
A veces, sobre todo cuando haces Fotografía de calle, no tienes más que un instante para disparar y obtener una imagen, dos a lo sumo si empleas el modo ráfaga de tu cámara, en esas circunstancias la suerte juega un papel fundamental.
En otras ocasiones tienes la posibilidad de dejar que la situación evolucione y hacer varias tomas para después elegir la que te parece más significativa o acertada, a menudo no es precisamente el resultado que habías imaginado en un primer momento así que el factor sorpresa tiene más margen…
La imagen y la secuencia
En cuanto los vi aparecer supe que iba a fotografiarlos. Bajé a la plataforma tras ellos y estuve un rato observando qué hacían, tratando de no llamar demasiado su atención pero asegurándome de que sabían que estaba allí, a su lado y con una cámara en la mano. La idea de partida era destacar ese enorme tatuaje en la espalda de él, aunque al final las cosas se pusieron un poco más interesantes.
Probablemente conozcas el concepto de hoja de contacto; antaño se usaban para ver de una tacada las imágenes de un rollo de negativos en una única página, con el fin de escoger aquellas en las que valía la pena trabajar. Hoy en día los programas de revelado digital como Lightroom también te permiten hacer “hojas de contacto” para evaluar simultáneamente varias fotografías. En este caso he aprovechado esa funcionalidad para que puedas ver cómo se desarrollaron los acontecimientos, desde la primera imagen de la pareja a la última:
Como ves esta vez pude realizar varios disparos, a medida que me acercaba a la pareja. Aunque la tercera fotografía muestra el tatuaje tal y como me lo había imaginado al final es la última imagen la que más me atrae de la serie (principalmente porque en ella están sucediendo más cosas y porque los chicos ocupan más espacio en el encuadre).
¿Hasta cuándo?
¿Cuándo hay que dejar de hacer fotos? ¿Cómo sabes que ya has conseguido lo mejor que puedes sacar de la situación? En realidad nunca lo sabes, y ahí reside parte de la magia de la Fotografía.
Muy a menudo la realidad se encarga de dejarte sin opciones: la situación que ha captado tu atención desaparece, la acción que quieres captar sólo dura un instante, alguien se cruza frente a ti y te deja sin foto… Otras veces eres tú quien tiene que decidir cuándo es el momento de dejarlo. Te aconsejo hacer caso a tu intuición, ella tiene mucho que decir al respecto.
Pero no olvides que la intuición también puede entrenarse… ;-)
¿Qué me dices? ¿Cómo sabes que ha llegado el momento de dejar de fotografiar? Y en cuanto a la situación de arriba… ¿Hubieses escogido otra imagen de esas cuatro? ¿Por qué? Me encantará conocer tu experiencia y tus impresiones en los comentarios. Gracias!
Recuerda que tienes más imágenes desmenuzadas en la correspondiente categoría del blog y que puedes aprender técnica y otros recursos en la sección Aprende Fotografía.
Un post interesante que describe moi ben o que pasa tantas veces. E xa que preguntas eu creo que escollería a foto que está á esquerda e abaixo. O tatuaxe poderoso queda máis visible e hai outra cousa que a min me interesa: o contraste entre os dous corpos, a gordura e a flacura, creo que tamén están mellor representados nesta. Logo hai outra cousa que é unha manía que eu teño e quixera saber a túa opinión ao respecto. Os horizontes sempre deben estar endereitados?, na foto que ti escolles cae á dereita, a que eu escollo está a nivel, quizá tamén por iso a prefiro. Un saúdo.
Boas, Gustavo. :)
Grazas por pasarte e comentar, eso antes de nada! Sen dúbida a foto que dis ten toda a forza do tatuaxe e do contraste entre os corpos, nembargantes o que me gusta da cuarta é que sexa ela (sen tatuaxes, máis delgada e aparentemente máis fráxil) a que se ocupa del. Non sei, supoño que todas as opcións son iso, opcións persoais e por tanto válidas! :D
En canto ó dos horizontes a miña opinión o respecto veu cambiando co tempo. Xa non preciso que estén perfectamente rectos se a foto é suficientemente interesante a pesar de que estén caídos, é dicir, antes iso era un problema para mín, pero xa non. De novo, cuestión de preferencias!
Apertas, e grazas de novo, Gustavo.
Jota.