Aprende a cocinar tus fotografías

Fotografía gastronómica, codillo al horno con verduras.

En algún sitio leí una anécdota que comparaba la Fotografía y la cocina, aunque en realidad lo que nos enseña es que la herramienta nunca es lo más importante.

Posiblemente ya la habrás leído pero no me resisto a compartirla contigo… Un fotógrafo es invitado a casa de alguien a cenar, y en un determinado momento de la velada el anfitrión se dirige a él: “Me gustan mucho sus fotografías, debe tener una gran cámara”. Al final de la noche, en el momento de la despedida, el fotógrafo devuelve el cumplido con una buena dosis de ironía: “Muchas gracias por la cena, estaba deliciosa, debe tener usted una buena cocina”.

Piénsalo, aunque muchas veces atribuimos la calidad de las fotografías a la cámara con la que se han hecho (lo que es cierto sólo hasta cierto punto), a nadie se le ocurre hacer lo mismo con una comida deliciosa y la cocina con la que ha sido preparada.

Dando vueltas a esa historia tan ilustrativa, he llegado a la conclusión de que cocina y Fotografía tienen muchos otros puntos en común que pueden enseñarnos unas cuantas cosas además de que la herramienta es importante pero no definitiva.

Ahí van. Y mis disculpas a los que saben cocinar, mi ignorancia en ese ámbito me precede… ;-)

Los mejores ingredientes (y los mejores medios) por sí solos no bastan

Dame la mejor materia prima (y ponme frente a una cocina que tenga absolutamente todos los medios para hacer todos los procesos imaginables) y el resultado que te presente no será ni mucho menos algo a la altura de tus expectativas. Es más, probablemente me limite a hacer algo que ya he hecho antes y cuyo resultado conozco de antemano; desperdiciaré todo el potencial de la materia prima y de la herramienta.

De la misma manera que en la cocina, sin los conocimientos necesarios, sin una sensibilidad entrenada ni un concepto claro nuestra Fotografía no funcionará como podría llegar a hacerlo. Sin una base sólida de técnica y de lenguaje visual desperdiciaremos la situación más favorable que hayamos imaginado nunca y en lugar de conseguir una gran imagen nos llevaremos el equivalente a un sandwich de jamón y queso…

El resultado es mucho más importante que la técnica

Si me pones frente a un plato muy sofisticado y trabajado quizás su complejidad me sorprenda al principio, pero va a ser el sabor lo que recordaré (para bien o para mal) o lo que haga que intente olvidarlo cuanto antes. Y eso que soy de esas personas que también comen con los ojos; el aspecto de un plato puede conseguir que me decante por él por pura curiosidad o para comprobar si su sabor está a la altura de su apariencia.

Puedes cocinar uno de esos bizcochos en los que lo único que hay que hacer es mezclar los ingredientes en su justa medida y meter en el horno, o puedes preparar una tarta espectacular, con infinidad de ingredientes, texturas y procesos diferentes. Pero por favor, que esté buena. Al final todos preferimos un plato sencillo bien ejecutado que uno sofisticado e intragable…

Una fotografía puede ser muy espectacular (con muchas fuentes de iluminación y una composición estudiada hasta el más mínimo detalle) y estar mal ejecutada, con fallos de técnica o de concepto que hacen que su aspecto, ese que al principio hizo que nos fijásemos en ella, se diluya entre los errores. Piensa en el proceso como un medio para llegar al resultado, pero pon éste por delante de aquel, siempre.

El secreto está en cómo lo combinas todo

Con los mismos ingredientes puedes hacer muchas recetas diferentes, o limitarte a repetir el mismo plato una y otra vez. Cuantos más conocimientos tengas y más dispuesto estés a experimentar (o lo que es lo mismo, a fallar para aprender qué funciona y qué no), tu repertorio irá en aumento. Además, y esto es lo mejor, desarrollarás la capacidad de intuir qué puedes llegar a hacer, con lo que en poco tiempo estarás creando cosas que nadie ha hecho antes.

Hay mucha gente fotografiando las mismas cosas que tú, de hecho hay quien dice que no queda nada que no haya sido fotografiado ya. ¿Y qué? También hay mucha gente que hace chorizos y yo nunca he vuelto a probar ninguno a la altura de los que preparaba mi abuelo…

Si tienes las ideas claras puedes solucionar lo demás

Aunque la mayoría del tiempo tendrá a su disposición los ingredientes más frescos, sabrosos y exclusivos y el equipo más moderno y eficaz, un verdadero experto en la cocina es capaz de hacer un plato maravilloso con los ingredientes más humildes y las herramientas más sencillas. Conoce en profundidad lo que está manejando, ha llegado a un punto en el que sabe cómo sacar el máximo provecho de aquello de lo que dispone, por poco que sea.

De la misma forma podrías dar a un gran fotógrafo una cámara sencilla y desechable y dejarlo solo en las calles por las que caminas a diario, al cabo de un par de horas te traerá imágenes que probablemente nunca habías imaginado. “¿Cómo puede ser que haya visto esto? Paso por ahí todos los días y nunca lo hubiese fotografiado así.” Seguro que me entiendes, ¿verdad? ;-)

Concéntrate en aprender y en trabajar incansablemente. Afina tu visión. Comienza con recetas (fotográficas) sencillas y desarrolla tu capacidad para hacer grandes cosas con pocos medios (técnicos y de los otros). Poco a poco irás atreviéndote con otras más complicadas (o no, nadie te obliga). Recuerda que los ingredientes están ahí, a tu alrededor, esperando a que los cojas y que cocines la mejor fotografía que puedas hacer en cada momento. Prepara algo delicioso con ellos.

¿Qué piensas? ¿Se te ocurre algún punto en común entre cocina y Fotografía que se me haya escapado? No dejes de aportar tu grano de sal en los comentarios, estoy seguro de que tienes mucho que contar.

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6 comentarios en «Aprende a cocinar tus fotografías»

  1. Es algo que suele ocurrir, los amantes de los mejores equipos de música no tienen porqué ser amantes de la música, muchas veces equivocamos el fin con los medios. Y muchas veces el esceso de medios como dices nos distrae del fin. Si lo más importante en la fotografía fuesen los medios, hoy día se estarían haciendo la mejores fotografías de a historia de a fotografía, algo que naturalmente no es así. A pesar de a ingente cantidad de fotografías que se acen hoy día, las buenas fotografías están reservadas, como siempre, para los buenos cocineros.

    Buena analogía. Saludos.

    Responder

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