
Contexto
Josef Koudelka es conocido, sobre todo, por dos trabajos: la invasión de Praga de 1968, imágenes que sacó clandestinamente del país y que, como consecuencia de su enorme impacto mediático y su repercusión se vio obligado a mantener en el anonimato hasta que estuvo seguro de que no traerían represalias contra su familia; el otro es el gran ensayo sobre los gitanos que había comenzado bastante tiempo antes y que lo llevaría a perseguir a estos nómadas durante diez años a lo largo y ancho de países como Rumanía, Eslovaquia y la República Checa.
En una entrada anterior del blog puedes echar un vistazo a un magnífico libro para conocer la obra de Koudelka, incluye imágenes no sólo de esos dos proyectos sino también de otros (anteriores y posteriores), que lo convierten en un auténtico repaso a su carrera, que por cierto continúa plenamente activa a los 77.
La imagen
La primera sensación al ver esta fotografía es que algún tipo de peligro que no alcanzamos a identificar justifica la carrera del niño y el gesto de la mujer de la derecha (¿se tratará de su madre?), que mira como asegurándose de que el crío llega sano y salvo a la casa de enfrente, mientras parece ocultarse de algo tras esa pared blanca. ¿Qué sucede que no vemos? ¿Acaso somos nosotros, contemplando la escena desde un punto elevado, el motivo? El hecho de que el niño lleve a la espalda un arma de juguete refuerza el mensaje de amenaza; probablemente sólo se trate de un juego, pero ahí sigue la cara de preocupación de la mujer que deja atrás…
El encuadre se divide en tres grandes bloques, a la derecha la pared blanca enmarca a la mujer del pañuelo en la cabeza, que parece que acaba de soltar al crío, en medio y enmarcado por la tierra a su alrededor, el chaval se recorta evidenciando el gesto de la carrera, a la izquierda otra mujer espera en la puerta a que llegue hasta allí. De esta manera la fotografía se convierten realidad en una secuencia de tres imágenes que han de leerse de derecha a izquierda…
…Y a lo largo de una diagonal: esa línea imaginaria creada por la trayectoria del chaval y la mirada de la mujer del pañuelo que recorre todo el encuadre desde la parte inferior a la superior.
No es la primera vez que comprobamos cómo, valiéndose de pocos elementos pero escogiendo cuidadosamente el momento exacto del disparo, Koudelka es capaz de generar tensión en el encuadre, consiguiendo una cierta incomodidad en quien contempla sus imágenes. Por algo se le considera un auténtico maestro de la Fotografía.
¿Qué te parece la imagen? ¿Hay algo que se me haya pasado y que crees que vale la pena mencionar? ¿La interpretas de forma distinta? Ahí tienes los comentarios, será un verdadero placer conocer tus impresiones. Y recuerda, comparte la entrada en tus redes si te ha gustado. Gracias. :-)
Poco o nada queda que explicar después de tu análisis. Yo quizás le veo una pega a esa foto. No se si esta recortada o es la original. Quizas fue por ser una foto espontánea pero yo no le hubiese cortado los pies niño. Aunque se ve perfectamente que esta corriendo creo que el detalle de los pies seria importante. Ya se que soy in atrevido ponerle una pega a todo un maestro y mas siendo yo un aficionaducho jeje. Saludos.
Hola Javi. Tienes todo el derecho a dar tu opinión, faltaría más. Supongo que fue a causa de captar un momento irrepetible, y probablemente no hubo margen (quizás se hubiese perdido el gesto), a mi personalmente no me molesta, pero comprendo que te incomode. :)
Abrazo!
Jota.