La oferta de bolsas para llevar nuestras cámaras encima (algo que por cierto te aconsejo que hagas el mayor tiempo posible) no es precisamente escasa. Hay todo tipo de tamaños, colores y formas: mochilas, bandoleras, riñoneras, bolsas para cámaras más o menos evidentes (muy a menudo la discreción puede puede ser una gran ventaja, tanto para tomar fotografías como para que nadie se sienta tentado a llevarse nuestro equipo).
Bien, ¿y si nos apetece llevar nuestra cámara dentro de un bolso, bandolera o mochila concretos, aunque no hayan sido pensados para transportarla? Hoy te enseño una manera muy fácil y económica de aprovechar cualquier bolsa para transportar una máquina de tamaño medio de manera segura y discreta.
El resultado te permitirá aprovechar lo que ya tienes a mano para tener tu cámara siempre a mano, por mucho menos dinero de lo que cuesta una bolsa de un gran fabricante de esas que dicen: “Mírame, estoy llena de cachivaches caros”.
¿Empezamos?
Fabrica una funda para transportar tu cámara dentro de cualquier bolsa
Todo lo que necesitas es:
- un par de alfombrillas de ratón de 5mm de espesor (si el FOAM con el que están fabricadas es suficientemente espeso ofrece una buena protección contra los golpes)
- cinta de doble cara para enmoquetar (se trata de una cinta con fibras textiles muy flexible y adherente, este es probablemente el elemento más importante de todos los que vamos a emplear, cuanto mejor pegue y más resistente sea, mejor)
- tres trozos de tela (el tamaño depende de la cinta y de las alfombrillas para ratón, en mi caso el ancho de la primera es de 45 mm así que los retales también debían tener esa medida, abajo tienes más detalles)
- un rotulador y unas tijeras
Los trozos de tela deberían estar rematados, en este caso usé unos retales que había por casa y pedí a mi suegra que les diera un repaso con la máquina de coser en los bordes que no tenían remate para evitar que se deshilachen (Gracias E.!). A lo mejor eres lo suficientemente manitas como para hacerlo tú mismo, no es mi caso… ;-)
Ahí va una pequeña explicación de las medidas de los retales: dos de ellos son iguales, sus lados largos son ligeramente más cortos que el lado corto de la alfombrilla, en mi caso unos 180 mm, su lado corto mide lo mismo que el ancho de la cinta de doble cara (45 mm), el tercer trozo es ligeramente más largo (210 mm, un poco menos de lo que mide el lado largo de la alfombrilla) y tiene la misma anchura.
El coste aproximado no llega a 10€: 2 alfombrillas de FOAM de 5 mm (unos 8€ puestas en casa, eso si no tienes alguna que puedas aprovechar o las encuentras más baratas), 3 retales sobrantes de subir un pantalón (0€) y unos centímetros de cinta de enmoquetar (menos de 0,50€).
Metámonos en faena. Verás qué sencillo.
1. Pega cinta de doble cara en un lado de los retales
Deja las alfombrillas a un lado. Por ahora vamos a emplear únicamente la tela y la cinta de doble cara. Desenrolla un trozo ligeramente más largo que el primer retal.
Extiéndelo a lo largo de la mesa.
Comienza a pegar el retal sobre la cinta. Es importante comenzar con un extremo para ir extendiéndolo bien de forma que no queden arrugas. Si tus retales tienen una parte buena y una mala, deja la buena a la vista.
Pega completamente el retal a la cinta de forma que la llene completamente a lo ancho (no debe verse cinta por ninguno de los laterales largos de la tela).
Rercorta el exceso de cinta en los lados cortos.
Tu primer retal ya está listo.
Repite la operación con los otros dos.
Cuando cortes la cinta, ten cuidado de no entrar en la tela, podrías descoser el remate y acabaría por deshilacharse.
Listo, tenemos tres retales completamente cubiertos de cinta para enmoquetar (la parte de atrás todavía tiene el papel que protege la segunda cara adherente).
2. Pega los trozos de tela a lo largo de tres de los lados de las alfombrillas
Coloca una alfombrilla sobre la otra, de manera que coincidan perfectamente.
Vamos a pegar los retales de forma que estén centrados en tres de los laterales…
Y se doblarán cubriendo parte de las dos alfombrillas.
Empezamos por el lado largo. Retira el papel plástico de la parte de atrás del retal largo, de forma que la parte adherente de la cinta de doble cara quede a la vista..
Colócala sobre la mesa, con la parte adherente hacia arriba. En lugar de pegarla “a ojo”, vamos a usar un truco para que quede mejor y las dos pestañas de la tela queden iguales a un lado y al otro.
Aprovecha un trozo del papel que cubría la cinta de doble cara.
Dóblalo sobre el borde común de las alfombrillas (ojo, tienen que estar las dos, una sobre la otra) de manera que quede centrado.
Con un rotulador, marca dónde se dobla el papel.
Coloca el papel al lado de la tela y marca donde debería coincidir el borde de la alfombrilla a la hora de ser pegada sobre la cinta de doble cara.
Haz lo mismo en el otro lado, así te será más fácil pegar de forma recta.
Ahora coge las dos alfombrillas perfectamente emparejadas, colócalas con cuidado sobre la marca que has hecho con el rotulador y céntralas respecto al lado largo de la tela.
Presiona fuerte para que la alfombrilla de abajo se pegue completamente a la cinta de doble cara que cubre la tela.
Sin mover la alfombrilla de arriba (debe estar exactamente sobre la de abajo), coge la tela y pégala a lo largo del borde común de ambas)
Dobla la tela y pégala sobre la alfombrilla de arriba.
Listo, ya tenemos el lateral largo pegado.
Repetimos con los laterales cortos, de nuevo aprovechamos el papel para marcar dónde debe coincidir el borde de la alfombrilla de abajo respecto a la tela…
Centramos las alfombrillas respecto al lado largo de la tela y hacemos que coincidan en las marcas que acabamos de hacer.
Pegamos, presionamos y doblamos la tela sobre el borde de las alfombrillas.
Pegamos sobre la alfombrilla superior.
Segundo lateral terminado.
Hacemos lo mismo con el tercero.
3. Listo!
Acabas de hacer una funda de FOAM para llevar tu cámara a cualquier lado dentro de la bolsa que quieras…
Sólo falta probarla…
Y meterla, con tu cámara dentro, en tu bolsa favorita. Esta es un regalo que recibí hace tiempo y tiene un significado muy especial; a partir de ahora también me servirá para tener cerca la cámara vaya a donde vaya.
Y nadie diría que mi compañera de fatigas va dentro!
¿Qué me dices? ¿Te animas? Ya no necesitas depender de una mochila o una bolsa fabricadas específicamente para llevar tu cámara a todos lados, tú mismo puedes hacerte una solución a medida, más discreta y desde luego mucho más económica que te permitirá ir ligero para hacer más y mejores fotos.
Cuéntame tus impresiones en comentarios, y lo mismo si te surgen dudas. Ah! Y no olvides compartir la entrada en tus redes si te ha gustado… Gracias! :-)