
Adentrémonos en esta fotografía callejera de Harry Gruyaert para entender por qué funciona tan bien a pesar de la cantidad de elementos, colores y personajes que pueblan el encuadre.
No es la primera vez que desmenuzo aquí una imagen de Gruyaert, hace poco compartí contigo el análisis de una fotografía callejera en la que combinaba con maestría los colores primarios y el espacio negativo.
En esta hay dos bebés en carritos rodeados de mujeres, la mayoría de edad avanzada, al sol (dos protegen de sus rayos con paraguas) y delante de lo que parece una casa, quizás de una de ellas. No hay ni un solo hombre, lo que hace pensar en que aquella época y lugar (Antwerp está en Bélgica) la crianza de los hijos era algo exclusivamente femenino y compartido entre madres y abuelas.
El tono amarillento de la luz y las sombras proyectadas sobre la pared hacen pensar en las últimas horas del día, cuando el sol está a punto de ponerse.
La imagen
Composición
Hay fotografías que atrapan sin saber muy bien por qué. Me sucedió con esta y con muchas de las imágenes de Alex Webb en el mítico libro The Suffering of Light (por eso tardé tantas semanas en verlo con calma).
Creo que se debe sobre todo a la cantidad de sujetos y masas de color que contiene. Ahora que ya hemos leído el contenido, es hora de meternos con los aspectos puramente formales.
Lo primero que llama la atención es ese enorme globo (está sujeto al carrito en primer término y eso hace que se vea tan grande respecto a las mujeres del fondo). El tamaño no es lo único que hace que capte tanta atención: el color rojo, que inconscientemente asociamos a un estado de alerta, nos atrapa inmediatamente.
Así ese globo se convierte en algo parecido a un planeta alrededor del que giran los demás elementos.

La colocación de las mujeres de izquierda a derecha dibuja una diagonal que recorre todo el encuadre dividiéndolo en dos partes iguales…

Sobre ella se sitúan muchos de los personajes de la escena, además del globo rojo, protagonista absoluto, a lo que también contribuye que ninguno de los rostros se vea por completo (una cara siempre genera una conexión en el espectador y se convierte en un centro de atención).

Además de dividir el encuadre en dos partes iguales, la diagonal separa la un parte llena de información (la inferior) de otra casi completamente blanca (lo verás mejor si entrecierras ligeramente los ojos).

Volvemos al globo rojo ya que no es el único punto con ese color. Hay otro globo más pequeño como consecuencia de su mayor distancia a la cámara (lo que recrea profundidad), y ese carrito bajo él.
Esos tres elementos rojos forman un triángulo. ¿El motivo? La ley de similitud de la Gestalt explica que los elementos que comparten una característica (en este caso el color) son percibidos como pertenecientes a la misma forma. Y a nuestro cerebro le gusta descubrir formas que sabe nombrar.

Hay más cosas que hacen que esta imagen no parezca plana a pesar de que la mayoría de sujetos están situados sobre la pared del fondo (un plano de libro).
Para empezar el carrito de la izquierda está más próximo que las mujeres (por eso el bebé y el globo parecen desproporcionadamente grandes). El globo proyecta su sombra, mucho más pequeña, sobre la mujer del vestido azul, y los paraguas hacen lo mismo sobre la pared. Eso dibuja líneas en dirección de la luz del sol que van hacia el interior de la imagen (justo la dimensión de la que carecen todas las fotos).

Y hablando de líneas, además de la diagonal que recorre el encuadre y las obvias debidas a los cuerpos de las mujeres, están las miradas que se dirigen en distintas direcciones aportando un extra de complejidad a la foto.
Por cierto, que hay al menos dos personas más a las que no vemos: una figura fuera del encuadre por la izquierda (¿es a quien mira el niño?) y otra a la derecha, cuya sombra se proyecta sobre el vestido de la mujer cortada por el borde.

Y sí, los globos y el carrito son de un rojo que atrapa, pero el color de esta foto de Gruyaert (uno de los mejores manejando este recurso) merece alguna explicación más.
Al rojo se le unen el azul y el amarillo en los vestidos de las dos mujeres que se protegen del sol. El estampado del paraguas de la izquierda se asemeja (y por tanto conecta) con el del vestido de la mujer que está de pie en el banco y el del vestido azul oscuro hace lo mismo con el de la mujer más joven.
Si nos fijamos detenidamente no hay tantos colores como podría parecer en el primer vistazo: rojo, azul, amarillo y anaranjado. En cierta manera esa paleta limitada compensa la complejidad de la imagen.

Ajustes de cámara y técnica
Una vez más no disponemos de los valores de exposición de la imagen, pero podemos deducir algunas cosas:
- Todo se ve nítido desde el niño en primer término a las mujeres al fondo. También es verdad que no están demasiado alejados, así que seguramente Gruyaert empleó una apertura intermedia o cerrada para lograr esa profundidad de campo. Descubre aquí qué es la apertura de diafragma y cómo influye en la profundidad de campo. También es posible que haya recurrido a la hiperfocal (descubre qué es y cómo emplear la distancia hiperfocal).
- No se aprecia movimiento, incluso en la mujer más joven que parece estar a punto de levantarse, sin duda se debe a una velocidad de obturación alta (probablemente de 1/250 de segundo en adelante) Domina el tiempo de exposición y su efecto en el movimiento en un breve video.
- En cuando a la focal me inclino por un objetivo de 50 milímetros dado que la escena no parece demasiado próxima si no más bien observada desde un cierta distancia. Descubre qué es la longitud focal y cómo afecta a tus imágenes.
Trabajos de Harry Gruyaert
Enlaces interesantes
- Página de Harry Gruyaert en Magnum Photos [english].
- Breve entrevista en el British Journal of Photography [english].
- Puesto que la imagen se apoya mucho en ese recurso te dejo esta entrada para ayudarte a componer con líneas.
- En la categoría correspondiente del blog encontrarás todas las grandes fotografías que he analizado en profundidad.
Hasta aquí mi análisis de la foto de Gruyaert. Me pregunto qué más ves tú en ella y si te gusta tanto como a mí. Cuéntamelo a través de los comentarios.
Gracias por leerme y por compartir esta entrada entre tus amigos.
Jota.
Yo no soy un viejo aprendiz de fotógrafo sino un mal aprendiz viejo y, por tanto, mi opinión es simplemente un atrevimiento.
Sí quiero dejar claro que veo y veo cada una de los análisis en el deseo de aprender a “VER” o leer las fotos.
Sin embargo creo que estoy muy lejos saber leer aunque sea por encima una foto. Cuando he visto esta foto, lo primero que he pensado es que, de haberla tomado yo, al llegar a casa sería de las primeras que habría enviado a la papelera.
Gracias Jota
Hola Jesús! No te preocupes, es perfectamente normal que algunas fotos no te gusten, como también lo es que tu criterio vaya cambiando con el tiempo. Nos ha pasado a todos. Rafa Badía me ha enseñado una lección este mismo fin de semana: borrar las menos fotos posibles, nunca sabes si te van a gustar en el futuro (un amigo llamado Jesús ya lo intentó antes). Creo que voy a hacerles caso.
Un abrazo y gracias.
Jota.
Entiendo lo que dice Jesús porque descifrar lo complejo no es fácil; requiere un esfuerzo intelectual al que no estamos acostumbrados. Somos el objetivo diario de miles de imágenes que nos bombardean y que descartamos rápidamente quedándonos únicamente con la que más nos impactan y son más fáciles de leer. Pero esta foto es de las que cada vez que la observas descubres algo nuevo y ese tipo de fotografías las hacen muy pocos y, sin duda, Gruyaert es uno de ellos.
SL2.
Hola Francisco!
Estoy contigo. Y, como le decía a Jesús, el criterio de qué nos gusta y qué no puede (y de hecho diría que debe) cambiar con el tiempo. Gracias por sumar nuevos argumentos! Y sí, Gruyaert es de esos que hacen fotos en las que no dejas de encontrar cosas nuevas.
Un saludo!
Jota.
Añadiría que la boca del buzón en la puerta sustituye de alguna forma el rostro de la señora tapada por el globo grande.
Hola Poxan! Si te digo que el buzón se me había escapado por completo? Gracias por tu aportación!
Jota.
Hola. Una foto presuntamente espontánea y en cualquier caso, genial. Entro a comentar porque disiento en cuanto al tamaño de los globos, que aún compartiendo el mismo color, definitivamente son un globo grande: el que está delante, y otro más pequeño: el del fondo. Y esto ha de ser así remitiéndonos al tamaño de las cabezas: la cabeza del bebé en primer plano guarda su proporción con las de las mujeres al fondo; se trata de una proporción distinta a la que guardan entre sí los globos.
Hola Marisol. :) Muchísimas gracias por compartir tu propia lectura de la foto de Gruyaert! :) Un abrazo!
Jota.