otro lado de la acera la capital desplegaba su frenético ritmo, ajeno a los lentos movimientos de los peces de colores.
Composición
Al principio caí en el tópico; durante un buen rato me esforcé en captar a la vez el interior y el exterior del acuario separados por el grueso cristal. Entonces reparé en las personas al otro lado de la enorme pecera, y en que, enfocando a través de ella podía mostrarlo todo en una imagen más potente en la que sólo se viesen los peces y los espectadores, con un poco de suerte unos dejarían ver a los otros y me llevaría algún gesto interesante… de las personas, claro!
Hice un buen montón de disparos, algo que no siempre es lo mejor porque, al menos en mi caso, complica un poco la selección posterior de las más efectivas (aunque es imprescindible a veces resulta muy difícil poner distancia con tus fotos). Y otra confesión: no me di cuenta de los reflejos de la ciudad a mi espalda en el cristal y en cómo contribuían a que las fotos ganasen fuerza hasta que descargué la tarjeta en el ordenador.
A veces la Fotografía te guarda sorpresas maravillosas, ¿no crees?
Técnica
Opté por una gran apertura para centrarme en las caras al otro lado del cristal y conseguir que el resto (los peces, el interior del acuario) apareciese ligeramente desenfocado; así que la cámara estaba ajustada en modo prioridad a la apertura y un diafragma f/4. Había fijado la sensibilidad en ISO 800 porque a la sombra era la única manera de conseguir una velocidad lo suficientemente rápida como para “detener” a los peces y a los humanos; todos estaban muy cerca de la cámara (ten presente que cuanto menor es la distancia a lo que se mueve mayor velocidad de obturación necesitas para congelar el movimiento). Fíjate en que el tiempo de obturación de 1/450 es tan alto que incluso los automóviles están perfectamente nítidos.
Con los peces nadando de un lado a otro resultaba muy complicado enfocar siempre a la gente al otro lado del cristal. Tanto que algunas veces el foco estaba justo yo quería (en sus caras) y otras donde menos me lo esperaba, convirtiendo a la calle en una protagonista más de la imagen.
Click.
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Gracias por pasarte. Nos leemos!
Fantástico reflejo. Saludos.
Gracias Marcos! Como ves, fue mitad accidente y mitad intención. ;)
Aperta.
Jota.
lo que más me gusta de tu blog es que te paras a explicar la foto el proceso en sí, hasta las sorpresas. Gracias y estupenda foto
Gracias a ti, Bolboreta!
Compartir las experiencias y aprendizajes forma parte de lo más divertido de la Fotografía, al menos así la entiendo yo. Me alegra que te guste. :)
Saludos!
Jota.