
A pesar de que el bebé y la mujer acaparan toda la atención, esta es la imagen de algo intangible: la comunicación íntima y especial entre una madre y un hijo. Ese gesto en el rostro de la mujer crea un centro de atención del que es imposible escapar por mucho tiempo: nuestros ojos recorren el resto de la escena para volver allí una y otra vez.
Un gato en el que sólo reparamos después de contemplar a los protagonistas observa desde la distancia. Es un extraño, ligeramente fuera de foco (lo justo para que podamos reconocer su silueta sin que reste protagonismo), que hace que también nosotros nos sintamos así; como quien mira desde fuera y apenas logra entender.
La luz lateral que baña la imagen crea unos volúmenes magníficos que reconstruyen lo que parece una habitación, destacando de entre las sombras el lugar donde está sucediendo la magia.
Magnum. Aunque quizás su rasgo más reconocible sea una afilada ironía, sus fotos (entre las que también destacan los retratos) abarcan muchos más registros, como demuestra la imagen de arriba.
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Sencillamente bella.
Sin duda lo es. Eso y sencillamente magnífica, parece un Caravaggio. :)
Bico, P.
J.