
Contexto
La zona de Marunouchi se extiende entre la estación central de Tokio y los Jardines Imperiales que rodean la residencia familiar del emperador. Es un barrio lujoso de amplias calles donde se alojan las tiendas más exclusivas de la capital, a los pies de grandes edificios.
Caminamos hacia el sur a lo largo de una gran avenida antes de dirigir nuestros pasos a los jardines, es temprano y los locales comerciales aún están cerrados; algunos trabajadores esperan pacientemente a que llegue la hora de subir las persianas y empezar a despachar lujo.
Esta chica llama mi atención, le hago un gesto con la cámara; intento pedirle permiso para hacerle un retrato. Ella sonríe de manera encantadora y asiente. Me agacho frente a ella y entonces me doy cuenta de que pensaba que yo quería que nos hiciese una foto a nosotros. Se tapa la boca en un gesto de pudor.
Click.
Composición y técnica
No hay muchos secretos en esta imagen, en realidad.
Llevo la réflex con el 85 mm con toda la intención de buscar algunos retratos interesantes. He seleccionado una apertura los suficientemente grande (f/4) para que el fondo no se convierta en un motivo de distracción (algo que funciona especialmente bien cuanto más lejos está del sujeto), ese diafragma combinado con una sensibilidad ISO 200 se traduce en una velocidad de obturación de 1/60 de segundo (en modo prioridad a la apertura). Lo cierto es que la velocidad está al límite: existe el riesgo de que se aprecie tanto su movimiento como el de mis manos, con una longitud focal tan grande (en una cámara como la que llevo 85 mm de objetivo se convierten en realidad en 85 x 1.6 = 136 mm) debería estar usando una velocidad mayor, al menos de 1/125 o incluso 1/250. No hay tiempo de cambiar nada: temo perderme ese gesto que me está regalando, así que disparo inmediatamente. Afortunadamente el resultado es bueno.
Un retrato interesante depende, no lo neguemos, casi por completo de la persona que tienes delante. Si te dedica un gesto así no necesitas pensar demasiado en la composición; una apertura grande dejará fuera de foco lo que hay por detrás, así que un disparo centrado puede funcionar.
Fíjate en sus ojos: a pesar de que no ves su boca dicen a las claras que está sonriendo.
¿Qué opinas? ¿Te cuesta tanto como a mí pedir permiso para hacer un retrato? ¿Alguna vez has tenido que dar más explicaciones de las que te hubiese gustado? Cuéntalo ahí abajo, en comentarios… No dejes de compartir la entrada en tus redes sociales si te ha gustado. Gracias!
Ella sabía que sabrías captar la sonrisa pudorosa de su mirada y he aquí…
Creo que no lo sabía, pero de alguna manera decidió confiar en un desconocido que sólo le ofreció una sonrisa torpe a cambio de la suya. :)
Bico.
Barros.
Pues me parece un retrato magnífico! No sólo por el sujeto en sí y el momento de sorpresa capturado, sino por la composición de lo que hay detrás, suficientemente desenfocado como para no hacer perder la atención, pero acertado y muy equilibrado en oscuros y claros, así como en las formas rectangulares, a lo cual ayuda haber editado (o capturado) la foto en blanco y negro.
Siempre he hecho mayormente fotografía de paisaje, sólo hace unos meses me he aventurado a la fotografía de calle (no porque no sintiera curiosidad desde hace más tiempo). He de decir que cada vez me gusta más, aunque todavía estoy en esa fase en la que te sientes un poco incómodo o intruso en este nuevo escenario rodeado de gente, alguna de la cual va a salir, lógicamente, en la foto.
Este verano he estado en una isla griega (Paros), y paseando cámara en mano por Naoussa, uno de los pueblos más bellos de todas las Islas Cícladas, ví a una madre haciendo fotos con su móvil a su (supongo) hija adolescente (diría que ya mayor de edad), la cual estaba elegantemente vestida y haciendo verdaderos posados. Con mi inglés elemental les pregunté si querían que le hiciese una foto y les sugerí que se la podía enviar por e-mail si estaban interesadas, la verdad es que la hija con cara bastante antipática dijo que no, la madre me sonrió (lo cual me ayudó un poco a pasar el incómodo momento).
En la misma isla, en otro pueblo muy bonito (la capital, Parikia), al atardecer, había una pareja francesa en un lugar idílico con la puesta de sol, gran escenario, y ahí voy otra vez (esta vez, aprovechando mi mejor nivel de francés). Les digo si quieren una foto, que estaría encantado de poder fotografiarles y enviarles el resultado por e-mail, el chico dijo que por él vale, le preguntó a la chica, no le pareció buena idea.
Así que nada, comento esto al hilo de lo que decías más arriba. La verdad es que me costó bastante preguntar si querían ser fotografiados, supongo que es cuestión de tomarse con filosofía las posibles negativas… : )
Gracias por toda la ayuda que nos aportas con tu magnífico blog!
Saludos desde Vigo…
Hola Óscar! Muchas gracias por tu comentario! Es un retrato que ya tiene muchos años pero la espontaneidad del gesto sigue haciendo que se dibuje una sonrisa en mi cara cada vez que lo veo.
Sigue costándome mucho pedir a la gente si la puedo retratar, así que estamos empatados en eso. Supongo que no nos queda más remedio que seguir mejorando nuestras habilidades. ;)
Un saludo!
Jota.