
Ese tobogán se alza frente a la playa de Samil, al lado de Vigo, y siempre me llama la atención, aunque lo haya visto decenas de veces. Ahí plantado, en una zona con un parque infantil y al lado de una cafetería, me hace pensar en un parque de atracciones abandonado y fuera de lugar.
La valla que rodea esa zona de juegos, llena de color, invita a jugar con la composición y a meterla dentro del encuadre. Esta imagen es el resultado de unas cuantas pruebas, empezando con un punto de vista más previsible (la valla interpuesta por completo entre la cámara y el tobogán, como un horizonte amarillo, rojo y azul).
Composición y técnica
Empiezo desde detrás de la valla, de forma que esta se interpone entre mi posición y el tobogán, creando una escena demasiado estática (algo que si lo piensas bien no va del todo mal con ese entorno casi desierto de las 8:30), además, como la parte más alejada de la valla está en sombra los colores no lucen tanto como me gustaría. De modo que empiezo a caminar alrededor, buscando un ángulo en el que pueda llenar el encuadre de una forma mínimamente interesante. Al pasar veo ese asiento (?) a la izquierda, parece que podría funcionar para equilibrar la masa del tobogán. Hago algunas pruebas, con sólo unos pasos de diferencia. La composición está bien, pero falta algo (alguien, en realidad).
No te sorprenderá si te digo que mi cámara está ajustada en modo prioridad a la apertura, con un diafragma f/8, ¿verdad? ;-) Eso sí, como hay luz a raudales he fijado la sensibilidad en ISO 400. De esa forma la velocidad de obturación escogida por la máquina es alta (de hecho, muy alta): 1/1100s, tanto que podría haber dividido la sensibilidad a la mitad y aún así habría sido bastante (en torno a 1/500s). A estas alturas ya sabes que suelo guardarme un mínimo margen por si la luz cambia de repente, de ahí que no haya fijado el mínimo ISO de mi cámara (ISO 200).
Un hombre pasa de izquierda a derecha, y no llego a verle la cara. Esta vez soy lo suficientemente paciente como para esperar a que haga el camino de vuelta, además pasa cerca del tobogán, con un poco de suerte podré fotografiarlo cuando esté delante… Y entonces, justo en ese momento, me dedica una mirada.
Clic.
Qué funciona
No nos engañemos, en esta fotografía la luz de primera hora de la mañana y los colores del parque son los protagonistas destacados. Aún así hay algunas cosas más que merece la pena mencionar…
La mayoría de las líneas explícitas de esta imagen comparten la misma dirección, confluyendo en la parte derecha del encuadre. De esa forma se crea una cierta tensión que no existe al fotografiar justo desde detrás de la valla, con la parte superior de ésta perfectamente horizontal y el tobogán al fondo.
La propia esquina del vallado introduce una apariencia tridimensional porque es la suma de dos planos perpendiculares. Recuerda siempre que tus fotografías son representaciones planas de un un mundo en tres dimensiones, de forma que nunca está de más recurrir a “trucos” para evocar el mundo real. Además el ángulo formado por la valla enmarca al asiento y su sombra, haciendo que destaquen.
Hay tres sujetos principales, de atrás a adelante: el tobogán, el caballero del periódico y el asiento. El hecho de que esté alineados crea una diagonal que invita a recorrer toda la imagen; las diagonales son siempre más interesantes (en términos de dinamismo) que las líneas horizontales o verticales.
Y por último, el resultado de la combinación de paciencia y suerte. Quería fotografiar al hombre justo delante del tobogán, para que fuese más sencillo reconocer su silueta (imagínatelo unos pasos antes, frente a ese fondo tan concurrido). Estaba preparado, esperando, y entonces él dirigió una mirada a cámara que nos mete de lleno en la fotografía, al crear una conexión con el espectador.
¿Qué me dices? ¿Qué te parece la imagen, su composición y ajustes? Me encantará conocer tus impresiones a través de los comentarios. Ah, y si te ha gustado no dejes de compartirla en tus redes. Gracias!
Por cierto, si te gusta la fotografía callejera, y en concreto la realizada en la playa, quizás te apetezca echar un vistazo al magnífico libro del gran Martin Parr. Te dejo otras obras que no deberías perderte:
- Trinity, Carl de Keyzer
- The Decisive Moment, Henri Cartier-Bresson
- The Americans, de Robert Frank
- Koudelka
- Early Color, de Saul Leiter
Y aquí, todos los libros que han pasado por el blog.
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