
No trabajo bien a largo plazo. La principal razón es que me cuesta mantener el interés en algo durante mucho tiempo, y lo que al principio me parece un tema muy interesante para explorar con la cámara acaba aburriéndome tras solo unas sesiones de Fotografía callejera.
Creo que por eso aún no puedo decir que tenga un proyecto fotográfico acabado. Sí, llevo años haciendo fotos de mi abuelo y de su casa, pero ese es un trabajo personal, íntimo y documental que quizás algún día se convierta en algo concreto y palpable.
Si hablamos de Fotografía de calle ni siquiera puedo contar que haya hecho series. Siempre he ido foto a foto, sin un plan.
Mi truco para empezar y acabar
Ya que eso de ir anotando posibles temas para después revisar mis notas, elegir uno que me interese lo suficiente, documentarme y prepararlo con calma, fotografiar, analizar los resultados y hacer una edición final no me ha funcionado (hasta ahora), he optado por un enfoque diferente.
Mi truco para mantener la continuidad consiste en acotar. Dado que tiendo a dispersarme y perder el hilo (y el interés) opto por limitarme en el tiempo y en el espacio.
Una posibilidad podría ser fotografiar un evento con una duración determinada (mejor si son varios días) como un festival o cualquier otra celebración, y que se repita cada año. En cada edición puedes tomar imágenes, seleccionar las mejores (preferiblemente dejando que reposen para tomar distancia) y guardarlas con las del año anterior para años después tratar de crear un conjunto coherente.
Pero mi opción favorita ahora mismo es acotar tanto el tiempo como el espacio aprovechando un viaje para fotografiar sin pensar de antemano en un resultado.
Lo bueno de un evento así es que tiene un comienzo, un final y un tema (el propio viaje) que le aporta coherencia. No te asegura un buen resultado, eso es harina de otro costal, pero al menos los límites están claros: sales de casa, estás allí, vuelves y se acaba.
Y mientras tanto haces fotos. Sin más.
Una semana de agosto en Madrid
La semana pasada estuve en Madrid con el firme propósito de desconectar y descansar. Me notaba bastante saturado y con la creatividad en mínimos. Así que tras pasar unos días con Papá Pepe tomé un tren y cumplí el plan a rajatabla.
Vi a amigos, visité alguna que otra exposición, leí y dejé a un lado el portátil. Pero no la cámara; aproveché para patear y fotografiar un par de barrios que no conocía (siempre he preferido ver poco y bien que mucho y mal).
En el viaje de ida compartí en mi perfil de Instagram algunas fotos hechas con el móvil y con un procesado bastante agresivo (mediante Snapseed, tal y como te contaba en este video) en la línea de la estética de Daido Moriyama e influido por How I Take Photographs, el libro dedicado a él y que acabé precisamente en el pueblo.
Y así sin darme cuenta abracé unas cuantas limitaciones más: fotos exclusivamente en vertical y en blanco y negro.
Al inicio simplemente fotografiaba pensando en sumar imágenes al (perdón por usar un término tan serio para algo tan casual) “proyecto”, pero después disparaba pensando en esas limitaciones, sabía que no quería mezclar color y escala de grises así que asimilé ese requisito y lo incorporé al proceso de la toma.
Al final me vine con 58 imágenes. Estas.




La “edición”
Editar un proyecto serio (en el sentido de hacer la selección y secuenciación de las imágenes) es algo mucho más complicado que simplemente elegir las fotos que mejor resumen un viaje, algo que aprendí gracias a Banco Editorial y Rafa Badía, uno de los mejores editores gráficos del país y uno de mis fotógrafos de calle de referencia.
Pero para completar el ejercicio (y cerrar el trabajo) hay que llegar a una selección final. Tras ella te cuento cómo la hice.
1/22 2/22 3/22 4/22 5/22 6/22 7/22 8/22 9/22 10/22 11/22 12/23 13/22 14/22 15/22 16/22 17/22 18/22 19/22 20/22 21/22 22/22
He usado algunos elementos de forma repetida para aportar un poco de consistencia (manos, las torres que se repiten al principio y al final, la ventanilla del tren con la “T” de Turista, pies…) y he mantenido el orden cronológico, que no es más que una opción entre otras tantas.
Esta es solo mi selección final, si quieres probar a hacer una propia te dejo un PDF con todas las imágenes en miniatura. Me encantará conocer tu propuesta, anímate a hacerla.
En definitiva
Si sientes el gusanillo de hacer algo que vaya más allá de la foto única pero no sabes muy bien por dónde empezar o no consigues mantener la constancia, esto es lo que te propongo:
- Elige un evento con una duración concreta y limitada.
- Imponte una serie de limitaciones para que las imágenes guarden una mínima coherencia estética (en mi caso: verticales, blanco y negro).
- Sumérgete y fotografía aquello que te parezca más relevante, significativo o que simplemente llame tu atención.
- Deja pasar al menos un par de días y recopila las imágenes.
- Haz una selección que resuma tus vivencias.
- Cierra este trabajo y disfruta de la sensación
- Ponte a pensar en el siguiente.
Todos tenemos mucho que aprender, lo importante es no dejar de probar cosas. Ahí tienes mis imágenes si quieres ensayar con ellas mientras esperas la oportunidad de hacer tu propio encargo. Solo un último consejo: no esperes a que se den las condiciones idóneas, solo hazlo!
¿Qué me cuentas? ¿Qué te parece el planteamiento? ¿Y la selección final? ¿Has hecho algo similar? ¿Quieries compartirlo conmigo?
Gracias por estar ahí, por leerme y por compartir esta entrada en tus redes.
Hasta pronto.
Jota.
Casi por casualidad, ¿O causalidad? me sentía varios días abrumado por la idea insistente de emprender un proyecto fotográfico personal sin saber por donde empezar, y justo publicas este artículo que me ha dejado con unas ganas terribles de salir a la calle y fotografiarlo todo; solo que ahora tengo la mente mucho más clara para poder hacerlo.
Excelente artículo, Jota.
Saludos.-
Hola José!
Pues no sé si cau o causalidad pero me alegro de haber llegado justo a tiempo. Ya me contarás cómo va ese proyecto. Un abrazo y gracias!!
Jota.
Cuanta razón, gracias por compartir tus experiencias se nota lo mucho que te gusta la fotografía
Hola Juanma! Muchas gracias a ti por leerme y por contactar. Un saludo!
Jota.
Hola Jota!!
Muy interesante el planteamiento, habrá que ponerlo en práctica.
Por cierto, espero leer pronto por aquí la reseña del libro de Moriyama, me llama mucho la atención.
Gracias por el post, siempre es un placer leerte.
Hola José Antonio! Muchas gracias por tu comentario, ya me contarás. Por cierto, acabo de publicar esa reseña! ;)
Un saludo.
Jota.
Hola Jota estoy participando en el club de fotografía de calle, la verdad es que me esta viniendo de perlas, estoy aprendiendo un montón.
No había leído este articulo pero al recibir este mail con el resumen de entradas, cuando venia en el metro de regreso a casa, y mira por donde has resuelto una de mis inquietudes, aquella de pensar que mis fotografías de calle me aburrían un poco, pero después del verano estoy recopilando momentos y viendo detalles en los que no me había fijado, viendo las fotos de otra manera muy diferente.
Hola Mikel! Muchísimas gracias por formar parte de El Club y por este comentario, me alegra muchísimo que estés aprendiendo cosas!
Encantado además de que esta entrada haya hecho “clic” de alguna manera, ya me contarás cómo sigue la cosa. Un saludo!
Jota.
Me encantó lo que compartiste, sobre todo lo de imponerme una serie de limitaciones para que las imágenes guarden una mínima coherencia estética. Lo voy a combinar con lo que estoy haciendo http://cort.as/-QXS_ para mejorar mis resultados. Excelente post Mikel, sigue así!!!
Hola David! A veces, cuando estamos un poco perdidos, lo mejor es imponerse algunas limitaciones, ahí surge lo bueno. Me alegra que te haya gustado! Un saludo.
Jota.