La Romería de Nosa Señora do Corpiño tiene lugar cada 24 de junio en la parroquia de Santa Eulalia de Losón, en el municipio de Lalín. No obstante es frecuente que los fieles se acerquen hasta el santuario durante todo el año, tal es la importancia y la fama del lugar.
O Corpiño es una de las grandes romerías de Galicia, tanto es así que en su día grande atrae a miles de personas desde todos los puntos de la comunidad e incluso desde fuera de ella.
Así que hubo que madrugar. Aun llegando al lugar un buen rato antes de las 10 de la mañana me vi obligado a dejar el coche en una cuneta, a las afueras del pueblo. Así de temprano me quedó claro que su fama de multitudinaria está más que justificada. De haber tardado un poco más habría tenido que recurrir a alguno de los parkings improvisados que los lugareños habilitan en sus fincas y que ponen a disposición de los visitantes a un módico precio… ;)

Para encontrar la iglesia basta con seguir a la gente que ya a esa hora se dirige hacia ella. La estrecha calle que la conecta con la carretera está poblada de puestos de chucherías, rosquillas, juguetes… Caminando entre ellos me sentí como cuando era pequeño e iba a las fiestas de mi pueblo; antes de llegar a la explanada en la que se instalaban las orquestas debía pasar ante infinidad de tenderetes absolutamente irresistibles.

Cuenta la leyenda que en este lugar, ya antes de la invasión musulmana, vivía un ermitaño cuyo cuerpo se mantuvo incorrupto tras su muerte en una pequeña ermita. Cuando ésta estaba prácticamente olvidada y abandonada la Virgen se apareció allí ante unos pastores y devolvió al lugar la importancia de antaño.
O Corpiño (que en gallego se traduce por “cuerpo pequeño”) hace referencia a los restos del anacoreta, descubiertos tras la aparición de la Virgen.

Desde primera hora de la mañana se ofician misas que muchos fieles tienen que seguir desde el exterior, hay tanta gente que es casi imposible acceder al templo y su número no hace más que aumentar a medida que se acerca la hora de la celebración principal, a las 12.
Unos altavoces reproducen las palabras del sacerdote, que son audibles a una buena distancia. La gente hace cola en todas las puertas de la iglesia para recibir la comunión.

La calle por la que entré parece ahora un río de gente que desemboca en la plaza y que “empapa” todo lo que podrías esperar en una auténtica fiesta gallega como esta, en la que se mezcla lo religioso y lo profano: pulperías, churrerías, cafeterías ambulantes… El hambre empieza a apretar, y a media mañana sucumbo ante media docena de deliciosos churros.
Continuará…
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Gracias a tu texto ahora me vienen claras imágenes de cuando visité el lugar. Recuerdo cada detalle narrado perfectamente, y sobre todo aquellas cruces grabadas en las paredes de la iglesia que llamaron poderosamente mi atención. ´
Sin lugar a dudas un hervidero de fervorosos que seguirá latente en el tiempo.
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Bicos J.
Un hervidero de fe… así es, no podrías haberlo descrito mejor. Se no ta en los rostros de los presentes la importancia que para ellos tiene ese lugar…
Gracias por pasar y escribir, Pau. Un bico. Jota.
Very good again. I like your documentary photos very much.
Thank you so much Bente. That´s very kind of you. I love your photos too, as I can know the paradise where you live in through them… :)