
Aunque he aprendido a apreciar y a disfrutar de ella me cuesta conectar con la Fotografía de paisaje. Supongo que en parte es porque a pesar de vivir en un sitio pequeño soy 100% urbanita (te resultará mucho más sencillo convencerme de que nos vayamos a patear las calles de una gran ciudad que de llevarme de ruta de trekking).
Sospecho que mi falta de paciencia también tiene mucho que ver con mi relación con el paisaje natural, admiro a quienes sois capaces de esperar horas a que el sol esté en el punto exacto para capturar una imagen como hacía el bueno de Ansel Adams, que también estudiaba durante meses e incluso semanas los lugares que finalmente inmortalizaba (si quieres profundizar en su magnífico trabajo el libro 400 Fotografías es justo lo que necesitas). Os admiro, en serio, pero no es para mí. ;-)
Todo lo anterior no quiere decir que no me emocione ante una vista espectacular, sino que de una manera u otra siempre intento “llevarla a mi terreno”. La foto que te muestro hoy es un claro ejemplo de eso.
La imagen
Hace unos días participé en un viaje de prensa a las Islas Lofoten, en la parte septentrional de Noruega (ya dentro del Círculo Polar Ártico). Es un lugar absolutamente espectacular; allí las montañas emergen directamente del mar y en esta época del año la nieve llega justo hasta la orilla. Por si todo eso no fuese suficiente la luz es bellísima, incluso a las doce del mediodía no se eleva mucho por encima del horizonte con lo que ofrece un aspecto cálido y genera sombras muy interesantes.
La última tarde nos llevaron a varios puntos representativos, uno de ellos era un lugar desde el que, según el conductor, contemplaríamos las mejores vistas de la región. Nos bajamos del bus y él señaló una pequeña loma a la derecha en la que se erigía una estatua. Pero entonces vi este grupo de críos jugando justo en la otra dirección, y no pude resistirme.
Ajustes de cámara y técnica
Esta vez me llevé una cámara dotada de zoom (una longitud focal corta, me aseguraba una buena profundidad de campo. Y es que estaba claro que no me podía conformar con fotografiarlos a ellos, incluso yo sabía que ese paisaje tenía que aparecer en la imagen final…
Composición
Cuando ahí arriba te decía que trato de llevar los paisajes a mi terreno me refería a que para que me llenen de verdad necesito meter gente; eso me facilita conectar con la imagen y, de paso, me permite introducir un sentido de escala.
Así que mientras subía hacia el lugar iba valorando la parte más interesante del paisaje: no había duda, la zona por donde se pone el sol con la costa y las casas era lo que había que mostrar. De modo que me desplacé hacia la izquierda para que los niños ocupasen la parte derecha del encuadre, con la vista llenando todo lo demás. Los saludé y les sonreí, ellos hicieron lo mismo y se dedicaron a jugar un rato más como si yo no estuviese allí.
El de la cabeza descubierta no se quedaba quieto y yo no encontraba la forma de encajarlo con todo lo demás (aunque me encantaba cómo llenaba el espacio blanco ocupado por el montículo de nieve). Entonces de repente se irguió y miró hacia la izquierda, justo en la dirección de ese fabuloso paisaje.
Clic.
Afortunadamente justo en ese momento su compañero de juegos miró en mi dirección (me gusta tener a gente mirando a cámara, porque establece una conexión entre el espectador y los protagonistas de las fotografías, ya no ven las fotos desde fuera porque alguien les devuelve la mirada). El tercero permanecía ajeno a lo que sucedía alrededor, concentrado y entretenido, lo que contribuye a que la imagen no parezca un posado.
Después hubo otras tomas, incluso algún retrato de los chavales, pero ninguna funciona como esta. Acabé subiendo a la loma y me reuní con el resto del grupo, el conductor tenía razón, las vistas eran impresionantes… Pero no había forma de meter a gente en el encuadre!
¿Cómo la ves tú? ¿Qué te parece? ¿Hubieses tomado decisiones distintas? Y ya que estamos… ¿Te gusta la Fotografía de paisaje? ¿Tienes la paciencia que a mi me falta? Me encantará conocer tus impresiones y tu experiencia a través de los comentarios. Si te ha gustado la entrada, no dejes de compartirla en tus redes… Gracias!
Muy buena la foto, me gusta el valor agregado de tener gente en una foto de paisaje.
Una pregunta técnica, vale la pena buscar el punto hiperfocal de nuestro lente para hacer una foto de este tipo? o solo con un f alto obtenemos la profundidad de campo necesaria para hacer este tipo de fotografías?
Gracias,
Mauricio.-
Hola Mauricio. Muchas gracias, me alegra que te guste la foto. :)
La hiperfocal es una buena técnica para paisaje porque sin llegar a emplear una apertura demasiado pequeña (con valores de f muy altos puede empezar a haber difracción) consigues una gran profundidad de campo. Francamente yo suelo emplearla para calle cuando no quiero tener que pensar dónde apuntar cada vez.
Si tienes tiempo puede ser una buena opción, pero en este caso aunque la profundidad de campo no fuese extrema no era algo que me preocupase, así que cerré hasta f/11 y apunté en los críos, me pareció suficiente. :)
Un saludo!
Jota.
La foto me encanta, pero yo no la llamaría foto de paisaje. Creo que el objeto de atención lo generan los niños, no el paisaje propiamente, aunque desde luego es un marco tremendamente bello para mostrar lo que esos niños hacen… La verdad es que los límites entre tipos de fotografía son difusos y no es cuestión de ser fundamentalistas. Como tú mismo dices, tu mirada es la que es y consigues crear belleza… ponerle un adjetivo es lo menos importante.
Hola Elena! :)
Tienes razón, al final siempre acabo poniendo el foco en la parte humana de la Fotografía, es mi debilidad! :) Coincido contigo, al final, el nombre es lo de menos. ;) Gracias!
Jota.
Hola Jota,
primer comentario de aficionada a la que le queda muchísimo por aprender (casi todo) y nueva por aquí: no opinaré sobre ningún aspecto técnico de una foto, sino únicamente sobre las emociones que me provoca.
La fotografía de paisaje a mí tampoco me dice demasiado. Sí, si veo una foto de un paisaje espectacular me gusta, pero normalmente no me mueve nada; no la miro, remiro y requetemiro, ni me digo que me gustaría hacer esa foto. Curiosamente vivo en un entorno en el que el paisaje es un regalo, susceptible de ser fotografiado hasta la saciedad, pero para mí nunca ha sido objeto prioritario de mis fotos.
Si le añadimos que tengo debilidad por el blanco y negro, y que a priori éste no se presta para fotografiar paisaje (a priori digo, porque algunos paisaje en blanco y negro de quitar el hipo hay por ahí; a mis ojos bastante más expresivos que muchos de color) , pues poco paisaje tengo, y lo que tengo, sin más. Pero de vez en cuando lo sigo intentando :-)
Un saludo!
Hola Silvia! :)
Muchas gracias por ese primer comentario, me alegra leerlo! Veo que más o menos nos pasa lo mismo con el paisaje, de todas formas, si te gusta el blanco y negro y sientes curiosidad, quizás este libro del (grandísimo) Ansel Adams te haga ver las fotos de espacios naturales de otra forma. ;) https://jotabarros.com/2016/09/15/libro-400-fotografias-ansel-adams-anaya-photo-club/
De nuevo gracias, será un placer seguir contando con tu visita por aquí!
Jota.
Muchas gracias por la indicación del libro. Le echo un vistazo!
Espero que te guste! :)
Jota.
Miro la foto y veo un paisaje espectacular, la luz que incide donde están los niños le da la calidez que le falta a la nieve y al incluirlos otro punto a favor; eso es justamente lo que estoy aprendiendo: a meter gente (siempre hacía lo contrario) :)
Hola Mila! ^_^
Haces bien! :) Meter personas frente a un paisaje (o dentro, si no quedan muy pequeñas) sirve para dar sensación de escala y también para aportar un punto de interés, una zona de la imagen que concentra la atención y sirve como “ancla” visual.
Deseando ver los paisajes que te vas a traer en breve del otro hemisferio… ;)
Jota.
Me suele pasar igual con el paisaje, buen apunte Jota…y fotaca!
Hola Iván!
Siempre he pensado que tienes un (enorme) talento fotografiando a la gente, sería una pena que renunciases a aprovecharlo incluso con los paisajes. ;)
Gracias y un abrazo!
Jota