
Mary Ellen Mark es una de mis fotógrafas favoritas de todos los tiempos, su capacidad para crear retratos que hablan de mucho más que el aspecto de las personas a las que fotografiaba me parece sencillamente insuperable, a la altura de los mejores retratistas de la historia.
Hace un tiempo compartía contigo mis impresiones sobre un libro que no sólo incluye sus imágenes más conocidas (quizás reconocerías muchas más de las que a priori puedas pensar, eso me sucedió a mí) sino también su experiencia a la hora de retratar a gente en lugares y ámbitos muy diferentes. Se trata de On the Portrait and the Moment, un trabajo imprescindible para empaparse de la capacidad didáctica de Mark, que también era una magnífica (y exigente) maestra.
Hoy he vuelto a ese trabajo para escoger una de sus fotos y hablarte de ella a través de un análisis de su composición. Y justo bajo la imagen seleccionada he encontrado unos párrafos de Mary Ellen Mark sobre la Fotografía de calle, te dejo las que me han parecido más interesantes por aquí:
Para fotografiar en la calle, tienes que ver y encuadrar más rápidamente, captando cosas con el rabillo del ojo. No estás aproximándote y conectando de una forma profunda. Ves, reaccionas, piensas sobre ello más tarde.
(…) Si reflexionas demasiado sobre lo que estás haciendo, la fotografía habrá desaparecido.
(…) Creo que la buena street photography es la disciplina fotográfica más difícil de todas.
Mary Ellen Mark
Añade que no se consideraba una buena fotógrafa de calle, algo que personalmente me cuesta mucho aceptar cuando dirijo mis ojos hacia imágenes como la que te traigo hoy. Pero bueno, tampoco me esperaba que alguien como ella considerase esa disciplina como la más complicada de todas…
En cualquier caso, palabra de Mary Ellen Mark.
La imagen
En esta foto, titulada Rat and Mike with a gun, hay un elemento que capta nuestra atención de forma inmediata, y no es tanto porque es la parte más brillante de la imagen (aunque seguramente eso también influye) como porque podemos reconocer la forma de un arma (y con ella un peligro) en manos de un crío.
La pistola forma un triángulo junto a los rostros de los chavales, puede que el de Mike no se vea claramente, pero podemos intuirlo bajo la visera.
Ese triángulo (las formas reconocibles siempre facilitan la lectura de nuestras fotos) ocupa el centro del encuadre, haciendo que todo lo demás se convierta en puro contexto.
No tengo muy claro si el gesto del crío de la derecha se corresponde con guardar o sacar la pistola, pero tampoco me hace falta: me basta con ver sus manos en torno a ella y cómo dirige la vista hacia el interior de su chaqueta, como si hubiese repetido esa operación mil veces.
La segunda parte de la imagen que más me llama la atención es la cara de Rat (otro punto claro). Esa mirada perdida en la dirección en que se extiende el callejón me hizo pensar en un primer momento que vigilaba mientras su amigo se concentraba en la pistola. Pero reparé en su lenguaje corporal, con esa postura tan relajada que parece indicar que tiene las manos en los bolsillos, volví a sus ojos y entonces vi indiferencia y tranquilidad ante lo que sucede a su lado; como si ambos estuviesen tan acostumbrados a acompañarse de un arma que ya ni siquiera les cambia el gesto.
Aunque los protagonistas absolutos de la captura de Mark son los chavales y la pistola, me encanta el espacio que hay alrededor de ellos. Las líneas de la pared se dirigen hacia el fondo de la imagen creando mucha profundidad y a la vez se cortan con las generadas por los cuerpos de Rat y Mike, como señalando en un mapa el punto en el que sucede lo importante.
Y hay algunos elementos más que, sin llegar a suponer una distracción (lo tendrían difícil teniendo en cuenta lo que hay justo en medio de nuestro campo visual), aportan contexto.
Entre lo que parece una especie de montón de basura (a la derecha, arriba), las escaleras de incendio y una calle estrecha, parece claro que estamos en un callejón lejos del trasiego de las grandes avenidas. Eso en cierta forma refuerza la sensación de clandestinidad, de estar presenciando algo que sucede lejos de la vista del resto del mundo.
Puede que Mary Ellen Mark no se considerase una gran fotógrafa de calle, pero a la vez está claro que cuando hizo esta imagen era prácticamente invisible para los dos chavales, una capacidad muy útil al fotografiar en el espacio público y que sin duda era en cierta forma consecuencia de su habilidad para conectar con la gente a la que retrataba.
Quizás en el fondo la Fotografía de calle y el retrato (mi gran asignatura pendiente) no sean tan diferentes como pensaba…
¿Qué te parece la imagen de arriba? ¿Cómo la lees tú? ¿Dirías que es foto de calle o retrato puro? Me encantaría conocer tus impresiones, así que ahí tienes los comentarios, a tu disposición. Si te ha gustado la entrada, no dejes de compartirla en tus redes… Gracias por ello!
Hola: Creo que esta foto no es del tipo de “Aquí te pillo, aquí te mato”, sino que es fruto de una relación de confianza previa que la fotógrafa ha tenido que ganarse para convertirse en invisible para los chavales. En cualquier caso muy buena
Hola Pedro. :)
Muchas gracias por tu comentario. En efecto, es una foto construida, que depende mucho de la habilidad de la fotógrafa para relacionarse y dejar de ser vista como una extraño.
Un saludo.
Jota.
Excelente lectura de la imagen, me alegro de ver a esta gran fotógrafa en este estupendo blog!.
Hola Juanma! Me alegra que te guste, Mark es de mis favoritas (no es la primera vez que hablo de ella por aquí!). Un saludo y gracias!
Jota
Definitivamente no me podría decidir entre retrato puro o fotografía de calle, pero me inclino más a pensar que es absolutamente “Street Photography”, quizas está fotografía no sea el resultado de una primera interacción con los chicos, pero en nada perdería mérito por la extraordinaría imagen lograda.
Saludos.
Jorge Aguilar
Hola Jorge! Muchas gracias por tu aportación, tienes razón: la calidad de la foto deja muy atrás el hecho de que se trate de un retrato o de Street Photography, al final es lo de menos.
Saludos
Jota.