
A estas alturas no tiene sentido disimular mi admiración por Bruce Davidson, de hecho su trabajo sobre el metro de Nueva York en los años ochenta se ha convertido en uno de mis libros favoritos, un compendio de imágenes claustrofóbicas que transmiten a la perfección la atmósfera de aquel submundo y el peligro que acechaba a quienes se aventuraban en él.
Obviamente Davidson ha hecho (y sigue haciendo) magníficos trabajos, uno de los primeros fue Brooklyn Gang, para el que siguió las correrías de una pandilla llamada The Jokers durante meses, cuando ya era miembro de la mítica agencia Magnum Photos (con 25 años). Hoy desmenuzo una de las imágenes más conocidas de ese trabajo, puedes ver el resto de fotografías en la web de Magnum.
Si echas un vistazo al proyecto podrás comprobar que muchas de las capturas de Davidson inmortalizan momentos muy íntimos de los personajes, lo que contrasta con la imagen que, a priori, podemos hacernos de una banda de Brooklyn en los años cincuenta y sesenta. Se diría que bajo la fachada de tipos duros es posible atisbar dudas e inseguridades, al fin y al cabo muy propias de chicos y chicas de dieciséis años.
La imagen
En esta fotografía ese espejo de la máquina expendedora de tabaco que refleja un rostro reclama inmediatamente nuestra mirada, parece que ella esté sujetando una horquilla con la boca entreabierta, mientras se contempla con un gesto dulce y lleno de coquetería. El espejo hace las veces de un marco dentro del marco, casi como un cuadro en la pared de una galería que reclama continuamente la atención de nuestros ojos aunque a su alrededor sucedan otras cosas.
La pareja de chicos es claramente protagonista de la toma. Ocupan la parte central del encuadre, ensimismados en lo que están haciendo: acicalarse en un espacio (público) que en absoluto parece pensado para eso, una muestra de cierto descaro. La proximidad del fotógrafo no es meramente física, como demuestra el hecho de que nadie (ni ellos ni los demás) le dedica una mirada, probablemente porque pasa por uno más de la banda.
Los objetos sobre la máquina aportan una información extra, parecen contarnos qué sucedía antes de este momento y que, al contrario que el resto de personas, nuestros protagonistas no están de paso, sino sencillamente matando el tiempo.
La gente pasa a nuestro alrededor, incluso entre la pareja y nosotros. Con su movimiento en diferentes direcciones recrean el espacio en el que nos encontramos y generan profundidad en el encuadre. Nosotros estamos quietos, ellos (ellas) se mueven sin prestarnos atención, un contraste que se suma al de la actitud de los chicos y que parece aumentar la brecha entre dos mundos que en ocasiones coinciden, como aquí, pero que no se mezclan.
En definitiva, una imagen maravillosa que condensa la idea del trabajo de Bruce Davidson: la vida y las correrías de una panda de chicos y chicas en los márgenes de la sociedad.
¿Qué opinas? ¿Conoces este u otros trabajos de Davidson? Déjame tus impresiones en comentarios, me encantaría sabe qué piensas. ¿Te ha gustado la entrada? Compártela… (Gracias!). Recuerda que hay muchas más fotografías de grandes autores en la correspondiente sección del blog.
se agradece el post, muchas gracia por la informacion
Hola. :)
Me alegra que te haya gustado. Gracias a ti por pasarte y comentar, saludos!
Jota.
Este Bruce Davison me gusta mucho su fotografia, gracias por el analisis que haces
Gracias a ti Juan por pasarte y comentar. :) No sé si conoces este trabajo suyo, es sublime! Te dejo el enlace por si te apetece echarle un ojo, es de mis libros favoritos:
https://jotabarros.com/2015/05/15/libro-de-fotografia-subway-bruce-davidson/
Un saludo y gracias de nuevo! :)
Jota.
Un analisis impecable sin duda , gracias por compartir conocimiento siempre ayuda.
Hola Yessen! Muchísimas gracias por tu comentario, me alegra que te haya gustado. Un saludo!
Jota.