
A Fan Ho lo llamaban “El Gran Maestro”. Este fotógrafo, director de cine y actor nació en China y acumuló cientos de premios y reconocimientos a lo largo de su carrera. Aún así tardé demasiado en descubrirlo, pero ya está en la lista de mis fotógrafos de calle favoritos de todos los tiempos.
A menudo se le compara con Henri Cartier-Bresson y si embargo creo que el chino tiene una sensibilidad diferente y que sus imágenes son más elaboradas, más centradas en la belleza y con un uso de la luz y las sombras sublime. La imagen que te traigo hoy es un ejemplo perfecto de su estilo.
Antes de adentrarnos en la fotografía de Fan Ho ahí va una frase suya en la que precisamente menciona al fundador de Magnum, (la mítica agencia a la que debemos libros como esta joya), extraída de esta entrevista (en inglés):
Para hacer una buena fotografía me concentro en fotografiar. En realidad ss un trabajo muy duro. Tienes que ver y pensar todo el tiempo. Tienes que pensar en cómo superar tu trabajo anterior con un nuevo ángulo o un nuevo sentimiento. Debes usar tu corazón para fijar el momento decisivo del que habla Henri Cartier-Bresson. Debes aprehender las sensaciones y obtener una respuesta del sujeto que fotografías. En ese momento tienes que sentir, respirar y amar al universo – no se trata únicamente de obtener una fotografía bonita.
Pongo toda mi vida en cada captura. En mis tiempos la película era cara y cada disparo costaba dinero. Soy como un cowboy con una bala en lugar de una ametradalladora, buscando el momento decisivo.
Fan Ho.
Me quedo con la exigencia constante y la concentración en cada disparo (creo que también ahora deberíamos hacer clic como si cada vez que pulsamos el botón nos costase dinero, ya te lo decía en esta entrada en la que te animaba a imponerte límites). También coincido en que fotografiar es mucho más que simplemente hacer una imagen bonita.
La imagen
Esa mancha de luz llena el encuadre casi por completo, creando una diagonal que se extiende en la dirección en la que entra la luz (y que recorre toda la imagen). El ángulo formado por los rayos a un lado y a otro muestran un volumen tridimensional más estrecho en el punto de entrada y amplio a medida que se acerca a la cámara.
La columna y la viga de la parte superior junto con el borde de la entrada y el suelo iluminado crean un marco que rodea la parte de la imagen donde suceden las cosas importantes. Es muy sutil pero contribuye a concentrar todavía más la atención allí donde debemos mirar.
La forma en la que entra la luz es capítulo aparte. Fíjate en cómo los rayos se despliegan de arriba a abajo y de izquierda a derecha, dejando rastros de sombra en torno a las figuras.
El movimiento de (casi todas) ellas es precisamente hacia la fuente de luz. Todo lo que sucede en la escena sigue el mismo flujo y me hace pensar en peces nadando corriente arriba.
Las mujeres y el niño están a diferentes distancias y tienen distintas alturas, lo que imprime profundidad a la imagen. Esto se combina con la dirección de la luz que al extenderse en la dimensión de la que carece la fotografía también hace que parezca tridimensional (no podemos olvidar que nuestras fotos son planas nos guste o no, y que solo si hacemos cosas para que no lo parezcan podemos lograr un efecto de tercera dimensión).
El grupo del fondo más iluminado se aleja mucho de los personajes en primer término, otra pista para apreciar la profundidad de la escena.
Tal y como está situada la fuente de luz esta ilumina a los personajes desde atrás, dibujando un borde claro que los separa del fondo y los dota de volumen.
Fíjate ahora en los tonos de las figuras, de izquierda a derecha el niño de oscuro, la mujer de claro, el grupo de nuevo con ropas oscuras y la gente de las escaleras de nuevo con tonos claros como consecuencia de la luz del sol.
Cerca, lejos, cerca, lejos otra vez. Más volumen.
He dejado para el final lo que más me gusta de esta fabulosa imagen de Fan Ho. Aunque en ella aparecen doce personajes todos, salvo uno, son ajenos al fotógrafo. El niño de la izquierda es el único que entiende lo que está sucediendo; su cara de curiosidad lo dice todo.
Me gusta pensar que es precisamente el niño porque solo él puede entender el juego de descubrir la belleza del mundo. Como si únicamente él y el fotógrafo mantuviesen intacta su capacidad de sorpresa y disfrute.
¿Qué te parece la imagen? ¿Cómo la lees tú? ¿Conoces a Fan Ho? ¿Qué opinas de su trabajo? ¿Te parece acertado compararlo con Henri Cartier-Bresson? Cuéntame qué piensas a través de los comentarios, me encantará leerte.
En este libro se reúne lo mejor de la fotografía de Fan Ho.
Y ya que hemos mencionado a Cartier-Bresson en varios puntos de esta entrada, ahí van algunos recursos sobre el francés, un verdadero mito en esto de la Fotografía (de calle):
- Análisis detallado del libro The Decisive Moment.
- Reseña del libro Fotografiar del Natural.
- El Siglo Moderno, libro con toda la vida y obra de Cartier-Bresson.
- Reseña del libro Ver es un Todo.
- Análisis de una fotografía de calle: Siphnos, 1961.
- Análisis de una fotografía de calle: Hyères, 1932.
Si esta entrada te ha parecido interesante, compártela para que llegue a más gente. Muchas gracias por eso y por leerme.
Jota.
La fotografía de Fan Ho me parece muy espiritual y pictórica. Me fijé el el niño solo ver la imagen. Gracias por compartir. Saludos de Majess
Hola Majess. Me encanta tu lectura, tienes razón: hay algo de espiritual y desde luego es pictórica.
Saludos y gracias!
Jota.
Hola Jota,
Solo quería comentar que para mí a nivel compositivo me parece muy importante el plano contrapicado que acentúa esa diferencia de tamaños y esa presencia de las figuras más cercanas que tanta profundidad aporta.
El niño.
Es imposible no quedarse mirándole fijamente y en ese momento me siento como si yo estuviera arrodillado intentando sacar esa foto y él me está diciendo que no quiere seguir a los demás hacia esa luz al final del túnel, que él es diferente y que quiere quedarse conmigo para saciar su curiosidad.
Un saludo
Hola Félix!
Tienes toda la razón, el punto de vista contrapicado cambia por completo la sensación de la imagen, al hacer que miremos desde abajo, como lo haría otro niño.
Gracias por tu aportación!
Jota
Hola
Preciosa fotografía
Transmite paz y belleza. Me encanta el análisis que has hecho
Saludos
Fabiola
Hola Fabiola! Me alegra leerte por aquí. Gracias por ese comentario, tienes razón, la foto transmite una paz bella.
Saludos!
Jota
Cuando descubrí a Yamamoto Masao sentí que la poesía entraba en mi vida de una manera completamente diferente. Algo similar sucede con el arte de Fan Ho. Me encantó el análisis que haces en la entrada, la interpretación personal de la mirada del niño, la llamada a mantener viva la capacidad de asombro y el aspecto lúdico. Creo que su gran don reside en hacer hablar las sombras y que la luz se rinda ante ella, como una compañera que nutre desde la humildad de estar a la par. Es poesía, y la poesía no es más que verdad.
Hola Ana! Muchísimas gracias por ese comentario tan bello, y por descubrirme a Yamamoto Masao, no había visto nada de él pero me encanta. Gracias también por tu lectura de la foto de Fan Ho.
Un saludo!
Jota.
Hola, en esta foto no tanto, pero en fotos de Fan Ho exteriores con escaleras, existen como 3 planos que se van degradando por la luz, el ultimo casi subexpuesto, el primero muy nítido, etc, es posible que en el laboratorio reservara luz según el plano, de menos a más… En fotografía de paisaje, montañas, etc,… es fácil observar ese degradado de luz.
Hola Pedro! Tienes mucha razón, hay fotos de Ho con ese efecto atmosférico que da idea de la separación de planos y de la distancia entre los elementos enmarcados. Gracias!
Jota.