
La Alcaicería de Granada se extiende a los pies de la catedral.
Hoy es un lugar en el que comprar souvenirs y recuerdos en medio de una actividad frenética y oleadas de turistas; pero aún así parece conservar rasgos que recuerdan al mercado de la seda que un día fue, allá en los tiempos de Al-Andalus.