
Bruce Davidson es, qué duda cabe, uno de los más grandes de la historia de la Fotografía. Hasta ahí no te he dicho nada nuevo, lo sé, pero añadiré que en mi opinión es también uno de los autores más emocionantes.
Nunca podré olvidar su exposición en la Fundación Mapfre de hace unos meses, y la sensación de que todas y cada de las fotografías, aunque se englobaban en proyectos más amplios, eran auténticas historias por sí mismas. Recuerdo que tuve que verla varias veces recorriendo las dos plantas que ocupaba y que me costó salir de allí, pero también que cuando lo hice fue con mi amor por la Fotografía a niveles máximos.
Y eso que no había ni una imagen de su trabajo Subway sobre el metro de Nueva York en los años 80, que es sin ningún atisbo de duda uno de mis 10 libros indispensables de Fotografía.
Allí estaba, sin embargo, su trabajo sobre el circo, para el que siguió y entabló amistado con Jimmy Armstrong, con quien compartió muchísimas horas a lo largo de varios meses, capturando imágenes llenas de compasión y empatía.
Ese proyecto tiene magníficas fotografías (como todas las de Davidson, en realidad), pero si hay una que se conozca por encima de todas las demás es esta.
La imagen
Es tan, tan evidente que la fuerza de esta imagen está en el gesto de Jimmy que voy a empezar por lo demás, porque una vez que empecemos a hablar de él el resto parecerá carecer de importancia, y en realidad todo contribuye a una foto fabulosa.
Para esta foto Davidson elige un plano picado, eso no sólo acentúa la escasa estatura del protagonista; también hace aparecer una cierta sensación de fuerza ejercida sobre él (todo lo contrario que si él estuviese situado en un plano por encima de nosotros) y aumenta el peso visual del entorno (vemos un suelo embarrado que ocupa la mayor parte del encuadre).
Todo eso contribuye a generar una atmósfera triste y decadente.
Aunque se trata de un retrato, la colocación del protagonista (aproximadamente en una línea de los tercios al igual que la línea del horizonte) permite que entre información sobre el entorno y de esa manera aparece el contexto. Ya no es únicamente una persona, sino una persona en un ámbito muy concreto.
El peso visual del cuerpo de Jimmy se equilibra con el de la carpa, arriba a la derecha, estableciendo una diagonal que además los relaciona implícitamente. La asociación aparece de manera inmediata: es un payaso y ese es el circo en el que trabaja.
Aunque hay un par de personajes al fondo su presencia no distrae en absoluto, de hecho permite deducir el tamaño de la carpa al comparar sus alturas.
Y por último Jimmy, con la mirada perdida y fumando un pitillo, con un gesto entre profundamente triste y absorto en pensamientos muy lejos de allí; justo el tipo de expresión que no esperamos en un payaso y que nos hace olvidar la diversión que asociamos a un personaje y un lugar así.
El detalle de las flores en su mano izquierda supone un contraste con el resto de la escena y tal y como están, dirigidas al suelo, acentúan todavía un poco más la sensación de tristeza de la imagen.
Apuesto a que conocías esta fotografía del veterano Bruce Davidson, miembro destacado de Magnum Photos. ¿Es así? ¿Qué te parece? ¿La interpretabas como yo lo he hecho? Cuéntame tus impresiones a través de los comentarios, y no dejes de compartir esta entrada en tus redes si te ha parecido interesante… Gracias!
Bruce Davidson, un grande sin duda.Gracias por compartir. Saludos
Hola Ernesto. :)
Y tanto! Y además sigue en activo, ojalá lo disfrutemos durante mucho tiempo. :) Saludos y gracias por pasarte y comentar.
Jota.