
Si un día vas a Allariz es probable que entres al pueblo cruzando el puente sobre el río Arnoia; justo donde acaba, a la derecha, encontrarás unas escaleras que bajan hacia el parque del Portovello, un espacio con bancos a la sombra y una zona para que jueguen los más pequeños. Hacia el final del día, si el tiempo acompaña, los últimos rayos lo llenan todo y destacan las fachadas del otro lado de la calle bajo el cielo azul.
En determinados momentos la luz es tan bella que necesitas muy poco más; si le sumas un fondo interesante y algún que otro caminante, ya tienes suficientes elementos para construir una fotografía.
Composición y técnica
Hablemos un poco más del fondo, eso que dejamos detrás de los protagonistas y que sin embargo tiene una importancia enorme. ¿Te has parado alguna vez a pensar en cómo puedes cambiarlo si no está a la altura de la imagen que quieres crear? Fíjate en la de arriba: en la planta baja de esos edificios hay locales comerciales que, de tomar la fotografía desde un punto de vista “habitual” hubiesen reclamado tu atención: por eso me coloco a mitad de las escaleras agachado y apuntando hacia arriba, para recortar a la gente de la acera más próxima contra los pisos superiores.
A veces un pequeño cambio en el proceso puede suponer una gran diferencia en el resultado.
En cuanto a los ajustes de cámara, todo un clásico: modo prioridad a la apertura, diafragma f/9 (la Fuji X100S tiene un pequeño selector en la parte superior derecha bastante sensible que en ese modo cambia la apertura en fracciones de paso, lo moví sin ser consciente), ISO 400 y una velocidad de obturación de 1/550 decidida por la cámara y lo suficientemente alta como para “detener” el movimiento de las personas, por muy cerca que pasen.
Podía haber empleado la distancia hiperfocal como otras veces, pero en vez de eso preenfoco en el suelo a aproximadamente la mitad del encuadre (una apertura como la escogida en combinación con una longitud focal corta aseguran suficiente profundidad de campo como para que prácticamente toda la escena quede nítida).
Sólo hay que esperar a que alguien pase por allí y me regale un gesto.
Clic.
Qué funciona
Las líneas de la imagen generan sensación de movimiento, reforzada por la dirección en la que se mueve el caminante y su mirada fuera del encuadre. Además, esos “vectores” se suman al formato horizontal de la fotografía y la perspectiva genera profundidad y escala.
El rostro del hombre está prácticamente sobre uno de los puntos de la regla de los tercios, un recurso clásico de composición que rompe la simetría del encuadre. El momento en el que pulsar el botón estaba decidido de antemano… ;-)
Y por último, una buena dosis de suerte: el caminante de la mejor toma (porque hubo más, mucho menos interesantes) viste ropa oscura, lo que contribuye a destacarlo y separarlo del fondo claro.
Qué hubiese cambiado
Me gustaría que la línea del tejado no “cortase” su cabeza, dejando espacio despejado alrededor de esta. Para eso tendría que haber elevado la cámara, aunque sin duda eso habría introducido cambios en la imagen, no sólo en el fondo sino probablemente también en la expresión del hombre.
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