Todos hemos recurrido alguna vez a excusas para no coger la cámara. Y es que aunque me apasiona la fotografía a veces me sorprendo pensando en motivos para no dedicarle el tiempo que merece.
Con el paso del tiempo he aprendido a reconocer esas excusas y a tener preparadas las respuestas que me ayudan a hacer oídos sordos y seguir adelante.
La luz no es la adecuada. Es cierto, la fotografía es luz, y sin luz no hay fotografía. Pero quizás te has acostumbrado a hacer un determinado tipo de fotografía para la que se necesitan unas condiciones concretas. ¿Por qué no pruebas a experimentar, a sacar el trípode y alargar el tiempo de exposición, a emborronar el motivo? Arriesga y cambia, quizás por el camino descubras algo que te atrape.
Aquí nunca pasa nada. A todos nos encantan esas fotografías de lugares exóticos a miles de kilómetros, en los que da la sensación de que cualquier cosa que sucede puede ser capturada en una imagen admirable. Y sin embargo algunos de los mejores fotógrafos han conseguido elevar a la categoría de arte lo cotidiano, lo aparentemente anodino. Encontrar la belleza (o algún otro motivo igual de interesante) en aquello que nos rodea requiere una sensibilidad especial, entrenada a base de observar y ver más allá de lo obvio. Revisa la obra de Martin Parr, por ejemplo, y verás de qué hablo.
No tengo el equipo adecuado. Cuando nos hemos hecho con un equipo perfectamente adaptado al tipo de fotografía que nos gusta es posible que la experimentación desaparezca, y eso porque muchas decisiones han sido tomadas de antemano (qué focal usar, qué aperturas, etc.). Intenta hacer esas fotografías para las que, a priori, no tienes el mejor equipo: retratos con lentes angulares (incluyendo el entorno además de a la persona retratada), paisajes con longitudes focales largas (aislando detalles del entorno en lugar de intentar abarcarlo por completo), etc. Sal de tu zona de confort y prueba cosas diferentes.
Hoy no tengo el día, no estoy inspirado. A veces, para recordar por qué te gusta algo lo mejor es, simplemente, hacerlo. Piénsalo. ¿Qué puede pasar? Quizás acabes dándote cuenta de que se trata sólo de una afición, algo que no te aporta nada más que un rato de diversión, o quizás te pase como a mí y recuerdes, a los pocos minutos, que eso es, ni más ni menos, lo que más te gusta hacer. En cualquiera de los dos casos, ¿no es mejor saberlo? A veces basta con volver a dedicarle tiempo aunque la motivación no esté a tope.
Me preocupa estropear la cámara. Estoy de acuerdo, claro, en que hay que cuidar el equipo, pero sin olvidar nunca que se trata de una herramienta, y que lo más importante es lo que haces con ella. La mejor cámara del mundo (si es que eso existe) no te vale de nada en un estante, perfectamente protegida de todo. Nunca sabes cuándo vas a cruzararte con la oportunidad de hacer una gran fotografía, una de esas con las que sueñas, lo que está claro es que llevar la cámara contigo aumenta (mucho) las posibilidades de conseguirlo…
Ya he fotografiado esto. Volver con la cámara a un sitio en el que ya has estado o a un evento que ya has visitado te da la oportunidad de hacer algo nuevo, de cambiar el enfoque. Te obliga a repensarlo. Puedes ojear lo que hiciste la vez anterior para tener una referencia y asegurarte de que haces algo diferente o no ver nada en absoluto para partir de cero, eso depende de ti. Te aconsejo la primera opción; podrás aprovechar mejor tu aprendizaje y evitarás repetir las mismas tomas, probablemente las más previsibles.
Estoy estancado. Cuando sientes que no mejoras o que incluso estás perdiendo habilidades es fácil entrar en una dinámica negativa en la que poco a poco te apetece cada vez menos hacer fotografías, porque ya no es tan reconfortante como lo era antes. Con el deporte pasa algo parecido. Lo que quiero decir es que si entrenas duro pero siempre haces los mismos ejercicios tus músculos se acostumbran a los gestos, al esfuerzo, y llega un momento en que ese entrenamiento ya no da resultados. Haz cosas distintas para ejercitar cosas distintas, siempre hay ámbitos en los que crecer. Si lo tuyo es la fotografía callejera, ve al bosque, si te gusta la fotografía de estudio, sal a la calle, coge un objetivo que casi nunca usas, etc. Cambia tu entrenamiento para desentumecer esos músculos que no trabajan tanto.
Y sobre todo, recuerda que la mejor manera de aumentar tus posibilidades de conseguir grandes imágenes es pasar mucho tiempo haciendo fotografías.
Mientras lo leía he pensado eso de ‘menos mal que no soy el único que a veces la da pereza’. A uno le satisface ver que somos unos cuantos a los que nos ocurre lo mismo.
Me alegra que te hayas sentido acompañado… Ahora ya sabes qué contestarte para salir como un tiro a hacer fotos! ;)
Gracias por pasarte por aquí.
Jota.
¡Menos mal! Es agradable saber que no soy el único al que en ocasiones le “pesa” un montón levantar la cámara.
Y seguro que te pasa como a mí, y cuando sucumbes a su atracción recuerdas por qué te gusta tanto llevarla de paseo. :)
Un placer tenerte por aquí.
Saludos. Jota.
je,je lo has clavao!!!
Será que las conozco de cerca, Carlos… ;)
Gracias por pasar por aquí!
Jota.
Me ha pasado. Luego intenté hacer contraluces a todo. Y ahora quiero aprender barridos. Siempre con pasión!!
Hola Ricardo! :) Gracias por ese aporte! Tienes razón, hay que alimentar la pasión por la Fotografía. Que no falte nunca! :)
Saludos.
Jota.
En mi caso es el odioso trabajo el que me come tiempo, y el poco que tengo disponible tengo que hacer la colada, preparar comida, barrer fregar y plachar.
Asi que me queda 0 patatero para hacer fotos salvo en vacaciones.
Buena excusa ehhh ?. Es en tono sarcástico que conste.
Bueno, no tengais en cuenta lo de antes pero no me digais que algo de razón
tengo.
El trabajo y la casa absorbe mucho tiempo, tanto que se nos quitan las ganas
muchas veces de salir con nuestra cámara a hacer fotos.
Las pocas ocasiones que me animo a hacer fotos salgo solo, y eso termina
cansando porque no tienes con quien compartir ese momento de la foto.
Si vale, solo también está bien porque eres totalmente autónomo y te puedes
parar el tiempo que quieres e ir donde quieras sin depender de nadie.
He observado que en algunas plataformas sociales, no voy a decir nombres
que conste, porque está feo, he visto que hay 5-6 grupos de fotografía en una
misma ciudad con una actividad 0 patatero.
Esto me lleva a una pregunta…. ¿ que problema hay con esos grupos ?, ¿ la falta
de interés final en hacer una quedada en algún sitio y salir hacer fotos ?
¿ pereza ?, o que realmente tienes la fotografía como segunda alternativa y te ha salido un plan mejor.
Ahí lo dejo, pero es una lástima que los que vivimos en ciudades grandes digamos halla cierta desconexión que no existe en las ciudades pequeñas.
Hay tropecientos grupos si, pero realmente sólo funcionan un puñado, y en
algunos casos, ves sorprendentemente que no hay apenas actividad o bien
que no admiten más miembros por la razón que sea.
Otros están tan saturados que cuando quieres apuntarte a alguna
actividad, está el cupo lleno en poco tiempo.
Si a eso añadimos el poco tiempo disponible que tenemos por el binomio
trabajo-casa pues no sé, quizá no tengamos espacio para expandir nuestro
enriquecimiento personal con aquellas cosas que nos gustan y eso haga que
poco a poco e irremediablemente haga nuestra vida gris y aburrida.
Un saludo.
Hola José Emiliano. :)
Como siempre un comentario muy interesante. Claro, todos tenemos menos tiempo del que nos gustaría y eso a veces nos lleva a ponernos excusas (total, por 5 minutos que le voy a poder dedicar), pero hey, si algo nos apasiona hay que tenerlo cerca y aprovechar cada instante que le podamos dar (y priorizarlo, claro, hay cosas más importantes que van antes, la pregunta es si a veces no dejamos a la fotografía por detrás de otras que lo son menos). Y ojo, yo mismo peco de relegarla a veces, que conste! :)
Un abrazo y de nuevo muchas gracias como siempre!
Jota.