
La entrada de hoy va de hacer Fotografía Callejera probando a hacer lo que normalmente no podemos. La imagen está hecha con una focal de 40mm, con 1/200 y f/8 a ISO 200, en Santiago de Compostela, una tarde de agosto.
En mis talleres trato de insistir mucho en que casa situación y cada lugar son un mundo; aunque en según qué ciudades y circunstancias la gente puede mostrarse reacia a ser fotografiada e incluso adoptar una actitud a la defensiva, hay ocasiones en las que todo juega a nuestro favor.
Es entonces cuando atreverse a hacer lo que habitualmente no podemos intentar puede traer premio.
Salir a plena luz del día a una plaza de una ciudad o un pueblo pequeños con la cámara, exponiéndonos a que toda persona que esté por allí nos vea llegar y apuntar nuestra la cámara es una de las situaciones en las que es más difícil crear fotografías inadvertidas, pero basta con que haya un evento o una celebración, sea del tipo que sea, para que nadie nos preste atención. De repente somos invisibles.
Las bodas son el mejor ejemplo: todo el mundo está atento ya sea a los novios o al resto de invitados, hay un horario que cumplir y sitios a los que ir, gente a la que saludar y con la que hablar.
Además abundan los colores saturados y brillantes, y los complementos a juego (o con contrastes interesantes).
Total, que es una ocasión ideal para mezclarse con la gente y disparar desde muy cerca. Y como no estamos haciendo retrato sino aprovechando al máximo lo que la calle nos ofrece, aquí gestos, texturas y colores a tutiplén, no tenemos por qué sentirnos obligados a fotografiar a quienes nos rodean de manera que se les reconozca, ni mostrándolos al completo.
Tras un buen rato tomando primeros planos de detalle y capturando gestos entre los invitados subí a las escaleras frente a la iglesia de San Francisco, por donde preveía que saldrían llegado el momento.
Cuando esta chica vestida de un luminoso amarillo estaba a punto de superarme busqué desbordar el encuadre con su cuerpo en diagonal y llenar el espacio a su espalda con otras dos personas, que aunque se ven de frente, funcionan como secundarios.
Si nos fijamos bien, lo único enfocado en esta imagen es el zapato fucsia de la parte derecha, lo demás está demasiado cerca y se mueve demasiado rápido para la velocidad que había elegido… Lo que no impide que la imagen funcione.
¿O sí?