
Hoy te cuento cómo hacer fotografía callejera puede hacer que veas cosas en las que de otra manera no te fijarías. La imagen que acompaña esta entrada está hecha con una longitud focal de 35 mm, a 1/500 f/8 e ISO 250, en Santiago de Compostela.
Si sales a la calle pensando en fotografías el suficiente tiempo es posible que acabes descodificando el mundo en términos visuales, en lugar de hacerlo sobre la base de las cosas que ves.
Me explico.
Una cosa son las cosas que vemos, y otra el aspecto de esas cosas, o cómo podrían funcionar en fotografías.
Si pensamos en términos fotográficos y tratamos de construir imágenes en un espacio sobre el que no tenemos control – como la calle – es bastante normal que nos fijemos en cosas que de otra manera nos pasarían desapercibidas
Puede que el contenido de un determinado espacio no nos interese en absoluto pero que intuyamos un cierto potencial, de forma que una vez trasladado al encuadre nos dé como resultado una imagen efectiva.
Además, casi con toda seguridad, acabaremos desarrollando la capacidad de ver e interpretar la luz y ella, que está ahí todo el tiempo (en mayor o menor medida, salvo en la oscuridad más absoluta), puede ser todo lo que necesitamos para crear una fotografía interesante, aunque aquello que ilumina – o deja en la sombra – no lo sea en absoluto.
Con todo lo anterior solo pretendo contarte que incluso alguien tan despistado como yo, a fuerza de buscar fotos, puede acabar deteniéndose en detalles que normalmente se le pasarían por alto.
Aquella tarde de febrero había bajado a la Praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela, a buscar alguna imagen para el reto fotográfico mensual de El Club de Fotografía Callejera.
Te cuento cómo funciona: cada mes elegimos un tema a través de una encuesta, nos damos unas semanas para subir imágenes que después votaremos sin saber quién las firma, finalmente analizo la fotografía más votada y la que, en mi opinión, mejor resuelve el tema propuesto… Y vuelta a empezar. Ah, y las fotos presentadas, ya con los votos y la firma y el video con la resolución se quedan en la web de El Club para su visionado en cualquier momento.
Volviendo a aquella tarde, me coloqué en la esquina del Hostal dos Reis Católicos, el último punto que abandona la luz en ese espacio, y dediqué un rato a mezclarme con la gente que se acercaba a ver la puesta de sol.
En un determinado momento me llamó la atención un grupo de mujeres vestidas casi exactamente igual – lo típico que antes no hubiese visto – las seguí con la vista (y con los pies) y las fotografié en el momento en que se disponían a entrar en la cafetería.
Solo desde atrás, con la cara oculta, podían parecerse todavía más.
¡Qué interesante los truquitos que nos cuentas! Nos sirve mucho para entender mejor la perspectiva de los fotógrafos y saber más a cerca de como trabajan.
Gracias y un saludo!