A menudo se relaciona el jazz y la Fotografía callejera. La cosa no va muy desencaminada ya que ambas disciplinas tienen un alto grado de improvisación siempre dentro de un marco más o menos amplio que establece los márgenes.
La verdad es que no dejo de encontrar paralelismos entre ellas, por eso hoy te traigo una nueva conexión que puede hacernos pensar y, como consecuencia, ayudarnos a dar un paso más en nuestro crecimiento como fotógrafos.
Por cierto, hace unos meses compré el libro Cómo Escuchar Jazz de Ted Gioia, con él he disfrutado muchísimo aprendiendo sobre un mundo que si antes me gustaba ahora me entusiasma, y me he puesto música del propio Dolphy mientras escribo esta entrada. Qué menos.
En fin, al lío.
Eric Dolphy fue un músico estadounidense hijo de inmigrantes panameños. Cogió un clarinete por primera vez a los 6 años y en un mes ya tocaba en la orquesta de su escuela en Los Ángeles.
La música de Duke Ellington y Coleman Hawkins le llevó hasta el jazz, y éste a la flauta y al saxofón. En Nueva York se unió a la banda de Charles Mingus, de quien ya te conté una anécdota que puede ayudarte a mejorar tu Fotografía callejera. De ahí pasó a grabar con otro grande, John Coltrane, y a liderar su propia banda.
Qué decía Eric Dolphy
Me encontré con la cita de Eric Dolphy en una entrevista al fotógrafo japonés Shin Noguchi en In-Frame [en inglés].
Al investigar un poco para asegurarme de que todo casaba he encontrado muchas más frases suyas que me han hecho reflexionar, pero ninguna tan en consonancia con la Fotografía callejera (por algo Noguchi, miembro de In-Public, la tiene tan presente).
Cuando escuchas música, una vez que se acaba se ha ido. Nunca puedes capturarla otra vez.
Eric Dolphy.
Entiendo que Eric Dolphy se refería a la música en directo; cuando presencias un concierto cada vez que suena una nota esta nunca vuelve, sobre todo en un género con tanta libertad y flexibilidad como el jazz. Al oír música grabada puedes volver a un pasaje una y otra vez, aunque claro, las sensaciones no son comparables.
¿Qué tiene que ver esto con la Fotografía callejera?
En realidad, todo.
Fotografiar la calle implica que ante nosotros se despliega un escenario en el que los personajes nunca actúan exactamente igual, aunque muchos sean los mismos del día anterior y vuelvan a pasar por allí al día siguiente a la misma hora, ni siquiera el escenario es igual, cambia con la gente y los objetos que lo ocupan, cambia con la luz, con la hora del día y con las estaciones…
Presenciamos un continuo de acontecimientos que no cesa. Un segundo tras otro, un minuto tras otro, hora tras hora y día tras día. La vida no se detiene. Ni se repite. Aunque no lo parezca todo cambia constantemente. También nosotros lo hacemos; vemos cosas diferentes en según el momento y reaccionamos de forma distinta en función de factores que no siempre casi nunca podemos controlar.
Puede que las notas se parezcan, pero al igual que en un concierto de jazz en vivo, dos sesiones distintas nunca suenan exactamente igual.
Un gesto divertido, emocionante o desagradable, una reacción desproporcionada, una situación absurda o inimaginable, un rayo de luz reflejado en una superficie que nunca había estado ahí, un momento de belleza o de poesía inesperadas durarán un pestañeo antes de desaparecer para siempre.
Si no permanecemos atentos, si no abrimos bien los ojos y estamos preparados para atraparlos, esos instantes se irán y no volverán, como la música de la que hablaba Dolphy.
Aunque nos esperen nuevos momentos que capturar, ¿por qué no guardar el mayor número de instantes posible? ¿Por qué conformarse con menos?
Los genios como Dolphy saben apreciar la magia de lo que solo dura un instante y ya no vuelve nunca más. Aprendamos de ellos.
¿Qué te sugiere la frase de Dolphy? ¿Conoces alguna cita que podamos trasladar al ámbito de la Fotografía callejera? ¿Cuál es tu favorita y por qué?
Ahí tienes los comentarios, será un placer charlar contigo a través de ellos.
Gracias por leerme, por comentar y por compartir esta entrada en tus redes.
Hasta pronto.
Jota.
Al leerte se me ha venido a la cabeza el personaje que intepretaba Harvey Keitel en Smoke y sus 4000 fotografías tomadas desde el mismo lugar a la misma hora. Otra forma de asistir a una Jam session siempre diferente aunque los músicos y el escenario sean los mismos. Gracias!
Hola Ernest! No había pensado en la conexión pero tienes toda la razón, es la misma idea: todo cambia, aunque sea levemente, solo hay que mirar y estar atentos. :)
Gracias a ti por tu comentario y un abrazo! (Cómo va ese proyecto? ;) )
Jota.
Siempre he pensado que hay una gran relación entre la música y la fotografía: ambas artes tienen composición, ritmo, arreglos, etc. Claro que la música es un arte mucho más complejo: cualquiera puede hacer una gran fotografía por azar, pero nadie puede tocar un gran sólo de guitarra por azar. Saludos!
Hola Ernesto! Sin duda, como dices, música y fotografía son mucho más parecidas de lo que podría parecer a simple vista. ;) Un abrazo y gracias por tu aportación a la conversación!
Jota.