Siempre me has leído hablando sobre todo lo que me (nos) aporta la Fotografía, de cuánto disfruto con ella y de lo importante que es en mi vida. El caso es que sin saber muy bien cómo hace poco reparé en que de la misma forma que nos (me) da cosas, también exige algo a cambio. Se trata de una transacción, y en una transacción no puedes limitarte a valorar sólo lo que obtienes…
Así que me puse a pensar en el precio de mi pasión y todas sus implicaciones. El resultado es esta entrada con la que pretendo que también tú seas consciente de lo que estás poniendo en juego, que te plantees si está valiendo la pena y de paso contarte cómo creo que puedes “amortizar tu inversión”.
¿Cuánto (y qué) te cuesta la Fotografía?
Olvida por un momento cuánto te gusta la Fotografía y ponte a pensar en lo que pagas por ella. No estoy hablando exclusivamente de dinero, el precio puede tener formas muy diferentes y todas suponen una inversión: tiempo, frustraciones, falta de descanso…
¿Qué estás pagando por hacerle un espacio en tu vida? ¿Le estás dedicando tus ahorros? ¿Es la energía o el poco tiempo que te quedan en un día a día lleno de obligaciones? ¿Estás quitándote horas de sueño? ¿Aprovechas la mínima oportunidad para estar con ella cuando no hay otra obligación? ¿Todo lo anterior?
Ahora sí, piensa en lo que estás consiguiendo a cambio de ese coste. ¿Merece la pena? Si la respuesta es “sí”, enhorabuena; significa que has encontrado ese equilibrio tan complicado entre lo que inviertes y lo que obtienes a cambio.
Si la respuesta es “no” tienes que hacer algo.
Escoge bien el precio que pagas (invierte en lo que merece la pena)
Puedes enfocar tu relación con la Fotografía como si lo más importante fuese la herramienta. Hay quien lo ve así y dedica tanto tiempo y dinero a hacerse con la última cámara y el objetivo más luminoso que las imágenes que hace son sólo un aspecto secundario, un mero pretexto para convencerse de que ya tiene todo lo necesario para mejorar (al menos hasta que otra cámara se cruza en su camino).
Si vives así la Fotografía sólo tienes que ponerla lo suficientemente arriba en la lista de “cosas-en-las-que-gastar-dinero” y suscribirte a fuentes que te mantengan puntualmente de las últimas novedades del mercado (no se te vaya a pasar alguna). Elabora un discurso convincente de por qué necesitas una cámara full frame (o de por qué no, lo “importante” es reforzar las propias creencias) y valora tus imágenes por aspectos puramente técnicos, de manera que en cuanto haya un modelo con mejores especificaciones haya un motivo para empezar a pensar en otra máquina.
Pero yo te recomiendo que aceptes que la cámara sólo es la herramienta, que te hagas con una (la que sea) y dejes de pensar en todas las demás para empezar a invertir en las cosas que sí te harán disfrutar y crecer.
Invierte bien
¿Qué es lo más importante de la Fotografía? Aún a sabiendas de que esto da para otra entrada completa voy a tomar un atajo y llevarte directamente a la que creo que es la respuesta correcta: lo más importante de la Fotografía son las imágenes.
Aunque el proceso es sumamente relevante (y algo de lo que también debemos disfrutar) sólo es un camino para llegar al resultado.
Lo demás viene rodado: invierte en aquello que te haga disfrutar de tu pasión y que te acerque a las imágenes que quieres llegar a hacer. Cualquier otra inversión sólo te distraerá.
Ahí van mis consejos:
- Hazte con los mejores libros de Fotografía; los hay que te enseñan el trabajo de los grandes maestros, otros te dotan de las herramientas necesarias para seguir mejorando y algunos consiguen que poco a poco vayas encontrando una forma propia de mirar. Si no sabes por dónde empezar, echa un vistazo a mis 10 libros imprescindibles y recuerda que un buen libro no te aburrirá ni pasará de moda nunca.
- Asiste a talleres, cursos, conferencias… No importa si estás empezando o si ya tienes un cierto bagaje, siempre va a haber quien pueda enseñarte algo. Elige un curso adaptado a tus necesidades e inquietudes y a tu nivel de conocimientos y ve con la mente abierta, dispuesto a aprender pero también a aportar; la interacción con el resto de asistentes es muy a menudo una de las mejores cosas que te llevarás a casa.
- Viaja (y haz todo aquello que mantenga la llama encendida). Si bien no debemos renunciar a hacer fotos en nuestro entorno más próximo a veces un cambio de aires (aunque sea a sólo 10 kilómetros de distancia) puede reavivar tu pasión por la Fotografía. Planea y prepara una escapada con todo detalle o haz todo lo contrario y tómate unas horas para conducir sin rumbo y con los ojos bien abiertos. Disfruta de la experiencia y de la búsqueda de imágenes sin obsesionarte por conseguir siempre un resultado excelente, las sensaciones y los recuerdos permanecerán siempre.
Al final lo importante es ser consciente de que cuando algo te importa tienes que implicarte, que hay un precio que tienes que pagar. Puedes hacerlo simplemente con dinero, o por el contrario de forma que cada día y poco a poco vayas obteniendo algo relevante a cambio. La diferencia es enorme, y en el fondo sólo depende de ti.
¿Qué precio pagas tú por tu amor a la Fotografía? ¿Estás satisfecho con lo que obtienes a cambio? ¿Qué vas a hacer al respecto? Comparte tus pensamientos a través de los comentarios, me encantará conocer tu punto de vista. Si te ha gustado la entrada, compártela en tus redes… Gracias!
Nota: en esta entrada he empleado varias veces la palabra pasión, de entre todas sus acepciones mi favorita es “apetito de algo o afición vehemente a ello”.
Fabulosa entrada;
Siempre he sido partidario de que lo más importante es la mirada, y que muchas de las mejores de mis fotografías… las he hecho sin cámara, pero permanecen ahí, en algún lugar de mi memoria.
Cuando me preguntan: “Cuál es el mejor equipo para hacer fotografía de calle?”, mi respuesta es: “Una vejiga resistente que te permita patear durante horas la calle sin que sientas la necesidad de mear”.
Hasta hace poco no tuve una cámara en condiciones; ahora salgo a hacer fotografías con dos. La vieja (que ya tendrá 11 años) me sirve de cobertura, y la nueva es la que ya utilizo de forma habitual. Y sí, es una buena cámara. Pero no invertí mi dinero en ella hasta hace apenas 8 meses. Hasta entonces, tiré infinidad de fotografías con una compacta de 400 Euros.
A mi juicio, lo más importante, y tal y como bien dices: invertir el dinero en libros de fotografía. Afortunadamente los hay de geniales y mi lista coincidiría bastante con la tuya.
También es muy valioso un buen bagaje cultural, un sedimento, un buen fondo no solo de experiencias vividas y de tiros pegados, también de libros leídos, ya que no son pocas las ocasiones en las que el cuerpo te pide una foto porque una escena que ves te recuerda algún pasaje leído en alguna novela, e incluso en algún clásico griego.
Con eso, sin duda que todo lo que pagues por la fotografía será positivo ya que invertirás mucho tiempo, pero a cambio recibirás imágenes, e incluso de vez en cuando… alguna satisfacción ;-)
Un abrazo y te felicito por este blog.
Hola Sergi. :)
Muchísimas gracias por tus amables palabras y, sobre todo, por tu aportación en forma de comentario. Coincido al 100% con tu forma de pensar, y además te doy la razón en lo de la literatura, ésta tiene la capacidad de abrir muchas puertas en nuestra cabeza, también para la Fotografía.
Otro abrazo y de nuevo, gracias.
Jota.
No podría estar más de acuerdo contigo, Sergi, incluso creo que ese bagaje cultural al margen de la fotografía es tan positivo como la formación visual.
Saludos a todos.
Amén a eso también desde aquí. Abrazo Marcos!
Jota.
La cuestión de estar siempre buscando “un mejor equipo” es bastante costosa. Afortunadamente yo hace tiempo dejé de padecer de ese mal y aprendí a disfrutar más de hacer fotos. Buen artículo. Saludos
Hola Ernesto!
Mucho tiempo pensando en equipo = muy poco tiempo haciendo y pensando en fotos, verdad? :) Gracias por pasarte y sumar, como siempre.
Jota
Jota, no puedo estar más de acuerdo contigo y con los comentarios anteriores. A veces coincido en sitios con otros aficionados a la fotografía que sólo hablan de píxeles, números f y euros, cosa que me aburre enormemente. No entiendo cómo pueden estar cambiando de equipo cada dos por tres, sin apenas usarlo. Es como una “fascinación por tener lo último” que no comprendo… Sobre todo, cuando yo ahora estoy disfrutando un montón con la fotografía analógica, jejeje.
Y me apunto a lo de viajar. A Londres no ha podido ser por trabajo, ¡a ver si para Oporto tengo más suerte!
Gracias por tu reflexión, que aunque sea de sentido común, es necesario hacer examen de ideas de vez en cuando. Un abrazo.
Hola Nuria!
Creo que al final pensar demasiado en la herramienta lo que demuestra es poco interés real por el resultado, que debería ser lo verdaderamente importante. Gracias por pasarte y comentar, y ojalá nos veamos en Oporto, claro!
Saludos, Nuria. :)
Jota.
En mi caso esta pasión me la pasó mi Madre, sin ningun tipo de intención y esfuerzo. Luego por razones profesionales, me vi metido en ella sin darme cuenta. A los 16 años empece a trabajar en la televisión haciendo los cartones para los titulos. Más tarde mis maestros en mi actividad, el diseño, la publicidad, me fueron acercando más y más tarde con mi compañera de vida tambíen con nuestro pequeño laboratorio. Las economías hicieron el no poder continuar, pero no quedo nunca olvidada, estaba solamente en descanso. Mi actividad, me llevó a concocer a mas de una docena, excelentes fotógrafos publicitarios, con los que comparti largas jornadas de tomas de modelos, productos, bodegones, exteriores, hasta la producción de las mismas. Las horas que me absorbia mi actividad, poco me dejaban para mi familia y la fotografía. Ya maduro volví, a lo que es una de mis pasiones y fue una gran alegría el volver a reencontrarme y el dedicarle todo el tiempo que puedo, ya que me olvido del tiempo, mi mente solo piensa, como, cuando, donde, de que forma,…
Miro películas, de las cuales mucho se aprende, ya que hay maravillosos directores de fotografía, leo a Bioy Casares, Mujica Láinez,Ernesto Sabato, Jorge Luís Borges, entre otros y sobre todo a Julio Cortázar, cuyos relatos son más que descriptivos y que además era fotógrafo y libros sobre fotografía. Llevo conmigo siempre una libreta, por las dudas y si en ese momento paso por un lugar y esa locación me encanta o me parece oportuna, tomo nota del lugar y de la hora por sus luces y sombras, en ocasiones que no puedo ir con mi camara, pero casi siempre la llevo. Mi camara es una Canon 450D, humilde servidora y que me acompaña siempre y no estoy tan pendiente de estar con lo último. Todos los días le dedico, un mínimo de 4 horas, algunas veces más y a la hora que sea o disponga. Eso me permite, estar permanentemente en algo, en donde, cuando, como,… el día que no puedo salir hacer tomas, me aguanto y lo intento lo más pronto posible.
Un gusto el poder leer vuestros comentarios y pensamientos al respecto.
Un saludo.