Cuando haces una fotografía por lo general el primer paso del proceso en el que la juzgas “en serio” es el monitor, donde la revelas digitalmente antes de lanzarla a su soporte final (quizás tu blog, una web o una red social, o el papel a través de una impresora).
Detente un momento a considerar la pantalla en la que valoras y procesas tu imagen: ¿hasta qué punto puedes confiar en que lo que estás viendo va a ser lo mismo que verán los demás cuando la muestres? ¿Estás seguro de que cuando pases esa fotografía al papel su aspecto es el que esperas?
Todos los monitores tienen un rendimiento particular, que además cambia a lo largo del tiempo, lo que significa no sólo que podemos ver cosas distintas al mirar la misma imagen en diferentes pantallas, sino que con el tiempo el mismo archivo puede mostrar un aspecto diferente con el paso de los días o las semanas en el mismo dispositivo.
No hace falta que tu trabajo necesite una gran precisión para que esto suponga un inconveniente: piensa que las decisiones que tomas frente a la pantalla están condicionadas al 100% por lo que ves en ella, lo que quiere decir que lo que haces a la imagen depende del rendimiento de tu dispositivo, dicho de otra manera, puedes estar modificando cosas que no lo necesitan y pasando por alto ajustes que sí la mejorarían. Cada minuto que pasas editando una fotografía frente a una pantalla sin ajustar es un minuto trabajando en la dirección equivocada.
Para salvar esos inconvenientes y mejorar los resultados de nuestro trabajo tenemos que ajustar nuestro monitor, un proceso que consta de dos pasos.
Calibrar y perfilar el monitor
Antes de seguir aclaremos un término que vamos a usar constantemente en esta entrada: calibrar un monitor significa ajustar una serie de parámetros para que su rendimiento, que cambia con el tiempo y el uso, se mantenga en un valor óptimo.
Los parámetros que se ajustan durante la calibración de un monitor son:
- la ganancia (o la luminosidad del blanco)
- el brillo (o nivel de negro)
- la gamma o curva de respuesta
Cuando hablamos de crear un perfil de monitor nos referimos a que se han medido una serie de valores (pureza del blanco, color de los primarios rojo, verde y azul y su gamma), para describir su rendimiento. Recuerda que tu pantalla es un dispositivo RGB, tal y como vimos en la anterior entrega de esta serie de entradas.
Al calibrar y crear un perfil para nuestro monitor (también llamado caracterizar) estamos asegurando que su funcionamiento es el esperado en todo momento y que podemos confiar en lo que nos muestra.
Antes de empezar…
Hay al menos dos factores que deberíamos tener en cuenta antes de ajustar nuestro monitor:
- Que no haya ninguna luz incidiendo directamente sobre la pantalla para que ni los brillos ni la iluminación reflejada afecten. Para eso podemos usar una visera o modificar la dirección en la que apuntan las fuentes que tengamos encendidas
- Que, en la medida de lo posible, la iluminación de la estancia en la que trabajamos sea constante y se encuentre entre 32 y 60 lux; y ya que no todos tenemos un luxómetro Hugo Rodríguez nos sugiere un pequeño truco: emplear un fotómetro o el incorporado en nuestra propia cámara y ajustar la iluminación ambiental hasta que la indicación del exposímetro sea de 4EV para 1/2 f/2.8 ISO 100 (lo que se corresponde con unos 40 lux)
Métodos para calibrar y perfilar nuestro monitor
Hay principalmente tres maneras de ajustar nuestra pantalla, escoger una u otra depende de lo importante que es para nosotros que su rendimiento sea óptimo. De menos a más:
- A ojo: consiste en realizar ajustes manualmente en función de nuestra apreciación de determinadas imágenes especialmente diseñadas para ese fin. Es claramente el método menos preciso y fiable (ya que es completamente subjetivo)
- Mediante software: puedes emplear herramientas incorporadas por defecto en los principales sistemas operativos (Windows, Mac OSX) o programas instalables y específicos, que pueden tener funcionalidades básicas como QuickGamma para Windows o F.Lux para OSX o ser un poco más sofisticados, como DisplayCAL, que es un programa multiplataforma (funciona en Windows, OSX y Linux). Todas estas alternativas son gratuitas. ;-)
- Mediante Hardware: si quieres confiar al 100% en los resultados tendrás que emplear este tipo de calibración, su gran ventaja respecto a los otros dos es que en lugar de depender de tu agudeza visual se vale de un colorímetro (el hardware) que en combinación con un software a instalar en tu ordenador efectúa los ajustes necesarios para que el rendimiento de tu monitor sea óptimo. Te dejo algunas de las opciones más extendidas con un funcionamiento pensado para un usuario promedio y con diferentes precios:
- Datacolor Spyder5 EXPRESS
: todo un colorímetro Spyder5 de Datacolor acompañado de una versión simplificada del software que se maneja en sólo unos minutos a través de un asistente muy sencillo (de ahí la reducción en el precio). A nivel de hardware es exactamente el mismo que en versiones más caras del producto, con la ventaja de que al combinarlo con el software gratuito DisplayCAL enlazado arriba se le puede sacar el máximo partido (la calibración ofrece un resultado mucho mejor aunque requiere más tiempo).
- X-Rite ColorMunki Display
: similar al anterior pero con la ventaja añadida de adaptar el comportamiento de tu pantalla a los cambios en la luz ambiental, también viene acompañado de un software muy sencillo y puede gestionar perfiles diferentes para foto y video. La misma marca ofrece un dispositivo más económico y con un funcionamiento más sencillo, al que denominan ColorMunki Smile
.
- Datacolor Spyder5 EXPRESS
Escojas el método que escojas, ten en cuenta que el ajuste de un monitor es un proceso que tendrás que repetir a lo largo del tiempo ya que el rendimiento del dispositivo no se mantiene constante aunque lo hayas llevado a un nivel óptimo. Plantéate repetirlo como mínimo con una frecuencia mensual (o mayor, si el uso que le das es intensivo o la precisión de los resultados es un aspecto crítico en tu flujo de trabajo).
Ahora que tenemos clara la importancia de tener nuestro monitor perfectamente ajustado y los principales métodos para conseguirlo, supongo que el siguiente paso (es decir, la siguiente entrada de esta serie…) debería ser mostrar el paso a paso, no? Así es, muy pronto compartiré contigo el proceso… :-)
¿Tienes experiencia calibrando tu monitor? ¿Cómo lo haces y qué te llevó a implementar ese paso en tu trabajo fotográfico? Me encantará conocer tu experiencia a través de los comentarios. Si te ha gustado la entrada, compártela entre tus amigos (gracias)!
Enlaces interesantes:
Un artículo en el blog de Hugo Rodríguez que ya tiene algunos años pero que explica a la perfección la conveniencia de ajustar nuestras pantallas y describe un método para llevarlo a cabo.
Desde que leí el artículo llevo a ver si sacaba un ratito para comentar. Lo primero es darte las gracias como siempre por la preparación del tema y la información que aportas. Lo segundo, es que me ha chocado la falta de comentarios durante este tiempo, algo que desde mi punto de vista, puede ser achacable o bien a la complejidad del tema o bien a que quizás no prestemos la atención que merece al tema. O seguramente ambas a la vez ;-)
Hace tiempo que compré un calibrador (spyder3, ya algo obsoleto) y cada cierto tiempo calibro mi monitor. Me parece un tema totalmente necesario si queremos trabajar de forma correcta y queremos que el resultado al procesar, imprimir, etc. nuestras fotografías sea el mejor posible. Lo malo, desde mi punto de vista, es que al final por mucho que te compliques la vida, siguen existiendo puntos de fallo, al final no podemos controlar si la persona que ve nuestra fotografía tiene calibrado su monitor, si la imprenta o laboratorio con el que trabajamos presta atención a este tipo de cosas (por desgracia, no todos lo hacen), etc. Pero naturalmente, si controlas tu parte ya es mucho y ahí está, a partir de ahí, si todo el mundo se esfuerza un poco, los resultados se ajustarán mucho más a lo deseado.
Muchas gracias de nuevo por tus aportes, son bastante claro y muy prácticos. Yo particularmente usaré el truquillo de Hugo Rodríguez ;-)
Hola Braulio. :) Muchas gracias por aportar tanto y tan bueno, como es costumbre.
Creo que tienes razón, es un tema que da bastante pereza y, sobre todo, que muchas veces no tenemos oportunidad de comprobar hasta qué punto los resultados pueden cambiar si se ha hecho un calibrado (ojos que no ven…). Pero una vez más, si nuestra parte está bien trabajada, las consecuencias al menos en parte están contenidas.
Un saludo y gracias de nuevo, Braulio!
Jota
Gracias por tus amables palabras, como siempre. Pero vamos lo que yo pueda aportar no es nada con lo que aportas con toda la información que nos proporcionas con tu Blog ;-)
Siempre es un placer abrir debates como estos en los que se aprende tanto. Gracias por hacerlos tan interesantes, Braulio.
Saludos!
Jota.
Porque no todos tenemos un colorímetro… sabes que sería un puntazo? Una pequeña guía o un paso a paso para calibrar el monitor utilizando software. No ya las opciones de un programa en particular, si no el proceso en si y el tipo de ajustes que debemos realizar para que las plantillas que se muestran por pantalla se vean bien (que no siempre está claro lo que buscamos).
Hola Yo! :) Gracias por la sugerencia, supongo que dependerá mucho del sistema operativo, pero puede ser muy interesante. Lo investigo.
Saludos!
JOta.