Hace un tiempo te contaba una historia que me daba pie a explicarte por qué creo que deberías fotografiar a la gente que de verdad te importa. Tras aquella reflexión comencé a pensar en qué personas de mi entorno quería inmortalizar y me propuse hacer más fotos de ellas.
Por supuesto mi abuelo Papá Pepe está en esa lista, por algo ilustra la entrada de la que te hablaba antes. Así que de tanto en tanto me escapo al pueblo y paso unas horas o unos días con él y con la cámara cerca, claro.
Papá Pepe sabe qué significa la Fotografía para mí y está acostumbrado a verme haciendo fotos, lo que hace muy sencillo fotografiarlo sin que esté pendiente de la cámara (aunque de vez en cuando se atusa para salir guapo).
De hecho, me gusta mucho recordar una ocasión en la que, refiriéndose a mí mientras hablaba con otra persona, dijo:
– É tolo pola Fotografía. (Está loco por la Fotografía)
La imagen
Composición
La imagen está tomada en Tameirón, más concretamente Calle Oscura, que va de la plaza a la casa de mi abuelo, la que puedes ver justo al fondo.
Aprovechando que la calle es estrecha, quería que la cabeza de mi abuelo se situase aproximadamente en el punto donde convergen las líneas de las paredes. Así que me coloqué tras él y me agaché hasta conseguirlo.
También decidí que la profundidad de campo tenía que ser reducida, de manera que él destacase frente al fondo.
La idea era sugerir precisamente lo que estaba sucediendo sin que resultase demasiado obvio: una persona mayor caminando entre casas de pueblo, en un típico día de invierno gallego. Es mi abuelo pero no le ves la cara, así que también podría ser el tuyo, o cualquier otro anciano que camina solo.
Ajustes de cámara y técnica
El día estaba nublado y aunque el nombre de Calle Oscura viene de los tiempos en los que no había luz eléctrica, tampoco hoy es una parte del pueblo especialmente iluminada, ni siquiera de día. De modo que elegí un ISO relativamente alto (640).
Ajusté la cámara en prioridad a la apertura y elegí el número f más bajo posible para que la profundidad de campo fuese muy baja (recuerda que se reduce aún más si te acercas a aquello que enfocas): f/2.8.
La cámara hizo el resto seleccionando un tiempo de exposición de 1/125.
Clic.
Procesamiento
Esta es la imagen sin procesar, tal cual salió de la cámara.
Para procesarla comencé, como siempre, con los ajustes globales en el panel Básicos de Lightroom:
Como ves no tuve que tocar el Equilibrio de Blancos. Sin embargo, aumenté ligeramente Contraste, reduje Altas luces para recuperar detalle en el cielo, oscurecí un poco los Negros y como siempre, incrementé Claridad e Intensidad, aunque no demasiado esta vez.
Lo siguiente fue aplicar una Curva de tonos de Contraste medio, seleccionándola en el menú desplegable del panel:
Para que la atención se concentrase aún más en el centro del encuadre recurrí a un ligero efecto de Viñetas posteriores al recorte, bastante sutil:
Por último, un poco de Enfoque y de Reducción de ruido.
Y listo. Aquí puedes ver el antes y el después, uno al lado del otro.
Conclusiones
Cuando fotografías a alguien y muestras su cara estás hablando de ese individuo en concreto, su rostro lo identifica y aunque puedas empatizar más o menos como consecuencia de que sea alguien anónimo para ti, la historia que estás viendo es la de esa persona.
Por el contrario, no mostrar la cara convierte tu fotografía en universal, si el contexto es lo suficientemente interesante o atractivo tu espectador ya está en condiciones de contarse una historia en la que el protagonista puede ser cualquiera.
Sugiere, no nos cuentes todo. Deja que nosotros llenemos los huecos…
Grande e interesante como siempre !!!
Muchas gracias Pablo! Me encanta que te guste tanto.
Jota.
Muy interesante el artículo y bien explicado como siempre. La verdad es que la vida de los pueblos da para muchísimas fotos: rincones, calles, plazas,…
Hola Vicente. :) Sin duda tienes toda la razón, a veces no somos conscientes de las historias que nos rodean en los sitios a los que vamos a menudo, precisamente por eso.
Un saludo y gracias, como siempre, por tu aportación.
Jota.