
Esta es la historia de cómo renunciar a una imagen puede llevarte a otra. Pero antes, déjame contarte algunas cosas más.
En nuestro entorno habitual hay un recurso muy efectivo a la hora de practicar la Fotografía de calle: los mensajes escritos. Ya sea en anuncios publicitarios, pintadas y grafitis, carteles, placas de calles y plazas, etc., un texto siempre se compone de palabras, y éstas evocan conceptos que pueden ser un gran punto de partida para crear imágenes bien por contraste o por asociación de ideas.
Lo que sucede es que a menudo lo literal del mensaje puede ser demasiado específico como para transmitir una idea contundente, en ese caso puede funcionar extraer la parte más potente del texto para construir una imagen que se lea de manera más inmediata.
Eso es lo que trataba de hacer frente a la Tate Modern durante nuestro último Taller Fotografía la Ciudad que celebramos en Londres. Mientras los asistentes exploraban el entorno con sus cámaras yo permanecía frente a ese imponente edificio. Tras hacer algunas fotos de las personas que pululaban por una pequeña explanada situada entre la galería y el Támesis (y mientras disfrutaba del enorme talento de un músico callejero) reparé en el cartel de un naranja intenso. Su diseño permitía aislar la palabra “MODERN”, sin duda mucho más potente si la aislamos de la anterior (general frente a específico).
Se daba la circunstancia de que se estaba llevando a cabo un simulacro de incendio, de manera que hasta su finalización un par de amabilísimos guardias de seguridad impedían la entrada a través de la puerta justo bajo el cartel. Eso hacía que unas cuantas personas estuviesen esperando a que les permitiesen acceder.
La imagen
Ahí estoy yo, a unos diez metros del cartel de la Tate, buscando algo que pueda funcionar en combinación con la palabra “modern”, que además aún estando en inglés es fácilmente interpretable en gran parte del mundo. Entonces un hombre con un peinado decididamente atrevido trata de entrar en la galería, ante la negativa de los guardias y la pertinente explicación (“Estamos haciendo un simulacro de evacuación, puede usted entrar por la otra puerta o esperar aquí a que se autorice el acceso”), se da la vuelta y decide esperar. Justo entre mi posición y el cartel.
La idea está clara: captar la parte del texto más relevante y meter en el encuadre al personaje. Pruebo diferentes encuadres: en horizontal la parte derecha se queda coja, ya que no hay nada que la ocupe (el hombre está casi alineado respecto al cartel y mi posición), en vertical la cosa pinta mejor pero claro, tengo que acercarme bastante (lo que no es un problema en principio). De todas formas la imagen no acaba de funcionar: tengo la cabeza y el cartel, pero al conjunto le falta fuerza, la suma del texto y el peinado no es suficiente.
Sigo un rato más, empeñado en sacar algo de la situación. Nada. No hay forma de hacerlo funcionar.
Mi intuición me dice que es hora de intentar algo distinto. Le hago caso y me doy la vuelta (te he contado mis motivos para confiar en ella), justo entonces veo a este chaval de las gafas naranjas, según me alejo del cartel queda a mi izquierda, así que el plan es adelantarme un poco, darme la vuelta y disparar en horizontal, con la palabra “modern” llenando un lado del encuadre y él justo al otro lado para equilibrar la imagen.
Clic.
Sólo hay tiempo para dos disparos, tras el segundo su conversación con otra persona finaliza y ambos se marchan. Nunca sabes, a veces 10 minutos trabajando una escena no te asegura nada, y en cambio en 5 segundos surge una oportunidad inesperada.
Además de los dos puntos evidentes de atención (el cartel y las gafas del mismo color), me gusta esa pareja que parece mirar por encima del hombro (ella podría estar mirándome a mí y por tanto a ti) y el gesto de la chica a la izquierda que acaba de apartarse el pelo. Por cierto, el hombre de negro justo a su derecha, pegado a la pared, es de mi primer intento, aunque por su posición no puedes apreciar el peinado que lo comenzó todo.
Ajustes y técnica
Como el 95% del tiempo que hago fotos en la calle mi cámara está ajustada en prioridad a la apertura, he escogido un diafragma f/8 y he aumentado el ISO hasta 800 ya que, aunque el día es soleado (el clima fue generoso con nosotros en Londres y el sol no dejó de brillar durante los 3 días del taller) una sensibilidad relativamente alta me asegura que la velocidad de obturación va a ser lo bastante rápida para congelar el movimiento, incluso al disparar en la sombra como en este caso.
En cuanto al enfoque he recurrido a la distancia hiperfocal para que todo aquello que se encuentre a partir de un determinado punto hasta donde alcanza la vista esté en foco, de ahí que incluso el chico aparezca nítido; de haber usado el enfoque normal (autofocus) probablemente se vería desenfocado porque no había tenido tiempo de enfocar sobre él. Si quieres aprender qué es eso de la distancia hiperfocal, sólo necesitas un minuto.
Resulta más sencillo reaccionar ante situaciones inesperadas cuando tu cámara está en unos determinados ajustes que le permiten afrontar situaciones muy diferentes, por eso casi siempre parto de una misma configuración de cámara para Fotografía de calle.
A veces nos empeñamos en exprimir una situación con la esperanza de que acabe evolucionando hasta un punto interesante. Y está bien insistir, pero a la vez hay que ser lo suficientemente flexible para reconocer cuándo no aparece aquello que buscamos (ni ninguna otra cosa que valga la pena fotografiar). Supongo que al no tener más información que valorar lo mejor es confiar en nuestro instinto, si éste nos dice que no hay nada que hacer, hazle caso (y abre los ojos para ver qué te estabas perdiendo).
¿Cómo te planteas la búsqueda de imágenes? ¿Eres de los que pululan sin parar buscando incesantemente o por el contrario prefieres localizar un lugar con potencial y esperar hasta que surja la oportunidad allí mismo? Cuéntame tus experiencias e impresiones a través de los comentarios. Si te ha gustado la entrada, compártela en tus redes (gracias!).
Jota,
Gracias nuevamente por tus constantes aportaciones.
Respecto a incluir textos en mis fotos soy bastante reticente a hacerlo para mantener el lenguaje universal de la fotografía. Los carteles que me suelen rodear están en castellano o catalán lo que podría condicionar su comprensión (cosa que no ocurre con el inglés, en términos generales).
Por otro lado Es difícil mantener la sutileza sin caer en la obviedad.
Tal vez uno de los pocos buenos ejemplos utilizando este recurso que conozco sea la foto de Robert Frank “Infant’s Wear”.
Cambiando de tema, ¿algún taller en Barcelona a la vista?
Un saludo y gracias por tanto trabajo!
Frankie
Hola Frankie!
Gracias a ti por leerme y por tomarte un rato para dejar tus impresiones por aquí! Interesante esa referencia a la foto de Frank , la buscaré porque ahora mismo no sé cuál es.
En cuanto a tu pregunta, estoy planteando los talleres del último trimestre y Barcelona está en la lista de posibles sitios. Os mantendré informados!
Saludos.
Jota.
Aquí va la foto a la que hacía mención:
https://i2.wp.com/oscarenfotos.files.wordpress.com/2016/09/robert_frank_los_americanos_the_americans_61.jpg
Un saludo.
Gracias Frankie! La verdad es que la asociación de ideas ahí es una verdadera gamberrada del amigo Frank. Me encanta! :)
Saludos.
Jota.
Si por favor toma nota para venir a barcelona, me tendrás
Saludos.
Herman.
Lo verás por aquí. Gracias!
Jota.
Hola Jota, tu historia me ha entretenido mucho, me lo pude imaginar todo perfectamente, la verdad que cuando vi la foto al principio de tu articulo jure que era la foto de alguna película que ya había visto antes, automáticamente tuve la certeza de que era un artista famoso, no sé, simplemente puedo decir que estaba todo muy en orden en el momento preciso.
Tus momentos al tratar de tomar la foto me recordaron mucho al esposo de mi mama, es un apasionado de la fotografía, cuando me explico todo lo que tomaba en consideración para tomar una fotografía me di cuenta que la fotografía tiene un aspecto muy técnico, trato de entender dónde queda la creatividad.
Yo tengo 33 años y nunca tomo fotos ni a mí y a nadie. Hace cuatro años me regalaron a mi primer perro, no te voy a explicar lo importante que es para mí. Lo que si te puedo decir es que desde entonces le he sacado muchas, muchas fotografías. Algo que me paso es que cuando repaso las fotografías en el ordenador me di cuenta que al estar sacando las fotografías de mis perros, trato de que salgan lo mejor posible, en consecuencia, cuando veo las fotos en el ordenador muchas de esas fotos son como si las estuviera viendo por primera vez, no recuerdo el momento en que las tome ¿alguna vez te ha pasado esto?
Cuando el esposo de mi mama y yo fuimos al museo de Antropología e Historia de la ciudad de México el me preparo una cámara para que tomara fotos de nuestra visita, no tome ninguna, no quería olvidar nada de lo que vi.
Disculpa mi ortografía, no es muy buena.
¡Saludos!
http://www.edumacgdl.com.mx
Hola Rafael. :)
Antes de nada, muchísimas gracias por tu comentario. Me ha encantado leerte y saber cómo ves la fotografía.
La verdad es que aunque en general mi memoria es bastante mala, nunca (o casi nunca) olvido haber tomado una foto. Sin embargo, sí es verdad que a veces dejo la cámara a un lado para, como tú, disfrutar “en primera persona” de una experiencia irrepetible.
Un saludo y de nuevo gracias, será un honor seguir contando con tu visita por aquí.
Jota.
Cuando capturo una imagen genial solo estoy de paso por el lugar, aunque a veces me gusta tomar fotografías de cosas u objetos muy de cerca… soy aprendiz
Hola Brandon.
Todos somos aprendices durante toda nuestra vida, creo que cuando dejamos de pensar en aprender la magia desaparece. Gracias por pasarte y comentar!
Jota.