A veces las cosas más increíbles suceden cuando menos te lo esperas, como por casualidad, aunque en el fondo me gusta pensar que todo tiene un motivo y una conexión. Te pongo en situación: hace unos días publicaba una breve reseña sobre el trabajo de desde la página de inicio del blog) y entonces, para mi sorpresa, el propio David se unió a la conversación en Facebook, agradeciendo la entrada y ofreciéndose a contestar a cualquier cuestión que se os ocurriese a vosotros, los lectores del blog.

No me lo podía creer; nada menos que un doble ganador del galardón de Fotografía más prestigioso del planeta se había puesto en contacto y estaba abierto a responder a nuestras preguntas. Encantado con la oportunidad, me he tomado unos días para recopilar todas esas cuestiones y sumar algunas de mi propia cosecha, para hacérselas llegar de forma escalonada, David ha contestado siempre en seguida y no ha escatimado en palabras, como podrás comprobar por ti mismo, tanto es así que al final he optado por dividir el post en dos entregas. Ese intercambio de correos ha sido una de las mejores experiencias que me ha deparado Rubixephoto, y eso es mucho decir!
No te entretengo más, ahí van nuestras preguntas y las respuestas de David (disponibles en inglés en esta página, por si prefieres leerlas del original), parte I. Ponte cómodo y prepárate a conocer, entre otras cosas, el proceso de creación de un proyecto a largo plazo desde dentro y a descubrir que al final, el único secreto para hacer un trabajo espectacular es echarle muchas horas de trabajo y enormes dosis de pasión e integridad.
Gracias a todos por esta magnífica conversación, pronto la segunda parte en vuestras pantallas…

Vuestra entrevista a David Høgsholt, parte I
Javi (entra a su galería de Flickr aquí):
Siempre me han fascinado los trabajos de largo recorrido, los tuyos son excepcionales. Enhorabuena, tu trabajo es brillante… pero ya te lo habrán dicho muchas veces, es obvio y lógico. Me gustaría que dieras tu opinión en relación a un tema, gracias.
He pensado siempre al respecto (mi pasión por los buenos trabajos de largo recorrido) que esto ocurría por la importancia, que al menos yo, le doy a la posibilidad de dejar “envejecer el carrete” para mostrar con una mayor nitidez el momento extraído, y por tanto en una línea de tiempo determinada podríamos encontrar una serie de instantes que mostrasen desde el punto de vista del autor ese paso del tiempo sobre una temática concreta ¿Qué piensas al respecto?
David:
Javi, no podría estar más de acuerdo en la necesidad y los beneficios de esperar. Bien podría ser la gran ventaja de trabajar en proyectos a largo plazo, sin fecha de entrega. He editado el trabajo sobre Mia a lo largo de una década, de forma continuada y está prácticamente acabado (la selección de mi web), mientras hago acopio de más material.
Los primeros días caí en la trampa de poner demasiada atención en las dificultades de su vida. En las drogas, en su aspecto cuando se drogaba. Más tarde, evolucionó y comencé a escoger imágenes que, aunque aún mostraban la acción, seleccionaba por su mayor contenido emocional.
Tengo un dogma en Fotografía que es: “Lo que una persona hace en una imagen nunca es tan interesante como lo que la lleva a hacerlo”. De esa forma, en las imágenes en las que Mia se droga quería conseguir una sensación mucho más allá de la apariencia de la acción. Quería que sintiésemos su necesidad, su deseo, su desesperación. Más adelante en el proceso, a medida que aprendía, descubrí que muchas personas no podían entender la existencia de Mia; las imágenes les resultaban demasiado extrañas o más bien el entorno y lo que sucedía eran demasiado raros y siniestros. Cuando la gente no puede identificarse con tus imágenes los pierdes. No hay conexión, así que no puedes contar tu historia porque no están “escuchando”. Así es cómo me di cuenta de la necesidad de enfocarme en los aspectos de su vida con los que podemos identificarnos.

Siempre intenté fotografiar las cosas de su existencia que aún eran “normales”, quería que parte de la historia fuese acerca de lo que Mia ha perdido, lo que las drogas se habían llevado. Pero ahora empiezo a entender la importancia de esos aspectos de la edición y cómo puedes conectar con los espectadores contando historias acerca de aquello de lo que la mayoría de nosotros no tenemos experiencia. Una de las fotografías más importantes de toda este relato es de la víspera de Navidad, muestra a Mia bailando alrededor del árbol con su familia. Otra importante es de ella caminando a lo largo de una pequeña calle de su ciudad natal con una amiga de la infancia. Podemos relacionarnos fácilmente con esas dos fotografías porque en ellas Mia hace cosas completamente normales, como tú y yo. Y son conmovedoras y muestran algo por lo que siempre he admirado a Mia: es una buena amiga que se preocupa y que se esfuerza por aferrarse a su familia. La fotografía en el asiento de atrás de un coche en la que consuela a una amiga habla de lo mismo. Aquí está cuidando a una mujer y es, como en las otras imágenes, un sentimiento con el que podemos conectar, muestran a Mia como una mujer agradable que todos querríamos tener como amiga. Y porque conectamos con ella y comienza a gustarnos, nos va a impactar más ver las partes tristes de su vida.
Me hubiese gustado centrar aún más la edición en cosas de su vida normal con las que podemos relacionarnos, pero la triste realidad es que tengo pocas fotografías de situaciones normales (y el principal problema con la Fotografía es que resulta muy difícil contar historias sobre cosas que no están allí, el video y las entrevistas son mucho mejores para eso). Creo que me he esforzado para meter estas imágenes en la edición considerando que he hecho otras miles que sólo hablan de las dificultades. Cuando hice una gran exposición en Dinamarca hace unos años, me aseguré de que la fotografía del árbol de Navidad se imprimiese bien grande y fuese colgada en una posición prominente, de forma que aunque tuviese pocas imágenes como esa acabase teniendo más peso en la historia.
Todas estas reflexiones y matices me acompañan. En los proyectos más largos a menudo pongo a prueba mis ideas, observaciones y puntos de vista de una forma simple: de vez en cuando me siento y hablo con Mia o (por ejemplo) con los ladyboys acerca de algo en lo que me he fijado o sobre algún aspecto que quiero introducir en mi historia. Muchas veces me dicen que no habían reparado en ello hasta que se lo había mencionado pero que están de acuerdo. Eso me llena de orgullo y me alivia porque sé que mi comprensión del sujeto va por el buen camino, y por tanto también el proyecto.
No creo que los fotógrafos tengan que estar siempre de acuerdo con sus sujetos, pero cuando haces proyectos en profundidad tratando de representar la vida y emociones de una persona, esta aproximación es muy, muy recomendable. No hay ni una imagen en esta historia que Mia no haya visto y hablado de ella por si misma. En la exposición de Copenhague nos sentamos y hablamos sobre las fotografías durante dos días antes de empezar a imprimir. Le mostré las imágenes una a una, preguntándole qué le recordaba, qué significaba para ella. Y entonces edité sus respuestas para convertirlas en las leyendas de la exposición. Esto tuvo un gran beneficio: los espectadores supieron que Mia era una gran parte del proyecto, que había visto y pensado sobre todas las imágenes y el proyecto como un todo, que no era únicamente una visión de su vida desde afuera, sino la de alguien que ella respetaba y con cuya voz estaba de acuerdo. Creo que la combinación de sus palabras y mis imágenes acabó con las dudas que los espectadores podían tener acerca del trabajo (y por qué yo tenía derecho a mostrar lo que mostraba) y consiguió que lo interiorizasen.
Nunca antes había tenido tanta respuesta a mis imágenes. A menudo la gente te dice que las fotografías son potentes, o que están bien hechas o te aplauden por un trabajo duro, pero con Mia preguntaba qué estaba haciendo ella, si estaba bien. Y eso era lo que siempre había querido conseguir con las imágenes de su vida.

Giakkomo (aquí puedes acceder a su Flickr):
Esto es genial! Es una gran oportunidad y tenemos que aprovecharla! Gracias a David Høgsholt, eres asombroso, y a nuestro querido Jota Barros, eres un tío grande (gracias por esto, Giakkomo, creo que me he sonrojado). Mi pregunta es: ¿cuáles son tus recursos técnicos favoritos? ¿Cámara? ¿Objetivo? ¿Strobist? Y si puedes comentar tu proceso de revelado y selección… Muchas gracias!
David:
En realidad no soy muy dogmático acerca del equipamiento que uso. El proyecto Mia se ha hecho con muchas herramientas diferentes, mientras fuese en formato 35mm y en blanco y negro, encajaba. Las fotografías más antiguas se tomaron con una Nikon F3 con objetivos manuales, probablemente con película Tri-X o Ilford que revelé en casa o en la escuela de Fotografía. Después vinieron un montón de años en los que disparé con una vieja Canon EOS 5 analógica con un 35mm f/2.0 y un 28mm f/1.8 y después, cuando fui becario en el periódico danés Berlingske, usé una vieja Canon 1n (¿?), fotografiaba en digital durante el día para mi trabajo en el diario, pero como el editor me dejaba comprar toda la película que quería seguí disparando en analógico (T400cn, creo que se llamaba). En cierto momento empecé a usar un 16-35mm porque quería algo más angular. Más tarde, cuando salieron la 1Ds y la 5D y trabajaba en plantilla para un periódico diferente, fotografié ocasionalmente a Mia con esas cámaras digitales. Incluso hay algunas capturas hechas con una Leica M6 de cuando quise probar algo diferente.
También hay algo de flash. Es difícil de notar porque incluso aunque se trataba de flash rebotado, empleé Photoshop para añadir a las fotografías un poco de contraste, ya que la apariencia plana derivada del uso del flash no encajaba con el resto del proyecto. Me perdía demasiados momentos en apartamentos oscuros disparando con un 28mm abierto a tope con velocidades muy lentas, ese fue el motivo por el que empecé a usar flash. Mi intención siempre fue que el flash se notase lo menos posible. Creo que empleé un Speedlite 540 (¿?), básicamente el modelo profesional que había en aquel momento. Los flashes TTL en los tiempos de la película siempre eran bastante sencillos e indulgentes.

Iván Vega (conoce su blog):
¿Cuál fue el impacto de los dos World Press Photo Award que has recibido en tu vida persona y profesional?
David:
Bueno, opino que a veces para los fotógrafos que hacemos proyectos a largo plazo es un poco difícil diferenciar entre vida personal y profesional ;-). En mi caso, los proyectos en profundidad siempre están dirigidos por motivos personales ya que he descubierto que es la única forma de encontrar la energía que necesito para seguir fotografiando durante el tiempo que hace falta para construir un proyecto con la capacidad de conectar y mover a la gente.
Para retomar la pregunta: a un cierto nivel, los premios están bien porque suponen una palmada en la espalda por parte de los colegas del sector. Este es un trabajo solitario, frecuentemente tenemos que cavar mucho para encontrar la energía y en ocasiones la gente con un trabajo “normal” no entiende lo difícil que puede llegar a ser desempeñarlo. Así que los premios son un reconocimiento bienvenido, proveniente de la gente que sabe. Profesional y específicamente, significa que tengo más facilidad para llegar a editores a los que siempre había querido conocer. Pone tu pie en la puerta más fácilmente. De ahí en adelante, todavía tienes que hacer un buen trabajo y nunca dejar de hacerlo para mantener a tus clientes.

Elisa Piñeiro (editora de No Tourist Planner):
Leche, en primer lugar ¡Enhorabuena Jota! Menudo exitazo de entrada y correspondiente feedback con David.
Está claro que es una persona implicada… Ahí va mi pregunta!
Me gustaría preguntar algo (quizás bastante obvio)… pero fotografiar historias como “Mia”, por ejemplo, donde alguien te ofrece su privacidad (supongo que sin contraprestación económica), ¿cómo construyes la relación? ¿Te conviertes en un amigo/confidente? ¿Cómo mantienes la distancia entre tu vida personal y este proyecto fotográfico?
Muchas gracias!
David:
Hey Ely, gran pregunta que también es una fuente frecuente de dolor, frustración y sentimientos de culpa.
Antes de nada, estás en lo cierto, no hay dinero de por medio. He pagado algunas cenas y chucherías a lo largo de los años y, una vez, Mia me pidió prestados unos 20-30€, que ya había olvidado cuando me los devolvió poco después. :-) Así que es exactamente lo mismo que haría con otros amigos.
En términos de nuestra relación diría que probablemente soy 30-40% amigo y 60-70% fotógrafo, pero si preguntas a Mia ella seguramente intercambiaría esas cifras. Me preocupo por ella, cuando la veo estos años fotografío menos y menos y hablamos más y más. Pero la dura verdad es que no nos hubiésemos llegado a conocer si yo no me hubiese aproximado con la intención de desarrollar un proyecto.
Nuestra relación también sería más cercana si yo no viviese al otro lado del planeta (ahora estoy afincado en China). Así que ahora sólo la veo, en promedio, una o quizás dos veces al año. No tiene correo electrónico o Facebook y cambia su número de teléfono demasiado rápido como para seguir el ritmo, así que aunque pienso en ella no es fácil localizarla y charlar.
Es duro y en realidad me hace sentir culpable. Estaría bien tener la posibilidad de decir “hola” algunas veces al año, y no sólo cuando estoy en Copenhague y con la cámara en la mano.
Pero Mia es asombrosa en el sentido en que sin importar lo duro que la vida la trate, tiene recursos para pensar en los demás. Es muy buena amiga para la gente que la rodea. Hace unos años, poco después del tsunami del 2013 y el desastre de Fukushima, yo estaba de vuelta en Dinamarca. Cuando la vi me dijo que había estado muy preocupada por mi cuando había oído lo del tsunami y la planta nuclear a punto de estallar. Le conté que yo estaba en China, no en Japón, y entonces ella dijo que no estaba tan lejos de Japón como para que ella no se preocupase. Literalmente no fui capaz de encontrar las palabras para decirle cuánto significaba eso para mí. Fue como si nuestros roles se hubiesen intercambiado, estaba con una mujer que había vivido al límite y que estaba preocupada por mi. Pensar en ello todavía me pone la piel de gallina.
Creo que Mia ha conseguido, en cierta forma, sentirse cómoda teniéndome como amigo. Ha perdido el contacto con muchos o todos los que llevaban una vida normal y creo que le reconforta saber que al menos me conoce a mi y sabe lo que hago. Siempre se ha sentido orgullosa del proyecto y cuando fue premiado se alegró mucho por mí.
Pero, honestamente, considero que es una parte muy dura de hacer proyectos a largo plazo. A menudo tienes la sensación de ser el amigo que se marcha, que no es tan bueno manteniendo el contacto como debería.
Dime, ¿no te parece que David es, además de un gran fotógrafo, un ser humano extraordinario? Nunca dejaré de quitarme el sombrero ante personas como él, que no dudan en abrirse en canal y compartir sus temores, inseguridades, éxitos y derrotas, haciendo que los demás crezcamos también con su experiencia. Ya sabes qué viene ahora: no dejes de compartir esta entrada en tus redes si te ha gustado. Pronto la segunda parte! ;-)
Mientras tanto, ¿por qué no le echas un ojo a esto?
Genial!!!! :) Muchas gracias Jota por transmitirle nuestras preguntas, la verdad es que la vida e internet nos regala a veces sorpresas tan gratificantes como esta!!
Hola Ely!
La verdad es que está siendo una gran experiencia y así se lo he dicho a David, el suyo ha sido un regalo sencillamente asombroso del que, además, todos estamos aprendiendo. Genial, sí!
Bico.
Jota.