Es probablemente la imagen más conocida de Sebastião Salgado; lo que es mucho decir teniendo en cuenta que el brasileño ha creado algunas de las más impactantes y significativas de las últimas décadas.

Tomada en la mina de Serra Pelada, al sur del estado de Pará en Brasil, la que fue la mayor explotación de oro a cielo abierto del mundo y que en la actualidad está sumergida bajo el agua. Es tan elocuente que, sin necesidad de ver el resto del trabajo de Salgado sobre la zona, podemos imaginar las condiciones en las que se extraía el mineral y la tensión y peligro constantes que se tradujeron en un número indeterminado de muertes.
Intentemos explicar cómo lo consigue.
Un minero y el soldado al que se enfrenta destacan entre la multitud. El trabajador, con los pies firmemente plantados en la empinada ladera (¿acaso quiere proteger esa piedra que está entre sus piernas?) dirige una mirada desafiante, su cuerpo rezuma vigor y fuerza, quizás precisamente como consecuencia del trabajo que desempeña. El soldado, unos centímetros por debajo aguanta la mirada desde una posición menos favorable, parece que recula o que como mínimo trata de encontrar una posición más segura, su gesto intenta parecer decidido, pero se adivina temor.
Esos dos cuerpos se “tocan” a través del fusil que el minero sujeta firmemente con la mano, mientras con la otra parece retar al soldado a que se atreva a usarlo. Pero es la línea de las miradas la que imprime más fuerza a la imagen; ambos se miran a los ojos, es cierto, pero el gesto del trabajador, como un contraataque al hecho de ser apuntado con el arma, atraviesa el encuadre de izquierda a derecha y de arriba a abajo, dominando la escena por completo.
Parece decir “tú tienes el fusil, pero yo tengo la convicción”.
Dos compañeros salen del marco. No se aprecian inmediatamente, pero una vez que los adviertes su marcha refuerza la sensación de que algo terrible podría estar a punto de suceder. Su actitud, no obstante, contrasta con la de la mayoría que deja su trabajo para contemplar la escena.
La disposición del resto de personajes, enmarcando a los dos protagonistas como si contemplasen un espectáculo al que están acostumbrados y extendiéndose más allá del marco, induce a imaginar que los rodean muchos más. Las miradas confluyen en el centro, y sus rostros aumentan la sensación de tensión e incertidumbre por el desenlace.
¿Qué sucederá?
¿Puede el soldado disparar a un hombre desarmado y salir vivo de allí?
En esta magnífica fotografía todos los elementos se combinan magistralmente para transmitir un mensaje potente que no solo narra lo que sucede dentro del marco si no que lo trasciende para hablar de injusticia y condiciones de trabajo inhumanas.
En definitiva, la imagen de la dignidad del oprimido frente al opresor.
El autor
Sebastião Salgado nación en 1944 en el estado de Minas Gerais. Estudió Económicas pero en 1973 comenzó su carrera como fotoperiodista en Paris, tras trabajar con las agencias más prestigiosas del mundo (Sygma, Gamma y Magnum Photos) decidió fundar una propia con el apoyo de su mujer, Lélia Wanick Salgado.
Es autor de innumerables trabajos fotográficos caracterizados por su carácter documental, de denuncia social y de búsqueda de la preservación de formas de vida indígenas amenazadas.
Aquí puedes acceder a Amazonas Images, la agencia dedicada a difundir su trabajo.
Fuentes
Amazonas Images.
Esta entrada en Iconic Photos.
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Gracias por pasarte. Nos leemos!
Hoy descubrì tu blog ¡me encanta! por las bonitas fotografias que compartes y sobre todo las de Allariz (Licoreria Zirall) y de la feria de Cerdal que con tus comentarios me siento como si estubiese alli mismo.
Enhorabuena por tu premio Bitacoras.
En Galicia “Xente de calidade”.
Un saludo.
Enhorabuena de nuevo por el blog!!!
Afortunadamente he podido ir a ver (un par de veces ya) la exposición “Génesis” de Salgado en el Caixaforum de Zaragoza y la verdad que la palabra espectacular para describir la exposición se queda cortísima! Es una genialidad, no sabría decirte con cual de todas las fotografías quedarme!
Así que desde aquí, si alguien tiene la oportunidad de visitarla que no lo dude ni un instante.
Muchas gracias por compartir tantas imágenes y tanto conocimiento Jota!!!
Un saludo!
Hola Sara! :)
Gracias, gracias, gracias! Me alegra que te guste el blog. :)
Me falta ver una exposición de Salgado en directo, la verdad es que me apetece. He tenido el libro (Génesis) en las manos y lo cierto es que lo primero que pensé fue “cómo se verá esto en una pared?”. Ya veo que no decepciona… ;)
Saludos, y gracias otra vez!
Jota.
A mí me parece más bien que el soldado está acostumbrado y curtido. Ese tipo de incidentes no le amedrenta, porque sabe que el otro sólo está cabreado y es un poco gallito, y salvo que le ataque directamente, él no disparará. Sabe que los demás, pese a su situación sin garantías de nada, son jueces implacables, saben distinguir. Su situación aparentemente desfavorable queda equilibrada, primero, por su arma, y segundo, porque él representa el orden, algo que allí no es ocioso ni prescindible y a todos interesa por propio interés. Significa la supervivencia de su modo de vida.
Hola Isidoro. Muchas gracias por tu comentario. :)
Tu visión de la imagen me parece muy interesante, nunca lo había enfocado así. Un saludo!
Jota.