
Hoy no tocaba una entrada como esta, en la planificación de contenidos dice que tenía que compartir contigo un libro de Fotografía de esos que tanto aprendo, pero entre que estoy poniéndome al día con los contenidos del canal de Youtube del blog, que he cambiado de herramienta de edición, de Final Cut Pro X a por fin Adobe Premiere Pro CC (durante este periodo de aprendizaje todo me lleva mucho más tiempo) y que ha surgido un viaje inesperado he optado por adelantar uno de los contenidos de la semana que viene.
Ojalá te guste, me encantará conocer tus impresiones a través de los comentarios. Ahí va…
Contexto
Algunos maestros de la Fotografía callejera son capaces de crear pequeñas obras de arte a partir de los elementos más sencillos, es decir, trabajándose las situaciones aparentemente menos interesantes.
Hoy te traigo una imagen de David Hurn, un componente de Magnun Photos que entre otros trabajos lleva décadas documentando la transformación de Gales (la tierra de su padre, en honor de quien tituló el libro del que sale esta fotografía).
Parece un cuadro clásico, de esos que vemos a menudo en los museos en los que un grupo de personas aparecen pintadas de tal forma que no se superponen y se las distingue perfectamente. Seguro que ese parecido con la pintura es uno de los grandes atractivos de esta imagen de Hurn, pero hay mucho más.
La imagen
La fotografía está repleta de información (la gente que aparece en ella es la propia información) de un lado a otro y de arriba a abajo. Así el encuadre se llena por completo, sin espacios vacíos que interpretar (cuando dejas un gran espacio en torno al protagonista o protagonistas de tus fotos debería obedecer a un motivo).
A la vez toda esa gente se dispone en grupos, o eso parece, lo que da lugar a tres fotos dentro de la foto que podrían funcionar por separado (aunque juntas lo hacen mucho mejor). En ese sentido me recuerda a una imagen de Tony Ray-Jones que puedes ver analizada aquí.
Por cierto, Ray-Jones escribió una serie de reglas para mejorar su Fotografía callejera muy interesantes y que podemos aplicar a la nuestra.
Esos tres grupos se disponen a su vez formando un triángulo. Cuando en una imagen se percibe (de forma más o menos obvia) una forma que reconocemos nuestro cerebro se siente atraído por ella porque en cierta forma organiza el encuadre. Sabemos qué hay ahí en oposición al caos de una disposición aleatoria.
Fíjate en cómo el perro llena el primer plano, eso hace que la fotografía tenga profundidad ya que desde él hasta el niño del fondo hay un espacio que además está ocupado por otros elementos.
Aunque muchas veces tendemos a hacer justo lo contrario, colocar algo cerca de la cámara hace aparecer sensación de espacio, especialmente si hay sujetos a diferentes distancias.
Hay un detalle más que genera profundidad, es ese fondo pálido que contrasta con el césped, nítido y con detalle. Son como dos planos y el efecto se crea porque también nosotros cuando estamos a cielo abierto notamos que los cuerpos más alejados palidecen como consecuencia de la distancia y el aire que nos separa de ellos.
Esto se conoce como perspectiva aérea o atmosférica y comenzó a emplearse en pintura hace ya muchos siglos (parece que podría haber indicios incluso en los mosaicos de Pompeya). Ahí tienes otro paralelismo con el arte clásico.
El salto entre la colina y el fondo hace que me pregunte qué hay entre ellos, qué no estoy viendo que los personajes de la imagen sí pueden ver.
Por último (al menos por mi parte, me pregunto qué más ves tú), además de las líneas implícitas de las que te acabo de hablar, en la imagen de David Hurn hay un buen montón de líneas implícitas que la expanden en todas direcciones: las miradas y el movimiento de los personajes diseminados por la loma.
Si quieres conocer las diferencias entre líneas implícitas y explícitas y todo el potencial de las líneas para componer en Fotografía, pásate por esta entrada dedicada a ellas.
En definitiva
De una situación aparentemente sin interés Hurn es capaz de inventarse una foto que parece un cuadro clásico, con todos los personajes repartidos por el encuadre como si les hubiese pedido que posasen, y que además funciona como consecuencia de otros muchos pequeños detalles que hemos visto.
¿Cómo la lees tú? ¿Qué te parece la imagen? Cuéntame a través de los comentarios, estoy seguro de que tienes mucho que aportar.
Gracias por leerme y por compartir esta entrada entre tus contactos.
Jota.
Hola Jota, yo veo dos líneas muy potentes que se unen en la punta del cañón, formando un ángulo agudo que le da muchísima fuerza a la foto. Una de las líneas sale del perro y la otra desde el personaje sentado de chaqueta oscura…
Biquiños e apertas dende Alcalá.
Marcos.
Hola Marcos! Vaya! No lo había visto y tienes razón, no está solo el triángulo, sino también esas dos diagonales implícitas. Bien visto!
Un saludo desde a terriña!
Jota.