
El Monasterio de los Jerónimos es un impresionante edificio situado en la zona de Belém, en Lisboa. De estilo manuelino, se alza blanco y reluciente muy cerca de la desembocadura del Tajo, prácticamente en frente de una bellísima torre que ya has visto por aquí.
Se puede llegar en uno de los muchos tranvías que recorren la capital portuguesa, algo que permite descubrir los barrios desde la ventanilla mientras serpenteas por estrechas calles, subiendo y bajando interminables cuestas. Pronto verás un video rodado en esta ciudad de luz maravillosa, mientras tanto, ¿te apetece echar un vistazo a los anteriores y suscribirte a mi canal de YouTube?
Hace un día magnífico, soleado y completamente despejado, así que la zona está atestada. Justo a la izquierda una enorme cola de turistas se extiende frente a la entrada del edificio. Te lo cuento para que te pongas en situación, aunque ya sabes que lo que no aparece en el encuadre no existe… ;-)
Un mendigo sin piernas a la sombra, justo a la vuelta de la esquina un corredor estirando tras hacer footing a lo largo del paseo del río. La fotografía de un contraste.
Composición y técnica
Tanto a la izquierda como a la derecha de la escena hay más gente, pero me interesa que solamente ellos dos aparezcan en el encuadre, así que busco un punto de vista que me permita eliminar al resto; para eso tengo que acercarme bastante. Al principio tengo su atención y ambos me dirigen miradas de curiosidad. Tras unos segundos se olvidan de mi y empiezan a aparecer las imágenes interesantes. Diría que ninguno de ellos sabe qué hay a sólo unos metros.
He seleccionado una sensibilidad ISO 400, aunque perfectamente podría haber conseguido esta imagen con ISO 200 (el mínimo en la cámara que llevaba en la mano); intento tener un cierto margen por si las condiciones de luz cambian súbitamente (por ejemplo si el cielo se nubla o si entro en una zona de sombra). Estoy usando el modo de prioridad a la apertura con el diafragma que empleo por defecto: f/8, la profundidad de campo es suficiente como para que los dos hombres queden en foco aunque no sitúe el punto de enfoque sobre ninguno de ellos, sino sobre la esquina del edificio. Hay tanta luz que la velocidad escogida por la cámara es realmente alta: 1/2000 de segundo.
De estar disparando contra la pared iluminada habría necesitado compensar la exposición, porque el exceso de luz rebotando en dirección a la cámara suele confundir al fotómetro haciendo que subexponga la fotografía. En este caso la mitad de la escena está en sombra compensando la parte iluminada; no es necesario tocar el dial.
Clic.
Qué funciona
En realidad la propia situación “hace” la imagen: a un lado de la esquina una persona sin piernas, a la sombra, pide limosna, al otro alguien estira las suyas tras hacer deporte, al sol. Ambos miran en direcciones opuestas y eso exagera el contraste; tengo tomas en las que al menos uno de ellos dirige sus ojos hacia mí y sin embargo prefiero esta, la desconexión parece aún mayor así.
Las esquinas tienen la capacidad de aportar profundidad a las imágenes, aprovéchalas. Fíjate en las líneas de la pared y del suelo y en cómo crean sensación de tridimensionalidad. En este caso, además, la iluminación es muy distinta a cada lado y eso genera dramatismo.
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Me parece una gran foto, especialmente por los contrastes que presenta entre las dos personas que aparecen en la imagen. También me gusta el contraste de luces y sombras y dónde están colocados los dos personajes, me parece que le dan más dramatismo a la imagen, la persona impedida en la sombra y el deportista en la zona de más luz. Muy buena, Un saludo Jota.
Hola Santy. Ante todo… Gracias! Me alegra que te guste. Todo en aquella situación era contraste, como bien dices: luz/sombra, limitación/deporte, miradas que se alejan sin cruzarse… Una escena inesperada pero agradecida para una foto callejera.
Abrazo!
Jota.
Dos protagonistas tan diferentes, tan cerca y tan ajenos al mismo tiempo. Sombra y luz, hasta las miradas son antagónicas. Cojonuda.
Saludos.
Muchas gracias Marcos. La verdad es que la situación era casi un regalo, de esas que a veces buscas sin cesar, y sin éxito. Esta vez estaba allí, esperando a que alguien se la llevase en la tarjeta…
Me alegra que te guste tanto! Aperta!
Jota.