
Helen Levitt es una de las grandes figuras de la Fotografía callejera. Por eso hace unos días le dedicaba una entrada en la que extraía lecciones de sus imágenes para que podamos mejorar las nuestras.
Hoy toca adentrarse en una de sus fotografías (una que se quedó fuera de la entrada de la que acabo de hablarte) y descubrir lo que la convierte en una muestra perfecta de la mejor street photography. Como casi todas sus capturas, fue tomada en su Nueva York natal, en algún momento del año 1973.
La imagen
Probablemente lo primero que te ha atrapado de esta fotografía es la enorme mancha roja de la parte derecha.
Eso coche llama poderosamente nuestra atención por su color ya que el rojo siempre destaca y acapara nuestra mirada. Sobre todo si está rodeado, como en esta imagen, de tonos apagados y neutros.
El rojo además es un tono cálido que genera sensación de avance (como vimos en la entrada dedicada al uso del color para mejorar nuestra Fotografía callejera), con lo que ese volumen de la derecha parece emerger de entre el resto de objetos de la escena.
Mi vista pasa inmediatamente de ahí a la figura del gato (una silueta que puedo reconocer) y su mirada hacia la esquina superior izquierda me lleva a la mujer en lo alto de las escaleras, que a su vez mira fuera del encuadre.
Así los ojos siguen una trayectoria de abajo a arriba y de derecha a izquierda para acabar saliendo de la fotografía. Lo hacen en el sentido contrario al de lectura (de izquierda a derecha y de arriba a abajo), lo que genera una cierta incomodidad.
A su vez la mujer, el gato y ese trapo que se descuelga a través de la ventanilla forman un triángulo que llena la fotografía.
Tal y como te contaba en la entrada dedicada a componer fotografías a base de puntos, cuando en una imagen hay más de un punto y estos se disponen según una forma que podemos reconocer la composición funciona de una forma muy efectiva. En ese sentido los triángulos son especialmente interesantes.
Si dejamos de atender a los tres “protagonistas” de la escena (el coche, el gato y la mujer) descubriremos elementos que nos hablan de su contexto.
Las pintadas en las paredes, las ventanillas rotas, los neumáticos pinchados y el suelo lleno de cristales nos hacen pensar en un barrio marginal y probablemente no muy seguro.
Y si ahora echamos un vistazo al espacio descubriremos cómo las líneas de la fotografía recrean las tres dimensiones.
La línea diagonal de la acera en combinación con las líneas verticales de las paredes y con la situación de elementos a diferentes distancias hacen que esta imagen no parezca plana (aunque en realidad lo sea, como todas).
También me encanta que la mirada de la mujer, como te decía arriba, se dirija fuera del encuadre (una línea más que expande la fotografía más allá de sus límites). Hace que me pregunte qué está mirando (qué me estoy perdiendo).
En definitiva
Helen Levitt construye una imagen llena de belleza en medio de un entorno decadente. Para eso se apoya en un elemento que llama poderosamente nuestra atención y después guía nuestros ojos a lo largo del encuadre, dejando la mancha de color a un lado en lugar de optar por colocarla en el centro.
¿Cómo la lees tú? ¿Qué opinas de la imagen? Cuéntame tus impresiones a través de los comentarios, estoy seguro de que tienes mucho que aportar.
Gracias por leerme y por compartir esta entrada entre tus contactos.
Jota.
Enlaces sobre Helen Levitt en el blog
- 9 Lecciones de Fotografía callejera de Helen Levitt.
- Helen Levitt o la belleza de las calles (entrada sobre su vida y trayectoria fotográfica).
- Reseña del libro Lírica Urbana.
- Análisis de otra fotografía de calle de Levitt.
Por cierto, todas las fotografías que he analizado en detalle están en esta sección.