¿Cuántas veces has vuelto con una fotografía verdaderamente magnífica, una de esas en las que luz, composición e instante se combinan de forma tan espectacular que parece que no habría forma de mejorarla? Si te sucede muy a menudo sólo hay dos explicaciones posibles: o eres un auténtico genio (en ese caso, enhorabuena!) o tu listón está muy bajo (dicho de otra forma, necesitas poner a punto tu criterio fotográfico)… No pretendo condicionarte, pero a un tal Ansel Adams le gustaba decir que hacer 12 buenas fotografías al año es una magnífica cosecha… ;-)
Lo más normal es que conseguir una fotografía realmente espectacular requiera mucho tiempo y muchas sesiones en las que, al llegar a casa y descargar la tarjeta, comprobamos que una vez más no hay nada que colme por completo nuestras expectativas y que a los sumo tenemos un par de imágenes meramente interesantes.
Esto es algo especialmente frecuente en disciplinas es las que no tienes control sobre muchos de los factores que influyen en el resultado, como la Fotografía de calle: sales ahí fuera con tu cámara y nunca sabes qué te vas a encontrar o si tus decisiones van a ser las correctas. ¿Estarás demasiado lejos o demasiado cerca cuando suceda algo? ¿Y si justo a la vuelta de aquella esquina que no tuerces hay una gran foto? ¿Deberías quedarte ahí un rato más o es hora de seguir buscando en otro lugar? Y como esas, cientos de preguntas para las que no hay una única respuesta válida aunque lo que decidas pueda significar la diferencia entre conseguir una gran imagen y volver de vacío…
Así que la estadística y el mundo parecen haberse puesto de acuerdo para negarnos los resultados que perseguimos, lo que nos obliga a encontrar continuamente la fuerza para salir una y otra vez a buscarlos con nuestra cámara. ¿Cómo mantener la motivación para no dejar de intentarlo aún sabiendo que la mayoría de las veces no vamos a conseguir lo que anhelamos?
La respuesta corta es “aprendiendo a disfrutar del fracaso”. Tan corta que requiere una explicación, lo sé…
Lo cierto es que el mundo actual, saturado de eslóganes publicitarios, parece empeñado en convencernos de que lo único que al final importa es marcarse grandes objetivos, alcanzarlos y exhibir públicamente nuestros éxitos dando una imagen de felicidad permanente. Esos modelos de comportamiento nos han hecho olvidar que la gratificación también puede estar en el propio proceso y no sólo en obtener un resultado que apruebe la mayoría.
Cuando aprendemos a disfrutar del mero hecho de hacer fotos independientemente de que obtengamos o no las imágenes que nos gustaría crear estamos dando un gran paso en la dirección correcta: lo que nos tiene que sacar de casa con ganas de comernos el mundo con la cámara no puede ser que un día, hace tiempo ya, todos los factores (la luz, el lugar, el momento y nuestra habilidad) se combinasen de manera magistral para originar nuestra fotografía favorita hasta la fecha, sino la certeza de que aunque es poco probable que ese día consigamos una de nuestras fotos soñadas vamos a disfrutar del simple hecho de intentarlo.
Nuestro crecimiento como fotógrafos no puede apoyarse sólo en las escasas ocasiones en las que conseguimos una gran imagen (si hacemos caso a Adams eso sucede como mucho 12 veces al año), en lugar de eso tenemos que tratar de aprovechar y disfrutar al máximo cada intento fallido, cada ensayo que no nos lleva al resultado que buscamos, cada paseo en el que escudriñamos el mundo sin ver nada que nos haga pulsar el botón… Cada pequeño fracaso es una etapa imprescindible de un viaje que sólo de vez en cuando se detiene en lugares maravillosos y que, sin embargo, deberíamos disfrutar cada día.
¿Cómo consigues mantener tu motivación? ¿Qué es lo que te hace coger la cámara una y otra vez? ¿Cuál es la chispa que te saca a la calle? Cuéntanoslo en comentarios, estoy seguro de que todos podemos aprender de tus impresiones. Si esta entrada te ha gustado o te ha parecido interesante, compártela en tus redes (gracias)!
Por mí parte, Jota, hay una pequeña cuestión que no comparto: cuando salgo a la calle con la cámara, no es por ningún afán de superación, ni me planteo la fotografía de calle como una carrera de obstáculos. Yo salgo a la calle porque si no lo hago, siento que me falta algo; es algo así como una especie de “Diógenes fotográfico” (a lo Vivian Meier, que estoy convencida de que sufría de algún síndrome parecido).
Cierto es que las condiciones no son controlables, no es como cuando disparo en un estudio. Pero eso es algo que valoro como positivo, porque introduce un factor que en el estudio no suelo encontrar: el Factor Sorpresa, la emoción. Adrenalina pura. No es que la foto perfecta esté en otra esquina, es que está en cualquier esquina, solo tienes que ser capaz de encontrarla.
Cuando me vuelvo a casa con la sensación de no haberlo conseguido, no es por no encontrar la foto, sino porque alguna circunstancia no me deja tener la foto que me gustaría (un millón de personas por delante de mí en la manifestación (mido 1,62 y no llevo escalera), poca luz cuando por seguridad no es aconsejable tirar de flash, cosas así).
Mi motivo final para no dejarlo es que lo disfruto muchísimo, y porque sé que LA FOTO PERFECTA, siempre (siempre) está ahí.
Saludos…
Hola Helga! :) Antes de nada, muchas gracias por dejar tu comentario también aquí. :)
Desde luego no considero la Fotografía de calle (ni ninguna otra) como una carrera, ni como una competición (creo que ni siquiera contra uno mismo), pero sí admito que a veces me he llegado a preocupar en exceso de no conseguir lo que en cierta forma buscaba y eso hacía mella en mi motivación, hasta que llegué a la conclusión de que el proceso en sí mismo es suficiente reclamo. :)
De nuevo gracias por compartir tus impresiones, resultan muy interesantes. Saludos!
Jota.
Como nunca sé lo suficiente, cuando salgo voy a aprender algo y !siempre lo hago¡, tanto qué hacer como no hacer, ese es mi premio, la satisfacción de hacer el “esfuerzo”…
Hola Francisco. Muy buen planteamiento ese! En lugar de pensar en lo que aún no sabes hacer y concentrarte en todo lo que estás aprendiendo sin duda es una gran forma de seguir adelante. Muchas gracias por compartirla con todos.
Saludos!
Jota.
Hola Jota qué tal.
Estoy muy de acuerdo con el tal “Adams” jajajajajajaja…. ya que sacar esas 12 fotos al año, tendría no sólo un mérito tremendo, sino que supondría esa inyección de ánimo para seguir adelante cada día.
Estoy igualmente de acuerdo con los dos comentarios realizados anteriormente, tanto con uno como con otro, ya que efectivamente en ningún caso tenemos que marcarnos esta afición, este hobie, esta ilusión personal como algo competitivo y por lo tanto desilusionante cuando no se consiguen esos objetivos.
Yo creo que hay que salir a la calle como bien dice “Francisco” a aprender cada día un poquito más sobre fotografía. Salir a probar cosas nuevas y no tan nuevas, pero sobre todo divirtiéndonos mientras las hacemos.
Por lo tanto, si no tenemos dimensionado o dimensionada nuestra forma de ver nuestras propias fotos, puede ser un buen punto de partida el no perder esa “Motivación” que nos hace salir de casa con nuestra cámara.
Un abrazo desde Cáceres
Juan Andrés
PD: Te pido mil disculpas si éste no es ni el sitio, ni el lugar, ni el momento de hacerte esta reflexión, pero llevo mucho tiempo mordiéndome la lengua y tenía que decírtelo porque sino reviento.
Estas pantallitas o ventanas de publicidad tan “de aquella manera”, que aparecen desde hace un tiempo en tu fantástico blog “Blanco”, son realmente necesarias al 100×100?. No pueden ser de otra cosita.
Posiblemente me digas que no tienes más remedio que hacerlo por mil y un motivos, y no soy quien para decirte que las retires, ni mucho menos Jota, no es esta mi intención, pero la verdad es que, y perdona mi sinceridad, no le pegan ni con cola a tu blog.
Lo siento de verdad JOTA.
Hola Juan Andrés! :)
Muchas gracias por aportar a la entrada, creo que en el fondo, nos guste o no, todos sabemos que no hacemos tantas fotografías magníficas como a veces tratamos de convencernos así que sí, hay que tratar de salir a disfrutar y aprender, siempre! :)
En cuanto a tu sugerencia, la valoro muchísimo, no me entusiasma tener publicidad en la web (y menos con lo quisquilloso que soy con el diseño), pero digamos que por ahora es un “mal necesario”, de todas formas, no he decidido que vayan a quedarse ahí para siempre… ;)
Un ABRAZO y GRACIAS sinceras! :)
Jota.
Gracias a ti siempre Jota por estar ahí, por tu trabajo incansable y tu buen hacer como te digo siempre, y sobre todo por tener un blog tan estupendo como éste, el cual sabes que sigo, que te sigo desde hace mucho tiempo, algo que seguiré haciendo, con publicidad y sin ella, eso es algo que tengo muy claro.
Un abrazo enorme desde Cáceres
Juan Andrés
Gracias Juan Andrés. Mientras haya gente como tú al otro lado, cada minuto que le dedico a esto valdrá la pena.
Un abrazo.
Jota.
Creo que no hay que preocuparse tanto por la fotografia Perfecta…. esto es tan subjetivo qu la fotografia perfecta no existe…mi humilde opinion… hay que preocuparse por encontrar la fotografia que nos emita el mensaje que nosotros queremos darle y que el espectador lo interprete de la mejor manera posible…Abrazos desde cordoba, argentina…
HOla Pedro. :)
Muchas gracias por tu comentario. Estamos de acuerdo, hay que disfrutar del proceso, sobre todo, y en lo que buscamos, más que en alcanzar una perfección que no existe.
Saludos!
Jota.
Ante todo debo decir que tu artículo, como los anteriores son muy útiles para mí y te agradezco por ello.
Soy un aficionado al ciclismo y en mis andanzas tomo fotografías de paisajes. Además de la satisfaccion de decir con mis fotos”yo estuve aqui” espero que mis seguidores se animen a usar la bici para conocer de cerca lo que nos rodea. Lo que más me gusta es ir por nuevas rutas y encontrar (y fotografiar) paisajes desconocidos que luego pongo en Facebook.
En ese tren, poco a poco voy mejorando mis fotos y cada vez me siento más alentado a seguir, creo que aprendí a disfrutar de mis fracasos. Si llega el día en que haga “la foto” pues… buscaré la próxima, pues esto no tiene un final.
Un abrazo y felicitaciones por tu capacidad de decir las cosas cláramente para beneficio de los que te seguimos.
Hola Jorge. :) Ante todo, muchas gracias por tomarte un instante y dejar tus impresiones!
Creo que aplicas una filosofía muy sabia: unir la Fotografía a tu otra pasión, de esa manera se refuerzan mutuamente y pones ante la cámara aquello que más te gusta. Eso es casi garantía de disfrute, y de que tus fotos, como dices, vayan mejorando poco a poco. Me encanta tu planteamiento!
De nuevo muchas gracias, también por tus amables palabras. Aquí seguiré, tratando de compartir de la mejor manera posible mis reflexiones en torno a lo que nos une. Saludos!
Jota.
Hola,
Yo disfruto en el pre, en el durante y en el post. Mi experiencia no se limita a querer traerme una excelente instantánea cada vez que salgo a callejear, más bien se trata de un aprendizaje continuo, de disfrutar el camino, de algo más abierto y complejo. Me imagino que es como cuando vas a pescar o a cazar: te gustan los aparejos y la caña, el olor del mar, preparar el cebo, esperar pacientemente, sacar el pescado, charlar con los compañeros, compartir experiencias, enseñar el trofeo a tu familia, comerte el pescado(o no)…si resulta que un día pescara un mero de 20Kg sería el tío más feliz del mundo pero ¿por ello voy a estar el resto del tiempo pensando en que quiero pescar ese mero?. Creo que todo esto tiene que ver mucho con las expectativas y no está mal marcarse objetivos pero lo que hace grande a este arte creo que es entederlo como tal y deleitarse de todos y cada uno de los pasos, creciendo, aprendiendo, disfrutando. Por lo menos así lo veo yo que no tengo que vivir de esto, claro ;O))
Hola Carlos. :)
Disfrutar del pre y post además del propio proceso es sin duda la mejor recompensa, ya que garantiza que siempre se saca algo bueno. Me quedo con lo del mero de 20 kg (no soy pescador, pero la metáfora es muy acertada, de hecho los pescadores pescan porque les gusta toda la parafernalia y disfrutan de cada minuto, haya o no premio de una gran captura) ;)
Gracias por tu aporte, como siempre. Un abrazo!
Jota.
Hoja Jota.
Hace unos días salí de casa a la 1:30 de la mañana con la idea de hacerle una foto a la luna colocada detrás del campanario de una capilla que hay en mi pueblo. Cuando llegué allí la foto no era la que esperaba, con cierta desilusión callejeaba regresando a mi casa. Iba por una calle por la que pasé mil veces sin darme cuenta que allí tenia una foto una foto que no buscaba. Mi ilusión es que llegue el momento en que la luna y el campanario estén en la posición adecuada para la foto que imaginé. Seguro que cualquier otro día saldré de madrugada con la ilusión de conseguir mi foto. Y espero sea buena.
Esteban Cabaleiro
Hola Esteban! :)
Magnífica historia, nos enseña que aunque debemos perseguir las fotos que anhelamos, hay muchas otras esperándonos donde menos pensamos. Lo importante es perseguirlas… Gracias por compartirla, un abrazo grande.
Jota.