Continúo con el relato de mi visita a la Romería de Nosa Señora do Corpiño, que comencé hace unos días aquí.
Como te contaba entonces, a medida que pasan las horas va llegando más y más gente. Estoy seguro de que ahora, a unos minutos de comenzar la misa de las 12, los coches se quedarán ya a una respetable distancia del pueblo.
Muchas de las personas que se acercan hasta el santuario portan cirios, velas o exvotos, que prenden y dejan en un lugar habilitado, donde el espacio también comienza a escasear.

Los exvotos son figuras de cera con forma de cuerpo o de partes de éste, que se dejan a modo de ofrenda, para pedir o agradecer favores a la Virgen.
Para cuando comienza la misa principal ya ni siquiera hay sitio al sol (hace horas que en las sombras no cabe un alma más). Los fieles esperan a que la celebración finalice con infinita paciencia, mientras escuchan al sacerdote a través de los altavoces.

Al fin sale la imagen de la Virgen do Corpiño, no sin dificultad, entre la gente que se arremolina a su alrededor. Entonces comienza a avanzar lentamente para pasar sobre los presentes, que forman una cola que da la vuelta alrededor de la iglesia y su muro, agachan su cabeza al paso de la figura y frotan contra ella pañuelos que más tarde llevarán a quienes no han podido acercarse hasta aquí para cumplir con la tradición.

Me voy recorriendo la cola que rodea el santuario, asombrado de la cantidad de gente que atrae este lugar y encantado de comprobar cómo algunas costumbres que forman parte de nuestra esencia siguen vivas.
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Very interesting. And I am sure an important event for the people participating.
Sure! You can see it in their faces that it is so important to them. It´s really impresive…
Thanks Bente! :)