Cuando hacemos Fotografía callejera debemos aspirar a generar sensaciones en quienes ven nuestras imágenes. Es decir, no conformarnos con mostrar las cosas tal y como se ven a simple vista sino poner algo de nosotros en el resultado, contar una pequeña historia en cada imagen.
Para eso tenemos que tomar decisiones conscientes o, una vez que hemos practicado lo suficiente como para interiorizar el proceso hasta el punto de que todo se vuelve prácticamente automático, intuitivas. Lo cuento a menudo en mis cursos de Fotografía: aunque al principio parezca complicado (atender a la técnica en primer lugar para después pensar en la composición) poco a poco, a base de tomar fotos y analizar los resultados comenzamos a automatizar nuestras decisiones y todo se vuelve más sencillo, a la vez que (eso sí) aumenta nuestro nivel de autoexigencia…
Una de las maneras de cambiar el significado de nuestras imágenes es aprovechar el efecto del punto de vista. El ángulo con el que tomamos una fotografía influye en la percepción del espectador, y así podemos dotarla de una lectura diferente.
Conociendo los diferentes ángulos de disparo podemos cambiar el efecto sobre el lector de nuestras imágenes. Veámoslos.
Los cinco ángulos de disparo en Fotografía
Ángulo normal
Cuando nuestra mirada se produce en un plano paralelo al suelo y a la altura de nuestros ojos no hay sorpresas; todo es tal y como estamos acostumbrados a verlo y no aparece ningún sesgo. Miramos casi siempre así, de modo que si la fotografía sigue esa dirección el ángulo de disparo no crea efecto alguno.
Cuando en el encuadre hay personajes la relación del espectador con ellos va a ser de igualdad: todos están en el mismo plano y no hay condicionantes.
Este hombre revisaba libros en la Cuesta Moyano de Madrid durante uno de mis cursos de Fotografía callejera en esa ciudad. Lo fotografié a la altura de los ojos para establecer una relación de igualdad con él (puedes ver cómo hice esta foto paso a paso en esta entrada).

Lo mismo sucede en esta fabulosa fotografía de Mary Ellen Mark: a pesar de tratarse de dos críos, como están capturados a la altura de sus ojos no se hace énfasis en su edad (los trata como adultos, lo que encaja con lo que vemos aunque sus rostros sean infantiles). Aquí tienes el análisis detallado de esta foto de Mark.

Ángulo picado y cenital
A medida que subimos el punto de vista y disparamos desde arriba hacia abajo adoptamos una posición de superioridad respecto a aquello que encuadramos, esa es precisamente la sensación que va a tener el espectador: una posición de fuerza respecto a lo que ve.
Cuanto mayor es el ángulo (cuando pasamos de “normal” a “picado” y de ahí a “cenital”) mayor es la sensación de predominancia del espectador sobre lo que ve en el encuadre. De esa forma disparando desde arriba acentuamos la condición de un niño o de una persona con una estatura baja, por ejemplo, ya que evidenciamos la diferencia de tamaño respecto a ellos.
En esta fotografía de Bruce Davidson que analicé en profundidad en esta entrada, la baja estatura de Jimmy Armstrong se exagera al fotografiar en un ángulo picado. Solo tienes que imaginar la misma situación disparada a la altura de los ojos (como en la foto de Mary Ellen Mark) para intuir cómo cambiarían las sensaciones.

Ángulo contrapicado y nadir
Tal y como imaginas, si bajamos el punto de vista y disparamos hacia arriba se invierten las tornas: ahora es el fotografiado quien adopta una posición de fuerza o preponderancia sobre nosotros y por tanto también sobre el espectador. Son las personas que fotografiamos quienes dominan la escena ya que las vemos desde una posición de desventaja.
De esa manera al fotografiar de abajo a arriba acentuamos la potencia y la actitud de los personajes. Un gesto serio o amenazante gana fuerza si está fotografiado con un ángulo contrapicado, y todavía más cuanto más nos acerquemos a la posición nadir.
Este retrato de Vivian Maier tiene todavía más potencia porque está disparado ligeramente desde abajo (en esa época usaba una cámara con visor superior que tenía que dirigir hacia arriba para fotografiar desde cerca).

La acción que se desarrolla frente a cámara también puede acentuarse disparando en contrapicado, como esta escena en la que dos hombres subastan un pollo delante de una multitud durante la Romería de Santa Marta de Ribarteme. Además al fotografiar de abajo hacia arriba podemos eliminar un fondo confuso (normalmente hay mucha más información al disparar a la altura de los ojos).
En definitiva
Saber las implicaciones psicológicas del punto de vista adoptado aumenta nuestros recursos para conseguir un determinado efecto en el espectador, además de permitirnos cambiar el aspecto del segundo plano que, como te contaba en la entrada que dediqué a la importancia del fondo en nuestras fotos puede mejorar o echar a perder una fotografía.
La próxima vez que estés haciendo Fotografía callejera concédete unos segundos para pensar si el ángulo de disparo puede añadir un nuevo nivel de lectura a tu imagen, y si es así cámbialo para modificar la historia que estás a punto de contar.
¿Tienes en cuenta este aspecto a la hora de componer tus fotografías? ¿Cómo y cuándo lo haces? ¿Tienes alguna imagen en la que el punto de vista juegue un papel importante? Cuéntame a través de los comentarios.
Gracias por leerme y por compartir esta entrada entre tus contactos.
Hasta pronto.
Jota.