
Si hay alguien de quien resulta complicado escoger una sola fotografía ese es Alex Webb. Sus imágenes son tan atractivas y engañosamente simples que es casi imposible optar por una entre todas las demás (haz la prueba buscando su nombre en Google Images o date una vuelta por la web que comparte con su mujer y entenderás perfectamente a qué me refiero).
Las capturas de Alex Webb están llenas de interrogantes. Tras ese aspecto que al principio puede resultar un poco caótico acaba surgiendo un cierto orden en el encuadre, y justo cuando empiezas a creer que entiendes, llegan las preguntas… ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué que no puedo ver? ¿Qué hay en esa sombra?
El una de las entrevistas incluidas en Ver es un Todo, el magnífico libro de la Editorial Gustavo Gili del que te hablaba hace un tiempo, Henri Cartier-Bresson contestaba así cuando, en 1974, se le preguntaba por qué apenas había publicado fotografías en color:
La realidad es un diluvio caótico y, en esa realidad, debemos realizar una elección que combine de manera equilibrada el fondo y la forma: si encima tuviéramos que preocuparnos del color! Henri Cartier-Bresson
Al ver su trabajo, se podría asegurar que Alex Webb ha acabado por encontrar la fórmula para dominar ese caos integrando el color como un ingrediente más de la mezcla, desarrollando de paso un estilo reconocible e irresistible.
La imagen
En las fotografías de Alex Webb acostumbran a suceder muchas cosas a la vez; esta no es una excepción. En ella hay al menos tres historias independientes, el hombre de la izquierda que parece a punto de salir del encuadre se tapa del sol con una carpeta forrada con imágenes de futbol americano estadounidense (y genera un contraste con el idioma del cartel), a la derecha tontea una pareja joven, el brazo del chico se apoya contra la columna y el de ella se oculta tras el cuerpo, al fondo un padre y su hija iluminados a contraluz parecen mantener una conversación, aunque no podemos ver sus caras.
Tres grupos de personajes crean interés a lo largo de todo el encuadre (no hay grandes espacios vacíos), y entre todos abarcan desde la infancia a la edad adulta, pasando por la adolescencia.
Todo aquello que se ve en una fotografía cuenta a la hora de interpretarla, de ahí que sea tan importante saber qué incluir y qué dejar fuera. En esta imagen hay básicamente dos cosas: gente, y un cartel en la pared, de forma que nuestra mente trata, como mínimo inconscientemente, de establecer una relación entre ellos. ¿Está esa pareja de jóvenes esperando para hablar de su boda? ¿Han ido el padre y la niña a formalizar algún trámite?
Preguntas y más preguntas.
La mancha de luz creada por un arco entre las columnas (su forma nos permite imaginar cómo es aquello que se ha quedado fuera del encuadre) enmarca al hombre y la niña, que se convierten así en una silueta. Además la pareja y el hombre del primer término a ambos lados también contribuyen a ese marco y además, al estar en un plano mucho más cercano, aportan profundidad a la imagen.
No es raro que en las fotografías de Webb alguien mire a cámara, de forma más o menos evidente. Aquí uno de los cinco personajes parece dirigir su vista hacia nosotros, se trata de la chica de la derecha que mira por encima del hombro de su acompañante y nos mete en la escena, como si estuviésemos allí con todos los demás.
¿Qué te parece esa imagen de Webb? ¿Conoces su trabajo? ¿Te gusta? Anímate a compartir tus pensamientos en los comentarios, quizás veas algo que se me ha escapado, al fin y al cabo todos vemos las fotografías de manera diferente… Recuerda compartir la entrada en tus redes si te ha gustado. Gracias!
Conozco y admiro el trabajo de Alex Webb y veo en esta entrada un análisis muy completo y de lo mas acertado. Un saludo.
Hola Juan.
Te lo agradezco enormemente, sobre todo con Webb, porque con sus imágenes siempre tengo la impresión de perderme algo, y eso también me gusta.
Gracias de nuevo, por las palabras, y por pasarte.
Jota.
La fotografía de Webb es lo mejor que he visto. El nivel de complejidad en sus fotos es sorprendente. Las puedo ver una y otra vez y siempre te va a volar la cabeza. Muy bueno tu análisis, gracias por compartirlo. Saludos desde Lima.
Hola Tito. :)
Ante todo, muchas gracias por pasarte por aquí y por tu comentario.
Tienes toda la razón, las imágenes de Webb son tremendamente densas, en el mejor sentido. Quizás al principio no resulten “fáciles” de leer, pero al fina acaban enganchando como pocas… :)
Saludos desde el otro lado del Atlántico. Es un placer contar con tu visita!
Jota.
A dimensión de Web é brutal. Para min un referente. As súas fotografías son do máis complexo, nas que tes que pararte, observar con calma para non perder detalle, e como ben dis, un sempre ten a sensación de que lle queda algo atrás.
Encántame a lectura e análise que fas desta fotografía.
Espero máis, do que parece será unha serie ;)
Un saúdo
Ola Alberte.
Grazas por pasar e aportar! O de Webb é escandaloso, as súas imaxes teñen tanto que ver e no que recrearse que non canso nunca delas, e cando volvo, sempre hai algo novo alí, esperando por min. Agradézoche o cumplido.
Haberá máis de Webb, claro, non pode ser doutra forma. ;)
Jota.