
– Hola Jota, soy Víctor. Nos conocimos en tu Taller de Composición de hace unos meses en Allariz. Este viernes voy a un lugar que creo que podría gustarte…
En una llamada más o menos así (a mi viejo compañero Alberto le gustaba decir que soy de memoria frágil) surgió una de las ocasiones más divertidas para hacer Fotografía de Calle de las últimas semanas.
Antes de continuar, quiero aprovechar para agradecer a Víctor (un enamorado de Portugal) que pensase en mi y me invitase a acompañarlo a Montalegre para disfrutar de una nueva edición de Sexta Feira 13.
Montalegre es una pequeña localidad del norte de Portugal que cada vez que el calendario cae en viernes 13 se transforma en una verdadera fiesta (sexta feria es como llaman al viernes en el país vecino). En sus calles puedes encontrarte a un montón de gente disfrazada, troupes caracterizadas como los personajes más siniestros, músicos, payasos… El ambiente es sencillamente magnífico, y eso que esta vez hacía frío de veras. La noche siempre se remata con una representación frente al castillo y con fuegos artificiales lanzados desde el interior de su recinto.
Tras encontrarme con Víctor y después de una primera vuelta de reconocimiento en la que me enseñó los lugares más interesantes nos emplazamos un par de horas después para cenar. Entonces nos fuimos cada uno por su lado (a menudo para meterte al 100% en situación lo mejor es fotografiar solo).
La imagen
Composición
Había muchas personas con cuernos rojos y luminosos que destacaban en las calles oscuras. Tras unas cuantas fotos de prueba llegué a la plaza donde la gente bailaba en torno a una hoguera pensada para combatir el frío. Encontré a una pareja vendiendo esas diademas y pensé en fotografiarlos, inicialmente en otra dirección.
Entonces vi a mi izquierda el cartel rojo del banco y pensé en aprovecharlo. Me subí a un banco para dejar a los vendedores en la parte baja del encuadre, afortunadamente la hoguera quedaba fuera del visor (hubiese significado una distracción importante).
Empecé a fotografiar. No tenía muy claro qué buscaba, pero sí que los resultados no me estaban convenciendo. Los dos pares de cuernos en la parte inferior se conectaban inmediatamente con el rojo del cartel, pero todo era demasiado caótico, ambos vendedores estaban de espaldas a mí y eso quitaba un poco de fuerza a la imagen, por si fuese poco por detrás de ellos no dejaba de cruzar más gente también con cuernos (azules, rojos)…
De todas formas decidí seguir un rato más. Sencillamente no podía aceptar que con esos elementos no surgiese algo interesante. Entonces el hombre salió del encuadre y ella se dio la vuelta quedándose sola en medio del visor.
Clic.
Eso dio lugar a una fotografía prácticamente simétrica, con dos puntos de atención que comparten el mismo color, uno en la parte superior y otro, muy gráfico, en la inferior. Incluso podrías establecer una cierta conexión entre ambos.
La forma del cartel y la posición de los cuernos recrean una forma reconocible, lo que siempre simplifica la lectura de la imagen. Los triángulos son especialmente efectivos en ese sentido.
Por pura suerte, en el momento del disparo no hay nada que distraiga la atención de la mujer; justo entonces, donde un instante antes había un buen montón de personas portando cuernos y otros objetos luminosos ahora sólo hay dos áreas oscuras.
Los cuernos son las dos únicas fuentes de luz que alcanzan el rostro de la mujer, aunque su iluminación es bastante tenue consiguen que atisbemos sus rasgos y que su cara se separe de un fondo casi completamente oscuro.
Ajustes de cámara y técnica
Llegué a Montalegre casi a las 6 de la tarde, así que la noche no tardó en llegar. Aunque había llevado un flash portátil y un par de transceptores para comunicarlo con la cámara por algún motivo no conseguía que funcionasen correctamente, de manera que renuncié a emplearlos.
Así que subí la sensibilidad hasta 1600 ISO (más tarde acabaría llegando a 3200 e incluso hasta 6400) y seleccioné una apertura bastante grande.
Mi cámara tenía dificultades para enfocar como consecuencia de la poca luz, con lo que no tuve más remedio que pasar el enfoque a manual y ajustarlo continuamente para que el primer plano apareciese en foco. La distancia hiperfocal no era una posibilidad ya que la apertura elegida era demasiado grande (para que la hiperfocal sea realmente útil en la calle es mejor recurrir a un diafragma relativamente pequeño, como f/8 o mejor aún f/11).
Dado que la escena era bastante oscura tuve que subexponer un punto para adelantarme a una decisión equivocada de mi cámara (ese -1EV que ves en los datos de la imagen), lo que permitió aumentar la velocidad de disparo al doble y no tener que aumentar (todavía) el valor ISO.
En prioridad a la apertura, con ISO 1600, f/4 y con -1EV, el tiempo de exposición no era excesivamente rápido, de forma que traté de disparar cuando la mujer de los cuernos estaba prácticamente inmóvil. Podía haber aumentado la sensibilidad pero estaba tan enfrascado en conseguir una composición interesante que no me detuve a hacerlo. Afortunadamente fue suficiente.
¿Qué te parece la imagen? ¿Cómo vas de paciencia? Cuando crees que puedes conseguir una imagen que te guste pero no acaba de salir ¿eres de los que insistes u optas por buscar en otro sitio? Me encantará conocer tus impresiones y tu experiencia a través de los comentarios. Si te ha gustado la entrada, compártela en tus redes (gracias!).