
Presenciamos cómo una mujer, metida en lo que parece una cabina, llama por teléfono. Creemos mirar sin ser vistos pero un instante después descubrimos que alguien sí se ha dado cuenta de nuestra presencia… Ese niño que clava su mirada en nosotros nos mete de lleno en la fotografía. Su gesto no contiene sólo curiosidad sino también reproche, y hace que nos sintamos incómodos, incluso un poco culpables.
Las herramientas empleadas son una composición limpia y geométrica y la sorpresa creada por ese pequeño punto que equilibra la masa visual de la ventana. Es mucho menor, sí, pero su peso en la imagen es enorme, una vez que tus ojos han pasado por allí ya no podrás apartarlos por mucho tiempo…
Ikkō Narahara es un fotógrafo japonés nacido en 1931 que ha desarrollado trabajos sobre distintas poblaciones de Japón y que fundó el Colectivo Fotográfico Vivo con ilustres compañeros como Shōmei Tōmatsu. Asistió a clases de Diane Arbus y llegó a grabarlas para salvar sus dificultades con el idioma.
Me encanta la foto Jota. Muy bien escogida como de costumbre ;-)
Gracias Jorge!
Intento tocar distintos palos y autores, espero manteneros entretenidos y disfrutando! :)
Abrazo.
Jota.
Una foto fantástica. Saludos, Jota.
Suponía que te iba a gustar. Limpia, efectiva, y con “moraleja”. Sin duda tienes razón, es fantástica.
Gracias, Marcos.
Jota.
Tan pura, tan simple, tan efectiva, tan potente que ni siquiera hay un análisis como en las otras fotografías.
Hola de nuevo, Pablo! Soy un creyente del menos es más, a veces, como tú dices, no hay mucho que añadir.
Saludos y gracias!
Jota.